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La fusión de las cajas gallegas reabre el debate sobre la conveniencia de una alianza entre las valencianas

JORDI FERRER. 13/05/2010

El fracaso de las negociaciones entre la CAM y Caja Murcia ha reabierto en círculos financieros valencianos el debate sobre la conveniencia de una gran caja autonómica

-La fórmula gallega para la fusión intrarregional

M. Crespo y J.L. Olivas

VALENCIA (VP). La exitosa fusión de las cajas gallegas Caixanova y Caixa Galicia supone para muchas voces autorizadas de la comunidad Valenciana un buen ejemplo en el que mirarse, dada la originalidad con la que se han establecido los mecanismos de compensación necesarios y el aparente compromiso con el que ambas partes han sabido renunciar a determinadas aspiraciones para seguir adelante con la fusión.

La fusión gallega ha sido contemplada con cierta envidia desde esta orilla del Mediterráneo. "¿Por qué no podemos hacerlo nosotros?" se preguntaban los participantes en una animada conversación de financieros valencianos ayer por la mañana. Como siempre, como todas las veces, el factor 'Alicante' ponía fin a la discusión, sólo que esta vez con algún elemento nuevo. En efecto, la entidad alicantina se encuentra cada vez más presionada para llevar a cabo 'un movimiento'. El que sea, pero que se mueva. El tiempo se acaba...

Fracasada la fusión con Murcia, rechazada la de Bancaja, a la CAM sólo le restaría integrarse en el grupo de Caja Madrid o en el gallego, salvo que saliera campo a través con otras cajas menores. Pero la solución madrileña, o la gallega, no acaba de satisfacer ni siquiera en Alicante, y no digamos en los círculos políticos autonómicos.

El empresario noveldense y consejero de Caja Mediterráneo (CAM), Jesús Navarro, ha sido de los primeros en poner de nuevo el foco en la necesidad de recuperar el proyecto de fusión con Bancaja antes que permitir una integración con Caja Madrid que, a su juicio, perjudicaría a la provincia de Alicante.

A preguntas del diario Información de Alicante, el propietario de la empresa de alimentación 'Carmencita' pidió precisamente "que se piense en el largo plazo y en el beneficio de toda la Comunitat Valenciana, tal y como han hecho en Cataluña, Andalucía o Galicia", en referencia a los proyectos de fusiones intrarregionales que se han cerrado con éxito en estas comunidades autónomas.

"VALENCIA DEBE SER GENEROSA"

Navarro se refirió al rechazo que genera entre el empresariado alicantino la idea de una posible fusión con Bancaja y aseguró que "Valencia debería ser muy generosa", sin concretar esta afirmación (probablemente se refiriese a la ubicación de la sede de la entidad resultante). A pesar de todo, advirtió que con una alianza con Caja Madrid "la provincia perdería los beneficios sociales que ahora aporta la CAM".

En Valencia, el presidente de la patronal provincial, José Vicente González, tampoco tuvo problema en afirmar, como ya ha hecho en otras ocasiones, que la fusión que más le gusta es la de Bancaja con la CAM, si bien apuntó que "para que dos se casen tienen que querer casarse los dos, no basta con que sea uno sólo" e insistió en que "son tiempos de reforzar las estructuras de las cajas de ahorros y, por qué no, de despolitizarlas".

Quizá este sea el principal problema a la hora de abordar sin tapujos una fusión CAM-Bancaja, las tensiones políticas, personalismos, exigencias previas y control de los centros de toma de decisiones.

De hecho, las aproximaciones que se han producido en los últimos meses han fracasado, según las noticias que han trascendido, por este tipo de cuestiones.

Pero también en el proceso de fusión gallego ha habido tensiones, tal y como ha reconocido el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, problemas que finalmente se han resuelto en reuniones maratonianas y con el respaldo (o el apremio) de la Administración autonómica.

APOYO INSTITUCIONAL EXPRESO, PERO NO AL MÁXIMO NIVEL

En el caso de la Comunitat Valenciana han existido algunos mensajes claros y favorables a la fusión por parte del Consell, pero no por parte del president, Francisco Camps. El pasado 5 de noviembre el vicepresidente segundo y conseller de Economía, Gerardo Camps, señalaba que "la mejor opción para las dos grandes cajas valencianas y para la Comunidad en su conjunto es lograr una fusión autonómica de la que resulte una supercaja que pasaría a competir de tú a tú con las otras grandes: La Caixa y Caja Madrid".

Según ha podido saber Valenciaplaza.com, la Generalitat estaba hasta ayer mismo reflexionando sobre la posibilidad de iniciar nuevas actuaciones para intentar una aproximación entre CAM y Bancaja y retomar las conversaciones encaminadas a su integración. Sin embargo, el anuncio del Tribunal Supremo podría haber aplazado sine die tales intenciones. O no. La cuestión ocupa y preocupa mucho en determinados niveles muy elevados de los círculos de poder valencianos.

CIERRE DE OFICINAS Y PREJUBILACIONES 

Y en este contexto, ¿no valdría para la Comunitat una solución a la gallega? Lógicamente los portavoces de las dos cajas autonómicas (también los de Caja Murcia) consultados por Valenciaplaza.com no se manifiestan sobre operaciones realizadas por otras entidades. "Es una costumbre", aseguran al unísono.

Quizá el mayor problema que podría surgir al acometer la fusión CAM-Bancaja, además de la ubicación de las sedes sociales y operativas, y el puro reparto de poder y capacidad decisión, sería la enorme duplicidad de oficinas y el obligado proceso de reestructuración de personal que se tendría que poner en marcha.

En el caso de las cajas gallegas serán 204 las oficinas que deberán cerrar y cerca de un millar de empleados los que se prejubilen, unos datos que podrían incluso triplicarse en el caso de la Comunitat Valenciana, donde se podrían llegar a cerrar unas 400 oficinas y más de 3.500 empleados de las cajas se verían abocados a la prejubilación (algunas fuentes sindicales apuntan que esta cifra podría incluso alcanzar los 7.000 empleos).

Habría que ver, por tanto, si las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) serían suficiente para amortiguar el impacto de los recortes de plantilla y el cierre de oficinas.

Una fusión CAM/Bancaja daría lugar a una entidad con unos 14.000 empleados, más de 2.100 oficinas y unos activos de 182.400 millones de euros, unos números muy similares a los de la segunda caja de ahorros española, Caja Madrid.

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