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SEÚL (Reuters/EP). Corea del Sur ha realizado este lunes maniobras militares con munición real en la isla de Yeonpyeong, cuyas aguas reclama Corea del Norte y contra la que Pyongyang llevó a cabo un ataque el mes pasado que acabó con la vida de cuatro surcoreanos. Sin embargo, el Ejército norcoreano no ha respondido militarmente a estas acciones porque, según ha dicho, "no valía la pena reaccionar a las provocaciones" de Seúl.

El portavoz del Estado Mayor, Lee Bung Woo, ha precisado que el simulacro duró 94 minutos. "Durante el ejercicio, el Ejército norcoreano reforzó la vigilancia y se mantuvo preparado, pero no realizó ninguna provocación adicional", ha subrayado Lee, citado por la agencia de noticias surcoreana Yonhap.

El portavoz surcoreano ha dejado claro que el Ejército "se seguirá manteniendo firme en su preparación militar para defender las islas del noroeste y salvaguardar la soberanía".

Por su parte, el presidente surcoreano, Lee Myung Bak, ha argumentado este lunes que las maniobras militares son un medio apropiado para que Corea del Sur proteja su territorio y que ningún otro país puede oponerse a ellas, según un comunicado difundido por la Presidencia y recogido por Yonhap.

"Es natural que un país soberano lleve a cabo unos ejercicios militares para defender su territorio", especialmente, ha dicho, cuando se trata de una nación dividida que no ha firmado un acuerdo de paz. "Nadie puede entrometerse", ha recalcado.

ALERTA ANTE UNA POSIBLE RESPUESTA MILITAR

El viernes pasado, Pyongyang había advertido de que realizaría un nuevo ataque si Seúl seguía adelante con su plan. Ante esta eventualidad, Corea del Sur tenía preparados aviones de combate y unos diez buques de la Marina, incluido un destructor con sistema antimisiles Aegis, según fuentes oficiales.

El Gobierno surcoreano había instado a los habitantes de la isla de Yeonpyeong, situada en el mar Amarillo, cerca de la frontera marítima entre ambos países, a refugiarse en búnkeres ante el inminente inicio de las maniobras, de manera que unos 280 residentes, reporteros y funcionarios gubernamentales se cobijaron en refugios antiaéreos.

El mes pasado, Corea del Norte utilizó unas maniobras surcoreanas similares en la misma isla para justificar el ataque con artillería del 23 de noviembre, en el que murieron dos militares y dos civiles surcoreanos. Éste fue el primer ataque norcoreano contra un área civil surcoreana desde la Guerra de Corea (1950-53).

"NO VALE LA PENA REACCIONAR"

Sin embargo, esta vez Pyogyang no ha respondido porque, según el jefe del Ejército, citado por la agencia de noticias oficial norcoreana, KCNA, "no vale la pena reaccionar a todas y cada una de las provocaciones militares" de Seúl.

Ante la falta de respuesta del régimen comunista, el Ministerio de Unificación surcoreano ha anunciado que levanta la prohibición que había impuesto unas horas antes y que impedía a los surcoreanos visitar el complejo industrial de Kaesong, que se encuentra en Corea del Norte, junto a la frontera entre los dos países, y donde hay empresas surcoreanas y trabajadores surcoreanos y, sobre todo, norcoreanos.

DESACUERDOS EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD

Poco antes, concluía sin acuerdo una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para estudiar las medidas de respuesta oportunas ante la escalada de tensión entre las dos Coreas.

El acuerdo no ha sido posible por la división entre los cinco miembros del Consejo con derecho a veto respecto a quién se debe culpar de la crisis. Mientras que Estados Unidos, Reino Unido y Francia pretendían culpar a Corea del Norte de la crisis, Rusia y China se oponían a ello. Finalmente se aprobó la propuesta rusa de enviar a un emisario especial del secretario general de la ONU a Seúl y a Pyongyang.

El representante de China, Wang Min, advirtió durante la reunión de que un enfrentamiento entre las dos Coreas sería una "tragedia" que pondría en peligro la estabilidad de la región, por lo que hizo un llamamiento a la calma a ambos países y les instó a restringir las maniobras militares.

"Si estalla un enfrentamiento sangriento en la península coreana, en primer lugar dañaría a la población de ambos lados, pero además traería una tragedia nacional y un fratricidio entre los compatriotas del Norte y del Sur", dijo Wang.

El diplomático se negó a condenar abiertamente el ataque norcoreano del 23 de noviembre y destacó que la forma más adecuada de actuar ante este conflicto es dirigirse tanto a Seúl como a Pyongyang para rebajar la tensión, que, según reconoció, ha derivado en una situación "peligrosa". Por eso instó a ambas partes a mantener la calma y restringir las maniobras militares.

Por su parte, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, ha lamentado este lunes la falta de acuerdo entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad y ha indicado que el objetivo de Moscú en este encuentro era que todas las partes implicadas se comprometieran a "evitar cualquier provocación".

En declaraciones a la prensa, Lavrov ha asegurado que Rusia había propuesto la reunión de urgencia del Consejo "no para condenar a nadie, sino simplemente para enviar una señal" en favor de la contención. "No obstante, la señal enviada durante el debate fue bien clara: es necesario impedir cualquier provocación que pueda desestabilizar la situación", ha afirmado.

"Esperamos que haya sido oída por todas las partes", ha agregado. En todo caso, Lavrov ha advertido de que la situación "es muy tensa" y "no cabe ser optimista" en las actuales circunstancias.

EEUU ELOGIA A COREA DEL NORTE

Estados Unidos ha elogiado este lunes la reacción de Pyongyang ante las maniobras militares surcoreanas, de acuerdo con "la manera en que se supone que deben actuar los países".

"Los ejercicios surcoreanos eran de carácter defensivo y los norcoreanos habían sido avisados con antelación", así que "no había motivos para una respuesta belicosa", ha dicho en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado P. J. Crowley.