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VALENCIA. Dos de las cuatro empresas elegidas en la cuarta edición del Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol han nacido en la Universitat Politécnica de Valencia. Se trata de las firmas Kerionics y Wireless Power, vinculadas al Instituto de Tecnología Química (UPV-CSIC) y del Grupo de Fenómenos Ondulatorios de la Universitat Politècnica de València, respectivamente. 

Las iniciativas vencedoras han resultado elegidas entre más de 200 propuestas tras superar un exhaustivo proceso de evaluación y selección. Tras una primera selección de 19 propuestas, que como novedad en esta edición se incorporaron a un proceso de preincubación de dos meses, el pasado mes de julio se presentaron los 15 finalistas, entre los que se han seleccionado a los mejores proyectos e ideas.

Los proyectos que inician ahora su proceso de incubación recibirán un apoyo económico de hasta 288.000 euros durante un máximo de dos años y las ideas recibirán 24.000 euros durante un año para su maduración.  Estos proyectos e ideas también contarán con un equipo de tutores, asesoramiento técnico y legal y una formación adecuada a sus necesidades específicas. Además dispondrán de un espacio de trabajo propio en el Centro de Tecnología Repsol 

KERONICS, APROVECHANDO EL CALOR QUE SOBRA

Kerionics es una empresa de base tecnológica, surgida del Instituto de Tecnología Química, centro mixto de la Universitat Politècnica de València y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su proyecto se centra en la fabricación de módulos de membranas cerámicas no porosas que generan oxígeno.

La tecnología de Kerionics permite separar el oxígeno del resto de los componentes del aire. Para ello, aprovecha el calor residual que se genera en industrias con procesos térmicos de combustión (fusión de vidrios y fritas, metalurgia, fabricación de cemento o incineración, etc.).

Todos estos procesos industriales necesitan oxígeno para su combustión, lo que convierte a las membranas de Kerionics en una ventaja, ya que son capaces de producir el oxígeno en el mismo lugar donde se va a utilizar, haciendo que el oxígeno obtenido sea más económico y más flexible en su uso.

"Aprovechamos calor residual de las plantas donde se instalan. Generalmente este calor no es utilizado, y de hecho se utiliza energía extra para disiparlo", según apuntó José M. Serra, investigador del instituto de Tecnología Química y uno de los promotores de Kerionics.

Kerionics es la única iniciativa industrial que desarrolla módulos de membrana de O2 para este tipo de industrias. Existen otras tecnologías (ASU, Air Separation Unit), pero implican un mayor consumo energético en la producción del oxígeno, que normalmente se almacena en tanques y se transporta hasta las industrias en las que va a ser utilizado, generando mayores costes e impacto ambiental.

WIRELESS POWER, ADIÓS A LOS ENCHUFES

Wireless Power ha sido ideado desde el Grupo de Fenómenos Ondulatorios (GFO) de la Universitat Politècnica de València. Se trata de un sistema inalámbrico de transferencia de potencia sin contacto, basado en el acoplamiento de resonancias electromagnéticas, para la carga de dispositivos, como por ejemplo, teléfonos móviles.

Según explica José Sánchez Dehesa, investigador del Grupo GFO de la Politècnica de València, esta tecnología se basa en la utilización de una pareja de dispositivos diseñados con cristales fotónicos radiales: uno de ellos actúa como transmisor de la energía y el segundo se ubicaría en el dispositivo que se quiere cargar. Entre ambos, se produce el fenómeno conocido como acoplamiento de resonancias, que es el que finalmente permite la carga o recarga del equipo.

Los dispositivos presentan dos ventajas fundamentales: son capaces de mantener una buena transferencia de potencia a distancias de separación elevadas entre fuente y receptor y permiten la reducción del tamaño del sistema, lo que facilita su integración en otros equipos o mobiliario.