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VALENCIA. La campaña electoral expirará en la medianoche de hoy tras los 15 días de duración que marca la ley. Siendo irónicos, podría decirse que lo extraño es que no haya perecido antes por inanición o muerte súbita. Sin embargo, en la recta final, las movilizaciones populares y el posible encausamiento de miembros del PP por financiación ilegal -el diario El País lo da por hecho- han agitado el que parecía un apacible tránsito para Francisco Camps y el PPCV.
El Partido Popular de la Comunitat Valenciana ha sabido manejar el 'tempo' de su pretendida campaña de ‘baja intensidad' a la perfección. No es que los dirigentes del PPCV no hayan trabajado, sólo que han concentrado los esfuerzos en la ‘intracampña': movilizar, principalmente, ‘a los suyos'. La estrategia del candidato y líder del PPCV, Francisco Camps, no ha sorprendido a nadie. Pese a ello, ha resultado casi imposible para el PSPV conjurar la letanía programada: "La culpa es de Zapatero y debemos echarlo".
Esta táctica permite intuir que en estas dos semanas los ‘populares' valencianos habrán recogido el apoyo de muchos descontentos debido a la crisis económica y el paro. El mensaje de votar al PPCV para sacar a Zapatero de la Moncloa, algo forzado para unas elecciones autonómicas si se analiza con perspectiva, puede haber calado en el hipersensible electorado.
De esta manera, los 'populares' calculan que pueden perder algunos votos de los disgustados por las informaciones relacionadas con la corrupción del caso Gürtel o la gestión deficiente en algún área del Consell. Por el contrario, desde esta formación confían en encontrar un flujo de apoyos que provenga de los convencidos que comulguen con que la marcha de Zapatero es única solución a la crisis. Estas, al menos, son las expectativas que se escuchan en círculos del Partido Popular y que vienen refrendadas por hasta 17 encuestas en los últimos meses. "O nos mantenemos, o subimos", aseguró ayer un dirigente del PP a este diario.
No obstante, el escenario de final de campaña puede influir en el movimiento de algunos escaños. El caso Gürtel es ya conocido internacionalmente -ayer se escribía sobre él en el New York Times- y medios como El País dan por seguro que el TSJCV encausará a diversos cargos del PP de Francisco Camps por financiación ilegal. Estas circunstancias, unida a la impredecible resonancia que pueden tener las movilizaciones callejeras, podría convulsionar la fotografía fija que hasta ahora se ha mantenido en la Comunitat Valenciana. No obstante, si bien todos estos factores podrían mover unos cuantos escaños a un lado o a otro, no antojan probable que tengan la suficiente fuerza para producir un vuelco electoral. En cualquier caso, este escenario de amenaza de convulsión es el que menos deseaba el PPCV, pese a que no se espera que sea penalizado de forma sensible en las urnas.
CAMPAÑA SOCIALISTA: LA PROYECCIÓN DE ALARTE
En la campaña del PSPV, al contrario que en la de su contrincante, ha habido mucho esfuerzo por trasladar el mensaje al exterior y proyectar la imagen de su líder. Es evidente que no disponen en nómina del número de personas que tiene el PPCV para acometer dos semanas al ritmo exigido en una campaña electoral. Aún así, el candidato socialista a la Generalitat, Jorge Alarte, ha conseguido el desembarco de un buen número de ministros y buena presencia mediática -ha concedido 25 entrevistas por dos de Camps-. Tanto él, como su partido, han ido de menos a más en estas dos semanas y el líder del PSPV terminará hoy con 24 horas seguidas pidiendo el voto en diferentes puntos de la Comunitat. Una novedad digna de comentario para la última jornada.
Los socialistas han cumplido en los debates y regresaron de forma cumplida a la Plaza de Toros de Valencia en el mitin central de campaña. Desde el PSPV, reconocen en ‘petit comité', que la figura -y la presencia- de Rodríguez Zapatero no ayudará mucho el 22-M.
Con la crisis cayendo a plomo, los socialistas valencianos también deben mirar a la izquierda a sabiendas de que las consecuencias de las políticas desde Madrid pueden recortarle votos progresistas y empeorar los resultados de Ignasi Pla en 2007. Esta situación dejaría a Jorge Alarte en una posición delicada, pese a su aumento de notoriedad y su campaña aceptable dentro de la dificultad de pelear contra el PPCV.
COMPROMÍS Y EUPV, RIVALES EN SILENCIO
Sin duda, el duelo más interesante del 22-M. Pese a esto, y ser conscientes de que el perfil de su electorado puede ser similar (más por confusión que por base de programa, aunque tienen cosas en común), las dos formaciones se han respetado durante la campaña electoral más allá de algún ‘dardo' aislado.
La labor de Compromís ha sido más completa y creativa en el ámbito audiovisual. Muchos y diferentes vídeos, promoción de dirigentes con cierto tirón como la propia diputada Mònica Oltra o el escritor Ferran Torrent, buena actuación de Morera en el debate de política general de Canal 9, encuentro positivo con la Asociación Valenciana de Empresarios... La ventaja de Compromís surge de su implantación local y la posibilidad de atraer voto de diversa índole, incluso del propio Partido Popular.
Por su parte, Esquerra Unida ha acometido una campaña más austera y clásica, basada en exhibir su marca y trabajar en las propuestas sin ambigüedades. Una estrategia que le permite fijar a su votante aunque le puede perjudicar para obtener sufragios de los indecisos. Sin embargo, lo jugará todo a la carta de su logotipo: el descontento de izquierdas del PSPV-PSOE siempre tiende a votar a Esquerra Unida aunque, por su estructura interna, la formación esté muy marcada por el Partido Comunista.
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