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-¿Cómo se ve el patio bursátil desde BMN?
-Lo cierto es que se ve desde una óptica positiva atendiendo a los beneficios esperados de las compañías. En la medida en que se vayan cumpliendo las previsiones debiéramos ver cómo el dinero vuelve al parqué con convicción y retornando a los índices a los máximos del ejercicio.

-¿Hasta qué punto los datos macroeconómicos van a lograr sacar al Ibex 35 del movimiento lateral en el que se halla atrapado?
-El movimiento lateral es el fruto de unos resultados empresariales que jugarían a favor y de un riesgo geopolítico que opera en sentido contrario. Los datos macroeconómicos están supeditados hoy por hoy a lo que se ha dado en llamar 'riesgo de la deuda'. Todo hace prever que la definición del movimiento vendrá determinada de forma importante por la resolución de ese riesgo.

-¿Sigue pensando que la reestructuración del sector financiero está en punto muerto?
-Se podría decir que más que en punto muerto se está trabajando tras los bastidores. Una vez que se ha presentado un primer mapa de qué jugadores quedarán a corto plazo, el sistema ha pasado a primer plano la adecuación de los niveles de capital exigidos por el regulador. En esta situación es en la que nos encontramos ahora mismo y no es mala señal que no se esté haciendo demasiado ruido al respecto, dado que los potenciales inversores poco cómodos se sentirían si se les estuviera apuntando de forma explícita cuando se está inmerso en pleno proceso de negociación.

-El déficit del Estado se ha reducido en más de la mitad hasta abril, ¿es motivo para ser optimista de cara a la recuperación económica española?
-La evolución del déficit ha sido muy favorable en cuanto a las cifras y está siendo un espaldarazo para la credibilidad de nuestra economía en el marco internacional. De hecho, es uno de los datos que ha permitido que el diferencial de la deuda con respecto a la alemana se haya separado de forma importante de los diferenciales registrados en el resto de economías periféricas.