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VALENCIA. "El problema de la ciudad de Valencia no está en el grado de ocupación, que será alto este verano, sino en el precio al que se va a conseguir". Pepe Castelló entró en el negocio del hospedaje hace más de una década y cuenta con una red de hoteles, hostales, albergues y apartamentos turísticos, de cuya asociación autonómica, Apartval, es presidente.

Aunque los precios han bajado en todas partes desde el inicio de la crisis y sería impensable que se produjeran subidas de un 25 o un 30% de una temporada a otra, como sí ocurrió con las caídas, lo cierto es que el precio medio en Valencia es la mitad que en Madrid, dos veces menor que en Barcelona, un tercio que en Alicante y la cuarta parte que en las Islas Baleares.

Sin embargo, todos los datos necesitan ser puestos en perspectiva. "Si nos comparamos con los grandes destinos, salimos perdiendo. Hay que compararse con los iguales", matiza Luis Martí, presidente de la Federación Hotelera de la Comunitat Valenciana. Las grandes capitales turísticas con una marca asentada y, sobre todo, bien conectadas con vuelos internacionales compiten en una liga a la que Valencia sueña con aspirar, pero que aún tiene muy lejos, si es que alguna vez se puede alcanzar.

En la oferta de alojamientos de la costa, la situación no ofrece muchas diferencias entre unas zonas y otras, pero es en el caso del turismo urbano don de el análisis debe ser más preciso para no generar frustración. "Las referencias deben ser Sevilla, Bilbao o Zaragoza, aunque a esta última la superamos holgadamente", señala Martí. De hecho, la situación actual mejora a la que se tenía en el pasado.

"La Copa América o la Fórmula 1 hicieron que la ciudad alcanzara una presencia internacional como nunca: se puso a Valencia en el mapa", asegura Castelló, pero no se mejoraron las condiciones para que los visitantes pudieran acceder sin dificultad. La estrategia de la Administración no pasaba por Valencia.

"Aunque haya crecido el número de vuelos con compañías como Ryanair, cuando se reparten las líneas y las conexiones aéreas, Alicante se lleva la palma: la Conselleria de Industria entiende que es aquella plaza la que tiene que liderar", lamenta Castelló.

MENOS CANTIDAD Y MÁS CALIDAD

En su opinión, los números cantan. "Mientras que en 2014 España batió su récord de turistas, en Valencia bajó un 4,7%. Manises está en el puesto 15 de los aeropuertos españoles en número de pasajeros, no dispone de conexiones con mercados clave como los de Suecia, Holanda o Dinamarca y carga con unas de las tasas aeroportuarias más caras", señala Castelló.

Menos rotundo en sus valoraciones es Martí. "Tenemos aún mucho que hacer, pero, como en el resto de aspectos, no somos Madrid ni Barcelona", aunque también hay que tener en cuenta que la superioridad de Alicante, Málaga o Mallorca se debe a meses puntuales y no registran una estabilidad como la del aeródromo valenciano. Valencia es más un corredor de fondo y todavía tiene que poner en marcha su propio modelo, incrementando conexiones y no trabajando tanto en volumen como en calidad. En ese sentido, Martí defiende la generación de conexiones estratégicas con aeropuertos de primer nivel como Heathrow en Londres.

De hecho, compañías que no son low cost, como Lufthansa, se han reforzado con nuevos vuelos a aeropuertos como el de Fráncfort. "Se trata de conexiones estables y no sólo para el verano, porque la compañía gana dinero incluyendo este destino gracias a la demanda que mantiene", asegura.

Estos visitantes cuentan con oferta de hospedaje para casi cualquier perfil, incluida la de los apartamentos turísticos urbanos, una de las que más crecimiento ha experimentado en los últimos años. "Se trata de ofrecer alojamiento y no hacer pagar al cliente por cosas que quizás no disfrute en su estancia", define Pepe Castelló.

APARTAMENTOS TURÍSTICOS

Aunque hay disparidad de opiniones sobre si los distintos modelos de hospedaje que se ofertan en un mismo destino compiten entre sí o son complementarios, lo cierto es que los apartamentos turísticos siguen situándose en un limbo legal contra el que están luchando las empresas más asentadas en este tipo de oferta.

Mientras que el Decreto 92/2009 los regula en el ámbito autonómico, muchos ayuntamientos cuentan con legislación de ámbito municipal que se aparta del marco general, cuando no lo contradice abiertamente. Se trata de normativa para la concesión de licencias de actividad que abre la mano al intrusismo, según Castelló. Y no son municipios menores. De hecho, en la nómina de los que hacen la guerra por su cuenta están ayuntamientos de grandes ciudades como Valencia y destinos de peso como Gandia o Cullera.

(Este reportaje se publicó en la revista Plaza del mes de junio de 2015)