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VALENCIA. El desplome de las bolsas chinas, con caídas de un 8.5% el lunes 27 de julio, ha venido precedido de otras, con pérdidas de más de un 30% desde el 8 de junio al 8 de julio, aunque durante los 12 meses anteriores se acumuló una subida de un 150%. Esta situación volátil, nos lleva a preguntarnos si son síntomas de serios problemas o incluso antecedentes que afectarían a la estabilidad de la sociedad china.

La reacción de sus autoridades ha sido contundente, propia de un régimen férreo, y bastante alejada del libre mercado. Se han implementando diferentes actuaciones, como la del Banco Central Chino inyectando dinero en las Bolsas a través del ente público Corporación Financiera del Mercado de Valores de China, o abaratando el precio del dinero, o incluso limitando las ventas bursátiles (en lo que algunos han llamado corralito bursátil), y a pesar de todo, las incertidumbres y la volatilidad continúan.

Este entorno es reflejo de una desaceleración de la economía (de crecimientos de dos dígitos se ha pasado a intentar llegar al 7%, con unos indicadores internos no muy fiables) y una escasa competitividad de las grandes empresas, en medio del propósito de las autoridades chinas de transformar la economía intensiva industrial de exportación, cuyo crecimiento se ha basado en el éxodo rural, estancando las condiciones de vida en el campo y limitando las rentas salariales de las ciudades, a una economía de mercados de alto valor añadido, con un importante consumo interno. 

Deberíamos preocuparnos o cuanto menos ocuparnos de la cuestión, dada la repercusión en el mundo de todo lo que ocurre en China, segunda economía global, país más poblado del mundo y con cerca del 40% de las reservas mundiales en divisas. Por eso vamos a analizar las inestabilidades y desafíos que le acechan, refundiéndolos en dos grupos, los socioeconómicos y los políticos-internacionales.

1º.- Desafíos socioeconómicos: el desarrollo en China está dando lugar a graves desigualdades sociales de la siguiente forma:

1.1.- Demográficas, provocadas por la política de hijo único (desde 1979); a) en primer lugar han dado lugar a un desequilibrio de género, dada la cultura patriarcal existente, produciendo un excedente de hombres respecto a las mujeres (en la ratio de sexos entre los 15 y 24 años hay porcentualmente un 50% más de hombres que en occidente por ejemplo), lo que dificultaría realizar proyectos de familia, algunos estudios temen la aparición de patologías relacionadas con el sexo/género, y b) en las zonas rurales, para eludir este control de natalidad, existe un numeroso grupo de personas que no están registradas oficialmente (podría llegar al entorno de 100 millones)  y que constituyen una especie de población fantasma o flotante, con todo lo que conlleva.

1.2.- Económicas, el desarrollo industrial ha creado una profunda desigualdad entre campo y ciudad, e incrementando la de ricos y pobres, como ejemplos (son datos de estudios independientes pues la transparencia es escasa y los cálculos son relativos), China es el 2º país en mil-millonarios del mundo, existiendo un millón de millonarios (con más de 1,5 mill. $) y por el contrario existen varios cientos de millones entre 100-500 (según los índices o indicadores utilizados) con escasos recursos o en la mismísima pobreza.

Abundando en ello, según los últimos datos del Banco Mundial, el 40% más rico posee el 70.3% de los ingresos, y el 40% más pobre tiene sólo el 14.4% de los ingresos (tendencia que parece ir a peor), y así en numerosas ocasiones se han rebasado los 40 puntos (valor-frontera de la inestabilidad social) en el índice de Gini de desigualdad, estando aún en su entorno.

2º.- Retos Políticos-Internacionales: China es un régimen de partido único, sin elecciones ni libertad de prensa, donde el ideal comunista se ha transformado en una estructura de poder donde los buenos resultados de la gestión económica son su justificación; los desafíos en este sentido los focalizaremos alrededor de dos:

2.1.- Corrupción, el hecho de que China tenga una de las economías más reguladas del mundo (Doing business 2015 del Banco Mundial), unido a que no existe oposición ni medios independientes, y que el consumismo ha sustituido al comunismo, da lugar a que surja la corrupción y tráfico de influencias que puede socavar el sistema. Para Moises Naim, complementando la teoría de la desigualdad económica de Thomas Piketty, autor de El capital en el siglo XXI (Fondo de Cultura Económica, 2014), afirma que en países con gobiernos autócratas esta desigualdad se ve impulsada más aún por la corrupción.

2.2.- Nacionalismo, todo colectivo humano necesita de unos ideales o valores, los chinos al perder el Maoísmo como guía, lo han sustituido por la recuperación de un profundo orgullo nacional, herido desde la guerra del opio en 1840 contra Inglaterra y durante el siglo siguiente con pérdidas continuas frente a Occidente, que unido al carácter de potencia mundial de China, va a imprimir a su política exterior un carácter proactivo.

El caso más claro son las disputas territoriales del mar meridional de China donde reclama las islas Paracel o Spratly, o incluso atolones, arrecifes o bajíos como el Scarborough, o Luconia, o James, a miles de kilómetros de sus costas continentales, mientras que los países ribereños de estos se encuentran a escasos centenares de kilómetros 

En la presentación del Libro Blanco de la Defensa Nacional 2015 (LBDN 2015) ya se expuso claramente que la estrategia China había pasado de la defensa de aguas litorales a otra de protección de aguas abiertas. Y para reafirmar esta actitud proactiva/expansiva, el interés del LBDN 2015, sobre la revolución mundial en asuntos militares y su interés sobre la robotización de la guerra, y el  espacio exterior y el ciberespacio como nuevos puestos de mando en la competencia estratégica.

Por eso y aunque el catedrático Julian Pavón, autor de China, dragón o parásito (Plataforma Editorial, 2014), nos recuerda como la mayor dictadura del mundo, se convirtió en la fabrica mundial, para transformarse en su mayor banquero e iniciando la compra del mismo, tiene una serie de debilidades y desequilibrios internos, que a pesar del implacable control ejercido por el partido comunista chino, pueden ponerle en peligro pues ya ha sufrido en su historia reciente diversas revueltas-revoluciones como la de 1949, la Revolución Cultural o la Plaza de Tiananmen. 

La competencia, en todos los órdenes, ya sean económicos, políticos o estratégicos, con el gigante asiático es uno de los principales desafíos de Occidente para esta primera mitad del siglo XXI, ya lo dijo hace mas de dos siglos Napoleón Bonaparte, "es un gigante dormido, dejad que China duerma, porque cuando despierte, el mundo temblará".