X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
Sostiene que el Consell paró las obras en 2009

Calatrava avaló la seguridad y funcionalidad del Ágora pese a que se entregó sin terminar

XAVI MORET. 14/08/2015 El estudio del arquitecto sostiene que fue el mes pasado cuando tuvo constancia de que el edificio tenía goteras y asegura haber trasladado al Consell actuaciones urgentes

VALENCIA. Santiago Calatrava se sacude la responsabilidad de los problemas del Ágora, pero ofrece colaboración para resolverlos. El arquitecto salió este jueves al paso de la polémica surgida tras la revelación del informe técnico que detalla numerosas deficiencias en este edificio para defender que éstas se deben a que la obra no fue finalizada según el proyecto original, por lo que el arquitecto nunca certificó que las obras estuvieran terminadas.

Según explicó su estudio en un comunicado, el equipo de Santiago Calatrava visitó el Ágora a principios del mes pasado para "comprobar" su estado. Fue entonces cuando tuvo conocimiento directo "de que se habían producido goteras en el interior del edificio" a pesar de que prácticamente desde que comenzó a utilizarse se han tenido que instalar unas lonas en el interior para recoger el agua que se filtra por la cubierta.

El estudio relata que ya en 2009 el Consell de Francisco Camps pidió detener las obras para poder celebrar el Open 500 de tenis "en contra de la recomendación del arquitecto". Posteriormente, en 2013, Cacsa decidió parar "temporalmente" las obras por motivos financieros y solicitó al estudio de que aceptara "una fase provisional de las obras" para poder usar el edificio temporalmente.

Según la versión del arquitecto, esa provisionalidad que se mantiene hasta hoy es la causa de las goteras y los otros deterioros que han quedado al descubierto con la auditoría de Avanqua, que concluye que el edificio no es apto para los usos proyectados.

Para entregar el edificio, Calatrava firmó un certificado parcial final de obra acompañado de un anexo en el que se detallaban los trabajos pendientes para acabar el Ágora conforme al proyecto original. Entre ellos estaban los remates de la cubierta para garantizar la estanquedad del edificio o los acabados de algunas zonas de la fachada. En los trabajos ejecutados hasta entonces se invirtieron más de 96 millones de euros más IVA.

No obstante, este certificado final parcial firmado por Calatrava no plantea objeciones por la no ejecución de los trabajos pendientes. Al contrario, el arquitecto certifica que las obras e instalaciones detalladas en el presupuesto "están finalizadas, son adecuadas y conformes a las actividades a desarrollar en el Ágora propias del objeto del proyecto, cumpliendo las condiciones de seguridad, solidez, estabilidad y funcionalidad, siempre que fueren conservadas según documentación de uso y mantenimiento".

Calatrava deja constancia de la existencia de una serie de "ejecuciones pendientes" respecto al diseño original de la obra, pero sostiene que estas "no afectan a la seguridad, solidez, estabilidad o funcionalidad de la misma en su conjunto".

CALATRAVA DISEÑA, NO EJECUTA

El estudio también delimita la responsabilidades del arquitecto en el proyecto, que se circunscriben a las funciones de 'proyectista y dirección de obra', lo cual quiere decir que Calatrava "diseña lo que se va a construir y posteriormente, durante la ejecución, asiste al proyecto para interpretar dicho diseño y aclarar detalles de manera que se respete lo que se ha diseñado". "No se encuentran, por el contrario, entre sus cometidos ni la Dirección de Ejecución de la Obra ni del Control de Calidad de la misma", concreta la firma.

Ejecutar los trabajos pendientes en el Ágora tendría un coste de diez millones de euros. Hasta que no se resuelvan las deficiencias estructurales detectadas en la auditoría del edificio encargada por Avanqua, como las goteras, la ausencia de falsos techos o la rotura de puertas, el operador privado no puede definir los usos que dará a este espacio.

La Generalitat y el adjudicatario de la gestión de este espacio que el anterior Consell incluyó en el concurso para externalizar la explotación del Oceanogràfic a pesar de que la obra no estaba terminada se han dado un plazo de dos meses para subsanar los problemas. El concurso establece la posibilidad de retrasar la entrega del edificio y el adjudicatario quiere contar con un calendario de ejecución de obras antes de recepcionar el edificio.

Los diez millones de euros corresponden al cálculo que el Consell de Alberto Fabra realizó sobre el coste que tendría instalar la cubierta exterior del edificio, elemento que resolvería el problema de las filtraciones de agua. No obstante, el Consell actual descarta acometer esa inversión y se ha puesto en contacto con el arquitecto para que facilite una solución más económica y rápida para poder ceder el edificio  

En ese tiempo, esperan pactar la solución a los problemas estructurales del edificio y un calendario de ejecución de los trabajos para resolverlos. La solución exige contar con el arquitecto Santiago Calatrava y el Consell ya ha iniciado los contactos con su estudio para buscar la salida más rápida y barata posible.

UNA SOLUCIÓN DE URGENCIA Y SIN CUBIERTA MÓVIL

En el comunicado que difundió este jueves, el estudio de Calatrava muestra su "total colaboración" con la solución al proyecto. Su implicación en la resolución de los problemas es esencial porque cualquier actuación sobre la obra, como por ejemplo una sustitución de puertas, podría entenderse como una alteración del proyecto original y el autor podría exigir una compensación económica por alterar su obra.

"En todas las ocasiones que Cacsa ha contactado con el arquitecto, Santiago Calatrava siempre ha respondido a las demandas que se encontraban dentro de sus funciones y competencias como proyectista", subraya el estudio.

Según explicaron desde el estudio, Calatrava ya ha respondido a la petición de la Generalitat para que enviara una relación de los trabajos que se consideran más urgentes para "consolidar" la obra del Ágora. La lista de actuaciones que el arquitecto ha enviado al Consell incluye una importante modificación: la renuncia a la cubierta móvil del edificio, uno de los elementos más simbólicos de la obra.

El estudio no pudo precisar en qué porcentaje se podría abaratar la terminación de la obra con la supresión de este elemento. En todo caso, insistieron en que se trata de un listado de soluciones urgentes que no implica que el autor descarte la idea de rematar el Ágora con un techo de lamas móviles.

Noticias relacionadas

Comparte esta noticia

comentarios

Actualmente no hay comentarios para esta noticia.

Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad