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Este fin de semana se disputa el que será, de momento, el último Gran Premio de Turquía. El país otomano ya ha anunciado su intención de no plegarse a las exigencias desmesuradas del patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, y no continuar en el calendario del circo mundial. Seguramente no será la última prueba en caerse del Mundial y Ecclestone ya está buscando nuevos destinos como La India, Nueva York o París.

En lo puramente deportivo el ganador del último Gran Premio, Lewis Hamilton, se muestra muy prudente a la hora de hablar de sus posibilidades para la carrera de Istambul Park. El británico, tras lograr su primera victoria en el circuito de Shanghai, prefiere no hablar de favoritos.

Un favoritismo que continúa siendo para los Red Bull y más concretamente para el rey de las ‘poles', el alemán Sebastian Vettel. Siempre, claro está, con el permiso de su compañero de escudería Mark Webber. El australiano realizó una carrera magistral en China después de salir muy retrasado en la parrilla.

Quien no acaba de verlo del todo claro es Fernando Alonso. La escudería Ferrari afronta el Gran Premio de Turquía con las esperanzas de lograr una victoria y sumarla a las que ya logró en este trazado en otras temporadas. Sus pilotos, el brasileño Felipe Massa y el español Fernando Alonso, apuestan a que los neumáticos se adaptan a la perfección al chasis.

Aún así los cambios en el monoplaza rojo deberán ser sustanciosos para que sea competitivo. Fundamentalmente en la aerodinámica donde se están mostrando claramente inferiores a sus rivales.

Por otro lado, el futuro de este deporte se debatirá la próxima semana en Alemania por parte de los grandes constructores. El diario Daily Telegraph y Sky News han hecho pública una información en la que se muestra el interés del magnate Rupert Murdoch por hacerse con el control de la Fórmula 1.