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VALENCIA. La reunión este martes -por separado- del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, con los cinco portavoces parlamentarios de los partidos con representación en Les Corts para abordar la necesidad de remodelar el sistema de financiación y adaptar las inversiones territoriales se desarrolló en un clima de sintonía general alineada con la postura del Ejecutivo. No obstante, este aparente 'uno para todos y todos para uno', tiene sus matices, a excepción -lógicamente- del síndic del grupo socialista, Manuel Mata.

La primera en pasar por el Palau de la Generalitat fue la síndica 'popular' y presidenta del PPCV, Isabel Bonig, quien se mostró dispuesta a aceptar la propuesta de Puig para pedir juntos en Madrid un cambio de modelo de financiación "gobierne quien gobierne" en el Gobierno central tras las próximas elecciones. El argumento de la líder de la oposición fue dirigido a que el 90% de la deuda actual de la Comunitat se debe, precisamente, a la infrafinanciación y "no al despilfarro" de los anteriores Ejecutivos controlados por su partido. En este sentido, la portavoz 'popular' recordó además que el actual sistema de financiación fue aprobado por el socialista Rodríguez Zapatero en 2009.

Ahora bien, cabe recordar que mientras han gobernado los 'populares' tanto en Madrid como en Valencia, es decir, en los últimos cuatro años, el PPCV no ha conseguido que desde la capital se abordara el cambio del modelo. En este sentido, la rama valenciana del partido tiene otro examen la próxima semana en el Congreso de los Diputados, donde se llevará a pleno la toma en consideración de la reforma estatutaria que contempla el blindaje de las inversiones para la Comunitat Valenciana. Un acuerdo adquirido en Les Corts en 2010 y que el propio PP se ha encargado de bloquear en el Congreso ante la negativa de la dirección nacional a sacarlo adelante. Con estos antecedentes, la colaboración entre ambos partidos genera, como mínimo, una duda razonable.

Sobre otros asuntos, Bonig pidió a Puig "respeto" a la gestión anterior y no limitarse "a echar la culpa constantemente al pasado". Además, le exigió una defensa enconada respecto al trasvase Tajo-Segura, mostró su rechazo al proyecto federalista que impulsa el PSOE y mostró su preocupación por que la Comunitat pueda sufrir "un proceso de nacionalismo de las aulas como el catalán".

La siguiente en pasar por el despacho de Puig fue la portavoz de Ciudadanos (C's), Carolina Punset. La dirigente del partido que lidera Albert Rivera aseguró sumarse "al clamor social" de los valencianos por un nuevo modelo de reparto que acabe con la "infrafinanciación" de la autonomía pero, puntualizó, "sin victimismos ni echando un pulso a Madrid", sino con un sistema "justo e igualitario" que acabe "con los privilegios de Navarra y País Vasco". Es decir, en palabras de la propia Punset, "una financiación justa no sólo para la Comunitat Valenciana sino para todos los españoles". Un argumento alejado de la vía judicial que está dispuesto a plantear el Consell si no se aborda la remodelación del sistema y que deja muchas dudas sobre cuál será el papel e influencia de C's para beneficio de la Comunitat si Rivera tiene un papel protagonista tras las elecciones generales. 

Después fue el turno para el portavoz de Podemos, Antonio Montiel, firmante del Acuerdo del Botánico, que mostró su apoyo a Puig para lograr un cambio en el sistema siempre que se dé "prioridad en la inversión social, a la recomposición del modelo productivo y se dé solución a la deuda histórica". Unas premisas que Puig vio con buenos ojos si bien también existen algunas dudas respecto a lo que pueda ocurrir en las elecciones generales y cómo puede oscilar la posición de Podemos, un partido estatal y notablemente centralizado, respecto a la situación de infrafinanciación de la Comunitat Valenciana.

El cuarto invitado al Palau fue el síndic de Compromís, Fran Ferri, formación que gobierna la Generalitat junto a los socialistas. El portavoz parlamentario aseguró coincidir "plenamente" con la reivindicación de Puig y se mostró partidario, una iniciativa esta de su coalición, de "abrir la vía judicial en caso de que el Gobierno central se cierre en banda". Ahora bien, cabe recordar que, como informó este diario ayer, desde Compromís se ha creado un grupo de trabajo paralelo precisamente para coordinar acciones políticas sobre financiación. Una medida que parece indicar que, en este caso, no hay 100% de confianza en que Puig pueda lograr una remodelación del sistema si debe elevar la voz ante su propio partido en el caso de que salga vencedor en las elecciones generales.

Por último, el portavoz del grupo parlamentario socialista, Manuel Mata, valoró el liderazgo de Puig al alcanzar un acuerdo entre todos los partidos políticos valencianos en el "diagnóstico de que la Comunitat Valenciana está mal financiada", lo que permitirá llegar a "soluciones" y pidió al resto de fuerzas que exijan también este cambio de modelo en Madrid. 

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