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VALENCIA. Estamos en un momento turbulento, un momento de incertidumbre, un momento de miedos... pero ¿y de oportunidades? Un efecto muy común entre las personas de hoy y de siempre. Ante la propia inseguridad, tendemos a opinar lo primero que se nos ocurre, sin mucho fundamento. Y cada uno se queda tranquilo cuando comprueba que está en la misma opinión que una masa suficientemente amplia de gente. Y ese mimetismo se realimenta de unos a otros hasta construir una "verdad" que todos aceptan como evidente e indiscutible.

Tener criterio propio no es tarea fácil. Hay mucha información, muy accesible, muy disponible, muy extensa... pero lo importante no es tener una gran cantidad de datos, sino saber si son ciertos, saber qué hacer con ellos, y obtener auténticos conocimientos a partir de toda esa masa de información.

Confundir la información con el conocimiento es un grave error. Porque el conocimiento es siempre resultado de un esfuerzo vital, el logro de una vida vivida de modo esforzado y profundo. No basta con tener muchos datos, igual que no basta con saber muchos idiomas si no se tiene nada interesante que decir en ninguno de ellos.

La clave del buen conocimiento de las cosas, del buen criterio, de la prudencia en las valoraciones y las decisiones, no es el saber muchas cosas, sino el saber. Una de sus claves son las buenas lecturas, la capacidad de escuchar, de preguntar, de observar, de cuestionarse las cosas. Y otra, no dejarse arrastrar demasiado por las modas. Hay mucha gente convencida de llevar un estilo de vida muy personal, muy original y creativo, cuando en realidad lo que piensan, hacen y consumen es lo que algunos han diseñado para que todo el mundo piense, haga y consuma.

El aprendizaje no termina nunca. No podemos abandonarnos. Toda la vida hemos de ser personas estudiosas, insatisfechas con las explicaciones que nos dan -y que nos damos-, empeñadas en seguir aprendiendo cada día, de los mayores y de los menores, de los que saben mucho y de los que parece que saben poco, de los que nos caen bien y de los que no, de los que sintonizan con nuestras ideas y de quienes las combaten.
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José Mª Guijarro y Jorge es subdirector del Instituto Tecnológico  de Óptica, Color e Imagen (AIDO). Doctor en Economía