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VALENCIA. La secretaria general provincial del PP en Alicante y exalcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente, ha logrado su propósito de figurar en la lista para la Diputación pese a la férrea oposición de los campistas alicantinos.

La lucha ha sido enconada y sólo la mediación de Génova -calle donde se ubica la sede nacional del PP- ha permitido la integración de Lorente, afín al presidente provincial José Joaquín Ripoll, de la vieja guardia zaplanista.

Según fuentes ‘populares' afines a Camps, la dirección nacional del PP "ha forzado" este consenso, que concluyó con la lista presentada ayer sin necesidad de votación. Como ya informó este diario, también serán diputados provinciales por el partido judicial de Orihuela Joaquín Albadalejo (Torrevieja) y Adrián Ballester (Redován).

Desde semanas atrás, el pulso estaba servido en la Vega Baja. Los partidarios de Francisco Camps en la comarca se negaban a ceder el paso a Lorente, quien pulsó todas los timbres necesarios en Génova. El propio presidente del PPCV no estaba dispuesto a incluirla inicialmente en la lista, después de haber conseguido que Ripoll no repitiera al frente de la corporación provincial.

Sin embargo, según las fuentes consultadas, la intervención de la vicesecretaria de Organización del PP, Ana Mato, influyó en la dirección regional del partido, que tuvo que refrenar los deseos de ‘vendetta' de los campistas alicantinos por las fuertes rencillas con Mónica Lorente.

De esta manera, los afines a Ripoll -también llamados ‘posripollistas'- ocuparán cinco sillones en la Diputación. Este es un número "preocupante" para los campistas alicantinos, puesto que temen que pudiera complicarse la investidura de Luisa Pastor, ya que una hipotética revuelta en la corporación sería fatal del PP porque no dispondrían de la mayoría.

Por otro lado, las fuentes consultadas cercanas a la dirección provincial creen que tras la mediación de Génova, no se producirá ningún movimiento "extraño" por parte de los ‘posripollistas'.