X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA

La economía débil, según Marx

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 21/03/2011

VALENCIA. El recurso a los pensadores clásicos viene siendo habitual para dar explicación a los fenómenos económicos en los que vivimos inmersos. Jugamos además con ventaja, ya que ellos no pueden defenderse ante tergiversaciones. Ocultos tras las citas, se defienden posturas que los propios citados nunca hubieran defendido. Sin embargo, como economista débil, se está en la obligación de buscar explicaciones que difieran de los fuertes dogmas económicos. Convendría, por tanto, revisitar las ideas expuestas por nuestros antepasados y arrastrarlas al momento actual. Incluso rescatar a personajes que han caído en el olvido y que nunca han sido tomados en consideración por la seria ortodoxia. Por ejemplo, la versión debilitada del materialismo dialéctico, el pensamiento marxiano, ecléctico y débil donde los haya, permite arrojar luz sobre cuestiones de ahora y de siempre.

Marx resume su "filosofía Marxiana" en el quinto capítulo de su obra Memorias de un amante sarnoso, que es un poco más entretenida y posiblemente encierra más verdades que El Capital, de autor homónimo. Expone sus ideas sobre las necesidades, la economía, el talento y la suerte. Se podrían resumir sus reflexiones económicas en tres axiomas fundamentales: 1. Una economía más personal y menos endeudada. 2. Flexibilidad y espíritu auto-crítico. 3. ¡Ojo con los socios!

Axioma 1: "Surgiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cimas de la miseria".
Ya en 1963, escribía con total actualidad: "La palabra economía, por ejemplo, carece actualmente de un significado íntimo y hogareño. El Wall Street Journal afirma que todo el país está viviendo abocado a un precipicio de deudas; el gobierno está entrampado hasta las orejas y lo mismo sucede con los ciudadanos".

Marx nos invita a recuperar el sentido más personal y casi espiritual de la economía, cuando ésta aun significaba administrar eficientemente: "La limpieza es una virtud que sigue a la santidad, pero, en mi concepto, la economía debería precederla". Además, nos hace reflexionar sobre cuestiones como la ilusión monetaria y el endeudamiento. No es que ahora seamos más pobres, es que nunca fuimos ricos: "(...) los pobres viven como si fueran ricos" (Marx, 1963).

Sin embargo, en "Groucho y yo", Marx se decanta por un pensamiento más monetarista cuando afirma que "para aquellos que nunca lo han tenido, no encuentro palabras para describirles lo magnífico, tranquilizador y reconfortante que es el dinero". Con ello se introduce el segundo axioma:

Axioma 2: "Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros".
Aquí Marx nos propone ser más flexibles y críticos con nosotros mismos. ¿Son válidos los principios por los que nos hemos regido hasta ahora? Permanecer anclados sin cuestionarnos nuestras propias ideas cuando la realidad cambia a cada momento no parece una buena solución. El tercer axioma es más conocido:

Axioma 3: "Jamás aceptaría pertenecer a un club que me admitiera como socio".
Marx nos hace sospechar de las invitaciones envenenadas. Pertenecer a un club nos da ventajas, pero también obligaciones y se desprenden unas consecuencias de ello. En el club del euro, la política monetaria del BCE ha venido a suavizar los ciclos del timonel alemán, pero no la de los PIGS. Ante una imposible devaluación, sólo nos queda ser estructuralmente más competitivos para poder vender en el exterior más barato. Mejor ni preguntar por otros clubs en los que nos admitieron (OTAN, G-20).

El humor nos puede acercar a un mayor conocimiento disruptivo, pero para ello necesitamos unas estructuras de pensamiento un tanto diferentes. Ante dificultades graves, riámonos pero con seriedad, ya que "reírse de todo es de estúpidos, no reírse de nada es de tontos". Al igual que el humor, la economía (débil) "es posiblemente una palabra; la uso constantemente y estoy loco por ella. Algún día averiguaré su significado".
___________________________________________________________________

(*) Jordi Paniagua Soriano es profesor de Econometría en la Facultad de Estudios de la Empresa de la UCV

 

Comparte esta noticia

3 comentarios

gero escribió
19/12/2012 21:58

Sr Paniagua, mas palabras por artículo ya! Hace pensar... pero me deja a medias. Quiero más.

apsabater@gmail.com escribió
22/03/2011 15:04

Con sus comentarios deja claro que usted nacio a una edad muy temprana...

Emb escribió
22/03/2011 08:38

Siempre es divertido e interesante rememorar a Groucho!

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad