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MADRID (EP). Bankia, Banco Base y La Caixa copan la mitad de la exposición inmobiliaria potencialmente problemática de las cajas de ahorros, con un total de 50.543 millones de euros, según un informe de Bank of América Merrill Lynch.

Concretamente, Bankia, el banco del Sistema Institucional de Protección (SIP) que lideran Caja Madrid y Bancaja, tiene activos problemáticos ligados al ladrillo de 26.160 millones de euros, el 26,6% de la exposición del sector de las cajas identificada por el Banco de España en un total de 98.357 millones.

Banco Base, fruto de la fusión de CAM, Cajastur, CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura, tiene activos problemáticos de 13.994 millones de euros, el 14,2% del total, mientras que La Caixa aglutina 10.389 millones de euros de ladrillo problemático, el 10,2%.

En el cuarto puesto del ranking de mayor volumen de exposición inmobiliaria potencialmente problemática se encuentra Catalunya Caixa con 8.892 millones (9%) por delante de NovaCaixaGalicia, con 7.961 millones (8%), Mare Nostrum, con 5.695 millones de euros (5,7%), Banca Cívica, con 5.418 millones (5,5%), y Caja España Caja Duero, con 4.098 millones (4,1%).

No obstante, la firma subraya que la mayor exposición a activos problemáticos de los sectores de la construcción y promoción inmobiliaria en cuanto a su relación con la concesión de crédito corresponde en primer lugar a Caja España Caja Duero (31%).

En el segundo y tercer puesto de este ranking de ladrillo problemático en términos relativos y no absolutos y sin contar los créditos a las administraciones públicas figuran Banco Base (26%) y Caja3 (26%), respectivamente, seguidos de Catalunya Caixa (24%), Mare Nostrum (23%) y NovaCaixaGalicia (22%).

Por detrás, se encuentran Unnim (19,9%), Bankia (19,8%), Vital (19%), Banca Cívica (18,8%) y La Caixa (14,9%). Así, la media de la exposición al ladrillo de las cajas de ahorros en cuanto al total del crédito se establecería en el 19,4%, aunque para las entidades inmersas en fusiones frías (SIP), el porcentaje se establece en el 21,5%.

Según BofA Merril Lynch, de este importe global de 98.357 millones de activos problemáticos en el sector de las cajas, 29.000 millones de euros corresponden a préstamos dudosos y otros 27.000 millones a préstamos en situación normal bajo vigilancia, que están al corriente de pago pero podrían registrar problemas, mientras que los inmuebles adjudicados se elevan a 41.000 millones de euros.

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, anunció el pasado 21 de febrero que la exposición de las cajas de ahorros al sector de la construcción y promoción inmobiliaria es de 217.000 millones de euros, de la que el 46% es potencialmente problemática (99.820 millones).

En cuanto a los activos adjudicados a cambio del pago de deuda, que se elevan a 41.000 millones, Bankia aglutina el 27% del total, mientras que en el segundo puesto de mayor inmobiliaria figura Catalunya Caixa (13%) y en el tercer lugar, La Caixa (11%), seguida de Banco Base (10%).

"PASO EN LA BUENA DIRECCIÓN"

Por otro lado, la firma considera que las iniciativas adoptadas por el Gobierno en materia financiera para recuperar la confianza de los mercados son "un paso en la buena dirección", si bien apunta que sería deseable un menor plazo para la consecución de los objetivos en la norma que eleva las exigencias de capitalización.

Asimismo, Bank of América Merrill Lynch preferiría una mayor limpieza de los balances y de reconocimiento de pérdidas en los activos inmobiliarios, así como una mayor exigencia a las entidades en cuanto a la presencia de inversores privados en su capital.

Según sus cálculos, las cajas de ahorros necesitan 43.000 millones de euros de capital en un escenario que asume una pérdida de más del 18% de los activos ponderados por riesgo y una exigencia de capital de Tier 1 del 8,5%.

Por otro lado, el banco estadounidense mantiene su postura conservadora respecto a las entidades españolas, pero subraya que los bancos cotizados ganarán cuota de mercado a costa de algunas de las cajas, escenario en el que tanto Santander como BBVA podrían erigirse como partícipes de una potencial reconfiguración del sistema financiero.