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Juan López Trigo: "Ahora el nuevo Consell debería poner las cartas sobre la mesa"

PEDRO MUELAS / Foto: EVA MAÑEZ. 23/05/2011

EL GRANO
Como presidente de la fundación hispano inglesa creada con el legado del empresario valenciano Cañada Blanch y "partner" de Boyden, desde hace más de 60 años dedicada a buscar altos ejecutivos en todo el mundo, Juan López-Trigo se sitúa exactamente en el corazón de la sociedad civil valenciana con inquietudes culturales y dinamizadoras y en el impulso de las empresas que quieren crecer.

EL GRANERO
-"Con un mapa asociativo más sencillo habría líderes empresariales más buenos"

-"Los indignados y todos somos culpables"

-"La sociedad civil valenciana anda muy baja de pulsaciones"

-"Todas las empresas que van bien involucran al empleado"

-"En todos los sectores hay empresas que están ganando mucho dinero"

-"El nacionalismo no es una buena forma de movilizar a la sociedad civil"

-"No soy tan pesimista como Juan Roig"

-"Se protegen demasiado los derechos adquiridos en perjuicio de las contrataciones"

-¿Qué debería tener en su agenda el nuevo Consell?
-En primer lugar que ponga las cartas sobre la mesa y que sea fiel a sus programas electorales, que luego quedan muchas cosas por cumplir. Yo empezaría por la sinceridad, por decir cómo están las cosas. Aunque no sé si me gustaría estar en la piel de un político en la actualidad. Le pregunté a un candidato de una gran ciudad cómo le iban las encuestas y me contestó: "Arraso. Lo malo es que no sé si quiero salir porque tengo que hacer cosas duras".

-¿Qué le sugiere el movimiento 15-M?
-Parece ser que no hay cauces o que se han quedado un poco pequeños, o hay que cambiarlos o ejercer alguna influencia en ellos para que la gente sienta que puede participar más. Dicho esto, me parece un movimiento un poco raro, heterogéneo. Y lo que me extraña siempre de estos movimientos es que no presentan alternativas, aunque estoy de acuerdo en algunas cosas.

-¿Por ejemplo?
-Con lo de las listas abiertas. El otro día le dije a un candidato del PSOE de mi pueblo que conozco hace mucho tiempo que creía que no iba a votar a ninguna de las dos listas, porque en las dos listas hay gente que me gusta y gente que no me gusta.

-Se llaman los indignados, ¿usted no está indignado?
-La economía es la base del descontento. Y yo he visto dos cosas que han faltado en la campaña electoral de todos los partidos, hasta de los minoritarios. Por una parte nadie habla de pactos y por otra nadie es sincero y habla de lo mal que estamos. No hay nadie que diga "oiga aquí las vamos a pasar canutas" o "vamos a sudar un ratito", que decía Churchill. Nos toman un poco por niños.

-Sólo le hemos escuchado a Juan Roig hablando de esforzarse más.
-Yo no soy tan pesimista como Juan Roig. Tiendo a ser pesimista respecto al futuro a corto plazo, cierto, pero tanto como decir que el 2012 será peor, me parece excesivo.

-Dice que no se habla de pactos, pero es que aquí no se hacen pactos.
-Es imposible, si... Después del gran pacto socialdemócrata y demócrata cristiano, las reformas duras que hubo en Alemania y que les ha llevado a crecer un 3% le costaron a Merkel unas elecciones. Pero Merkel las ha seguido y ha puesto otras mas duras todavía.

-Pues aquí estamos peor que en Alemania y no hay visos de...
-Que no haya movimientos de este estilo aquí a nivel autonómico y local y estatal -estatal es más grave- me sorprende. Aquí nadie se reconoce culpable, todo el mundo es víctima. Pero los indignados y todos somos culpables, seguro, porque alguien se habrá comprado un piso que no debía haberse comprado y se ha endeudado y así ha seguido la cadena...

-¿Porque hemos estado creciendo más de lo que debíamos y gastando más de lo que teníamos...?
-...O vivir demasiado bien, o confiar demasiado en el Estado para que te haga todo. Pues no, mire, el Estado llega hasta donde llega, el municipio llega hasta donde llega... Y luego eres tú. Esa conciencia no sé si la tienen los indignados... ja, ja.

-¿Como liberal e independiente dónde situaría la frontera del intervencionismo del Estado?
-Cuanto menos hagan las administraciones públicas, mejor. En el fondo, el ciudadano lo que quiere es un servicio. Que lo pague el privado o lo pague el Estado, no me parece relevante, mientras la sanidad sea buena o la educación sea buena o el ejército sea bueno y no nos cueste más.

-¿Existe contacto entre los políticos y las fundaciones ciudadanas?
-Yo aquí le puedo hablar de la fundación Cañada Blanch y de la fundación del Clínico. Yo creo que intentan involucrarse, pero otra cosa es que todos los problemas que tienen en este momento les impidan llegar a donde quieren llegar. Por ejemplo la fundación Cañada Blanch tiene dos centros: el de Valencia, que lleva las sedes de aquí y de Burriana, y el de Londres. Entonces eso es un activo que tiene la Comunidad Valenciana muy importante que los gobiernos autonómicos y locales valencianos, que nos apoyan, tenían que ver su potencial para su propio interés y para el interés de la comunidad.

-Y la sociedad civil valenciana ¿cómo anda de pulsaciones?
-Muy difícil, muy baja de pulsaciones. Todos los patrones de la fundación pertenecen a esa sociedad civil que se involucra en los proyectos, que no son sólo de la fundación. Pero no es un sentimiento general, cuesta mucho movilizarla y me da la impresión, desgraciadamente, que en Valencia más que en otras partes. En Cataluña tienen también un sentimiento identitario y eso lo usan para movilizar la sociedad civil usando un sentimiento nacionalista... Y a mí no me parece que el nacionalismo sea una buena forma de movilizar a la sociedad civil, si es la única forma.

-¿Y en Valencia sólo nos quedan las fallas o qué?
-¡Las fallas están muy bien! Soy un defensor. Son las fiestas de mi pueblo... Pero no hay movilización de la sociedad frente a ciertos temas. Es que cuesta... y también en los medios de comunicación ¡ojo! Hemos hecho los actos de PhotON Festival y el Master Club de la London School of Economics (LSB), con lo que hemos tenido el placer de tener aquí a cinco superprofesores de la LSB en Valencia, pero no tuvo repercusión mediática. No lo entiendo. ¿Por qué no más entrevistas de este estilo? ¿Cuántas hay?

-Pues la verdad es que pocas. ¿Y por qué no se refleja en el voto los escándalos de corrupción política?
-Eso es una cosa general. Porque yo creo que hay un sentimiento muy generalizado de que nunca pasa nada. Aquí ha habido quiebras de cajas y no ha pasado nada. A lo mejor es una cosa de las que indignan a los indignados. Aquí no hay político que dimita.

-¿Como director de Boyden, dedicado a la búsqueda de personal directivo, cómo ve el panorama económico?
-Después de más de veinte años, somos cuatro socios aquí, estamos en una situación un poco desconcertante. En todos los sectores, aunque sean muy clásicos, incluso el azulejero que lo ha pasado canutas, hay empresas que está triunfando y ganando mucho dinero y está reforzando sus balances. Eso es una buena noticia, ¿no?

-Lo es, si. ¿Y cuáles son esas empresas?
-Las que se han sabido adaptar, profesionalizar, la que han salido fuera de España y no te estoy diciendo nada nuevo. Han mejorado desde el punto de vista productivo. Han contado con sus trabajadores para implicarlos y para que comulguen con sus ideas. Y han aplicado una política de salarios más variables.

-El director general de Consum nos hablaba precisamente de buscar la implicación del trabajador.
-Las empresas que van bien le aseguro que lo quieren hacer. El autoritarismo no encaja. Otra cosa es que la gente no se vaya de las empresas porque quiere vivir. Las que van bien, todas involucran al empleado. Y hay algunas excelentes en eso.

-¿Qué clase de directivo se busca ahora?
-Eso ha cambiado. En épocas buenas se buscaba gente con muy buena formación: idiomas -una tragedia en Valencia- y que sirvieran un poco para todo: buen ejecutivo, buena presencia, con empuje. Ahora las empresas -y nosotros apoyamos esa idea- piden curriculums de especialistas con experiencia acreditada en los aspectos que piden las empresas. Está empezando otra vez el pedir experiencias en mercados muy concretos o en tecnologías.

-¿Y carácter?
-Se pide más el que sea capaz de encardinarse en la organización y sea capaz de moverlas por el convencimiento no por el ordeno y mando. Y, sobre todo, con carácter internacional, con idiomas y que no le moleste la movilidad, otra tragedia en Valencia.

-Céntrese en la primera "tragedia", la de los idiomas.
-Bueno, no es una tragedia, digamos un problema de mejora. En Europa trabajamos con empresas españolas de nivel internacional y también trabajamos con empresas multinacionales que vienen aquí y ya piden dos idiomas, a parte del nativo, y aquí estamos todavía en el primero.

-¿Y luego está la otra "tragedia" de la internacionalización y la movilidad?
-La movilidad sigue siendo un problema aquí. Creemos que nos va muy bien aquí y a la gente le cuesta dejar Valencia para ir a trabajar a otro sitio. A mí me han rechazado propuestas realmente atractivas de ejecutivos valencianos por no quererse ir a Murcia o Alicante. No lo entiendo, el hombre está para hacer cosas.

-Y eso va ligado con la internacionalización?
-Las empresas quieren internacionalizarse y quieren tener ejecutivos capaces de tener esa internacionalización. Hay iniciativas buenas y en ese tipo de perfiles está haciendo mucho bien el IVEX, que manda a muchos chicos a hacer misiones fuera. El grupo de directivos con tres o cuatro años viviendo fuera de sus casas me parece uno de los activos que tenemos.

-Pero el talento se está yendo de Valencia.
-Sí. Chicos que se van fuera haciendo un master o lo que sea y les cuesta volver. Lo cual es un déficit. Claro si aquí no surgen oportunidades ¿qué van a hacer los chavales? Y en contra están los que no se quieren mover, aunque no tengan trabajo. Qué contrasentido, no?

-¿Por dónde ve el futuro económico de la CV?
-Aunque suene a tópico, en turismo hay muchísimo que hacer. Necesitamos dimensiones de cadenas de hoteles, de touroperadores, bases de cruceros en Valencia. El arco mediterráneo tiene un potencial tremendo. Pero para empresas de cierto tamaño, grandes, de mucho nivel. Tenga en cuenta que los cruceros ahora, los que están ganando son los americanos que en temporada baja de El Caribe se viene aquí. Son de superlujo y revientan los precios.

-¿Y qué otro sector?
-Ya le he dicho que en sectores tradicionales que han sabido reciclarse e internacionalizarse. Y las exportaciones van bien en España y en Valencia. Y luego veo ciertas partes de pequeños bienes de equipo. Mecánicos que están haciendo los deberes

-Pues si han hecho los deberes... a crecer.
-Pero el problema que tienen las empresas que hacen los deberes es que han recuperado la competitividad, pero están escaldadas por los "eres" que han sufrido. Entonces, volver a contratar, excepto algún ejecutivo que no les quede más remedio, lo ven más difícil.

-¿Y cree que no se ha hecho la suficiente reforma laboral?
-Inexistente. Es injusta. Protege al que tiene trabajo. Y dicho esto no sé por qué tiene que sonar a posición conservadora. Es al revés. Pero ese es el paradigma que hay ahora.

-¿Debería reformarse más, restringir privilegios para ganar confianza en el mercado internacional?
-Eso es importante, desde luego, pero más que nada para tranquilizar el mercado laboral. Yo creo que se protegen demasiado los derechos adquiridos, en detrimento de las nuevas contrataciones. Hay mucho que recortar en el derecho laboral. Lo lógico es que lo hagan entre todos.

-¿Qué sentimiento le provoca la situación actual de las cajas de ahorros valencianas?
-Va a pensar que me escapo de la pregunta. En principio me hubiera gustado que se hubieran fusionado pero dicho eso no tengo elementos de juicio para ver si está bien o no. No conozco los balances con la profundidad necesaria y el que diga que lo sabe, no lo sabe. ¿Se podría haber hecho algo políticamente? Sí, pero igual los balances indicaban lo contrario.

-La sensación existente es que Valencia ha perdido sus dos cajas de ahorros. ¿Le preocupa?
-Es un hecho. Pero es verdad que se están tomando posiciones por ejecutivos muy cualificado de Bancaja en Bankia, con lo que no se pierde la esperanza del todo. A parte de que va a seguir la sede social, la fundación, y gran parte de la actividad financiera va a estar aquí. Pero claro el punto de vista ha cambiado, no va a estar aquí. Hijos del Ave, o sobrinos.

-¿Cómo contempla la renovación de la cúpula empresarial valenciana?
-No conozco a todos, pero a mí me da la impresión de que hay demasiadas representaciones empresariales. Hay un poco demasiadas: provinciales, autonómicas, etc. Con un mapa más sencillo habría líderes más buenos.

-¿Le gusta la actitud con la que llegan?
-Si, son más claros. Deberían presionar mucho para que se agilizara la Administración. Se debe exigir más eficacia a la Administración.

-¿Cree que cumplen bien su parte de papel en la sociedad civil?
-Si hay muchos. Habrá quien sea el "negociant", su familia y tal y no profesionaliza su empresa y deja que se vaya apagando conforme pasan las generaciones. Pero también al contrario. Hay muchos que usted conoce que son muy voluntariosos. Admiro, en general, al empresario valenciano.

-¿El espíritu de Cañada Blanch sigue ahí, pues?
-Ese espíritu emprendedor, innovador, que se va a vender donde haga falta y que planta cara a más grandes que ellos, eso sí sigue existiendo.

-¿Tiene sentido una fundación privada como Cañada Blanch?
-Todo el sentido del mundo. Porque está comprometida con la excelencia, la calidad y la independencia. Los ámbitos que son de nuestro interés, las relaciones culturales y de todo tipo anglo-británicas, se cubren con los dos centros. La presencia de la Masterclass de Londres en Valencia, en tercera edición, y la cátedra de Paul Preston en Londres y el centro Cañada Blanch en la Universidad de Londres, lo cumple. Además hemos apoyado mucho al pensamiento contemporáneo con la cátedra Cañada Blanch que tenemos conveniada con la Universitat de València, que ha llegado a su 13ª edición

-¿Y ahora que se potencia tanto el turismo, precisamente el inglés, cómo puede ayudar más la Generalitat?
-Puede ayudar más de lo que lo ha hecho, que ha hecho. Todos los años hay programas de la Generalitat Valenciana con la LSE, cortos, de dos o tres días. Hubo uno de grandes eventos, otro de arquitectura valenciana en el colegio de arquitectos británico. Pero podría usar más ese puente que tenemos con Inglaterra.

-Máxime con un turismo de calidad como es el inglés de interés cultural...
-Nos conocen más de lo que parece. Habría que ver cómo atraerlos. Nuestros contactos están abiertos.

 

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1 comentario

24/05/2011 19:01

Me parece una buena entrevista con preguntas claras y respuestas muy concretas

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