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"Olivas tenía intuición, Rambla era metódico y Gerardo... ¡un crack!"

J. C. / X. A.. 23/06/2011 Lapidario de un día de toma de posesión repleto de emociones más o menos controladas

VALENCIA. De todos los discursos que se pronunciaron ayer durante la toma de posesión de los nuevos miembros del Consell y en los actos de traspaso de carteras, posiblemente el de José Manuel Vela, nuevo consejero de Hacienda y Administración Pública, fue el que dejó más sentencias para esculpir en mármol.

No en vano, Vela se ha convertido, con la renovación realizada por Francisco Camps, en el conseller que más tiempo lleva en las entrañas del Gobierno valenciano, 13 años, con lo que su bagaje y conocimiento de la intrahistoria es notable.

Y eso "sin haber tenido jamás ningún carnet, excepto el del Valencia CF, con permiso del Levante UD, pero eso fue antes de la mili", presumió ante un auditorio con altos cargos del Partido Popular, como Antonio Clemente, el secretario general, o el predecesor de éste, Ricardo Costa.

Habituado a las zonas de sombra de los focos, Vela, que asumió que ahora tendrá que "hacer de político", no se pudo contener y se dejó llevar por la épica. "Este va a ser un equipo de lágrimas, sudor... y si hace falta, sangre, aunque en ese caso la mía será la primera", dijo el responsable de controlar la deuda de la Generalitat. Entonces no sabía aún que S&P le tomaba la palabra y rebajaba la calificación crediticia de las emisiones autonómicas,

Antes recordó que entró por primera vez en la sede de la Conselleria de Economía y Hacienda siendo conseller Antonio Birlanga. "Vine para pedir una subvención para un curso de Contabilidad cuando era profesor en la Jaume I... y nos la dio", recordó. Y también fue estando Aurelio Martínez. "Y después ya me llamó José Luis Olivas", continuó evocando el nuevo responsable de la cartera de Hacienda.

"Oivas era humildad, discreción, intuición, visión política... [Vicente] Rambla, orden, método, dedicación, disciplina, seriedad... Y Gerardo... ¡es un crack!", resumió Vela a los tres consellers con los que ha trabajado.

Defendió a capa y espada Vela a Gerardo Camps. "Se propuso tener superávit y lo logró, y no pienso tolerar que nadie ponga en duda la fiabilidad de las cuentas públicas", advirtió. Y convirtió la supuesta debilidad de Camps en virtud: "Cuando surgía un problema todos nos poníamos nerviosos, pero él tenía... no sé... una flema benidormí...".

Esa flema del ya exconseller apareció también en su propio discurso. Tranquilo, seguro de su futuro -de momento senador territorial, pero de cara a las Generales irá en la lista por Alicante "con Trillo y frente a [Leire] Pajín", según dijo por la mañana medio en broma medio en serio- Camps dio la bienvenida a unos y se despidió de casi todos: "Sé que a veces os lo he puesto difícil. Vosotros me lo habéis hecho fácil".

Ya en la sede de la vicepresidencia que ha ocupado Vicente Rambla en la plaza de Nules de Valencia, el Palau dels Català de Valeriola, se volvieron a escuchar frases para las letras de molde. "Tristeza... Ha llegado el momento de dejarlo y empezar una nueva etapa de mi vida", dijo Rambla ante sus invitados.

El futuro de Rambla, más de diez años en el Consell, no pasa por la vuelta a su puesto de inspector de Hacienda, pero de momento se toma un tiempo de reflexión. Los últimos días no deben haber sido fáciles para él.

Si el martes el presidente Francisco Camps en su comparecencia para anunciar el nuevo Consell ya le había dejado prácticamente fuera de la política, ayer la nueva mujer fuerte del Gobierno autonómico, Paula Sánchez de León, que recibió su cartera de Rambla, también habló de su anfitrión y predecesor en términos pasados: "Nos acompañará siempre esté donde esté", dijo.

Por la mañana, en el Palau de la Generalitat, donde juraron sus cargos los nuevos consellers, excepto Enrique Verdeguer que lo prometió, también se escucharon algunas sentencias. Ésta es de un conocido empresario en una conversación distendida con este periódico, por lo que se guarda su identidad. "Hay veces que lo mejor es un cirujano... y extirpar". Ahí queda la respuesta a si un Consell muy técnico es bueno.

En un Saló de Corts rebosante, Francisco Camps hizo su tercer discurso en pocos días. Pocas novedades, como por otra parte es lógico, pero sí algunas perlas cultivadas como "cuando uno es conseller, renuncia a todo" o "el momento actual es el momento actual y cualquier consideración anterior es inservible para analizar la situación". Pero la ya bordada con hilo dorado fue la que cerró su discurso: "Los buenos marineros solo se hacen en la adversidad del mar. Os propongo que os convirtáis en excelentes marineros", le dijo a su tripulación.

Frases de un día intenso que continuará hoy con nuevos traspasos de cartera y que también deja un largo anecdotario: Carteras que, físicamente, no existen porque se han dividido cual muñecas rusas, sedes de consellerías que no se sabe dónde estarán -¿dónde estará Trabajo? ¿Qué pasará con el edificio de Industria de la calle Colón, que está en venta?- o ese conseller de Hacienda que, tras su toma de posesión, sale a la calle el primero para echar un pitillo. La nicotina no entiende de Honorables.

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