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Gabriela Bravo, consellera de Justicia, administración pública y reformas democráticas

"Me quita el sueño que no haya dinero para todas las necesidades de la justicia"

REGINA LAGUNA (FOTOS: EVA MÁÑEZ). 24/07/2015 La nueva consellera de Justicia y Administración Pública, Gabriela Bravo, repasa en esta entrevista la situación -"muy grave"- de la justicia valenciana y se marca como objetivo colocar esta parte de la administración "en la agenda política, que nunca lo ha estado"

VALENCIA. La consellera de Justicia, Administración Pública, Reformas Democráticas y Libertades Públicas recibe a Valenciaplaza.com en su despacho como si de su casa se tratara. Acaba de llegar, pero ya se la nota cómoda y con su rincón preferido, que no es otro que su mesa de trabajo, pese al atrayente sofá en L que rodea la gran esquina del ventanal con vistas al antiguo cauce del río Turia. Parecería el loft de una broker soltera, con muebles en fríos grises combinados con el cálido panelado de madera que esconde un baño y una cocina, si no fuera por la bandera negra con el escudo de la policía que preside su mesa de trabajo. Gabriela Bravo se siente cómoda, pese a que acaba de llegar de Madrid y haber despachado con su gabinete los temas del Pleno del Consell del día siguiente. En lo que pretende ser un momento de relax, vamos leyendo el periódico mientras comentamos las necesidades de la sociedad valenciana.

Desde la última entrevista en una cafetería junto a la Ciudad de la Justicia de Valencia, han pasado muchas cosas: la dimisión de un presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que no fue dimisión...

¿Fue dimisión? Yo me perdí algo...

Fue dimisión en aquellas circunstancias. Usted me dirá, que estaba de portavoz del Consejo...

Fue dimisión... obligado por las circunstancias, pero dimitió.

Cosas que han pasado desde entonces. Han llegado Twitter y las redes sociales con fuerza, obligando a dimitir a todo el mundo...

Sí..., y a algunos los están poniendo en situaciones muy difíciles.

A usted no la veo por ahí...

No estoy en las redes sociales. Porque mi manera de comunicarme con la gente es más directa. A mí me gusta mirar a los ojos a la gente, ver sus gestos, el contacto... y me lo pierdo en las redes sociales que, no obstante, considero que son una manera de globalizar la cultura, la información... Pero tengo otras maneras de comunicar. En los grupos de whatsapp tampoco participo mucho. Prefiero el bis a bis.

¿Y dónde pondría la inteligencia emocional que está tan de moda aplicada a la política, a los negocios, a la comunicación virtual...?

Es que la inteligencia emocional hace falta en todos los ámbitos. Es fundamental, y quien carezca de ella...

Pero en las relaciones directas parece que hay más escrúpulos...

¡Qué va! Hay muchos menos. Porque esa primera impresión forma parte de esa cuota de inteligencia emocional. Para mí es muy importante mirar los gestos, cómo reacciona una persona, cómo sonríe, cómo te habla... Se aprende de muchas cosas, incluso de los silencios. Y a través de las redes no lo percibo.

Están los emoticonos... Después de cinco años en Madrid como portavoz del CGPJ, ¿cómo ha sido su vuelta, cómo ha visto la Comunidad Valenciana?

He visto que ha caído en picado. Una comunidad que fue declarada en quiebra técnica..., pues la veo con mucha preocupación. Cuando me fui, en época de cierta bonanza económica, en 2008, entonces comenzaban los primeros signos de la crisis económica que se nos venía encima, que ya apuntaba maneras aunque algunos no quisieran darse cuenta. Pero ya me fui con mucha preocupación porque creo que aquella época fue mal gestionada. La Comunidad Valenciana, es verdad que quiso estar en primera línea.

Pioneros nos llamábamos, ¿no?

Pioneros en todos los eventos, pero creo que se limitaron a los grandes eventos y se olvidaron de las cosas importantes.

Usted estaba entonces de portavoz de la Unión Progresista de Fiscales. Recuerdo que era muy combativa y que denunciaba continuamente las carencias que había en los juzgados valencianos, y con las que se habrá vuelto a encontrar.

En aquella época en la que se anunciaban los grandes planes de modernización e infraestructuras que se iban a desarrollar en la Comunidad Valenciana, había juzgados que no podían superar una inspección de salud e higiene en el trabajo. Recuerdo los juzgados de Alzira, los de Gandia, los archivos en cocinas, la gente trabajando en los juzgados de Mislata en unos bajos en que, por cierto, siguen siendo los mismos, sufrían las inundaciones cuando llovía, los chinches, sin un espacio donde poder separar a la víctima del delincuente, sin espacio prácticamente digno para que un juez o un funcionario pueda desempeñar sus funciones. Sí esto yo ya lo denuncié hace diez años...

¿Les han dejado algo para poder solucionarlo?

Hay que reconocer que hay una parte de nuevas infraestructuras que están ahí, de inversión, como las Ciudades de la Justicia de Castellón, de Elche, Paterna, de Valencia..., con muchas deficiencias no superadas pero haber mantenido los órganos judiciales en las condiciones de deficiencia de medios materiales y personales que han complicado mucho el día a día de los juzgados... Y a eso, si le añadimos todo el incremento de carga de trabajo que trajo consigo el estallido de la burbuja económica en determinadas jurisdicciones, al final lo que nos hemos encontrado es que la justicia valenciana está en un estado muy grave.

¿Pero han dejado algo para solucionarlo económicamente?

La primera decisión que adoptó el Consell fue la auditoría de todas las consellerias. Es fundamental, es necesario saber dónde estamos, porque hay que explicárselo también a los ciudadanos. Yo, que he sido tan combativa y tan reivindicativa, reconozco que me quita el sueño y me despierto por las noches horrorizada pensando si podré hacer frente a todas las necesidades, si tendré disponibilidad económica. Por ello, para que la ciudadanía, los jueces, fiscales y todo el mundo jurídico que espera mucho de este nuevo gobierno, puedan ser conscientes de dónde estamos, que sepan que vamos a trabajar, vamos a poner lo mejor de nosotros mismos y a pedir.

¿A Madrid? ¿Qué es lo que se va a pedir?

Que necesitamos un nuevo modelo de financiación, necesitamos incrementar el presupuesto en materia de justicia y, sobre todo, colocar a la justicia en la agenda política, que nunca lo ha estado.

Estaban los juzgados, pero sólo las piedras. El caballo de batalla de este gobierno, que parece que va a ser la financiación ¿Se puede solucionar con la ley en la mano, en los tribunales o es una decisión política?

Se debe solucionar en política. Creo que debemos asumir esto con responsabilidad y que quienes están en condiciones de facilitar una salida, dada la situación de endeudamiento público que tiene en estos momentos la Comunidad Valenciana, tienen la responsabilidad de, en el plano político, dar una solución que permita poder atender los servicios básicos de esta comunidad.

Hoy (jueves) se han encontrado en Barcelona, en la presentación de la nueva promoción de jueces de la Escuela Judicial, el Rey y Artur Mas...

Como todos los años.

Pero este año hay un proceso soberanista en marcha, que podríamos llamarle independentista y dejarnos de eufemismos. ¿Cree que con la Constitución en la mano sería posible una modificación de la Constitución para darle una salida legal a lo que quiere un pueblo?

La reforma de la Constitución está prevista en el propio texto. Se habla con mucho temor de la reforma de la Constitución y siempre digo que las leyes no pueden ser estáticas. Nuestra Carta Magna puede acomodarse a la nueva realidad, a los nuevos problemas y es susceptible de reforma como cualquier ley. Exige un proceso que viene reglado y con determinados cauces que hay que cumplir, pero a mí no me traumatiza pensar en una reforma de la Constitución y creo que es positivo y significa que vamos avanzando.

Aunque implicase...

¿Abordar el problema del modelo territorial que queremos? Pues, bueno somos una sociedad democrática ya madura, joven porque en democracia una vigencia de 35 años son pocos comparado con otros países, pero estamos en condiciones de poder abordarlo. El problema es cómo se aborda. Lo que hemos visto hasta el momento es escasa cintura política por parte de todos, tanto por parte del Gobierno central como por los representantes políticos en Cataluña. Hay que sentarse y abordar el problema sin traumas. Ello no significa que hay que vulnerar la ley, pero las leyes, si hay que cambiarlas, tampoco pasa nada.

El miércoles fue la reelección del Presidente de la patronal valenciana y se habló del sistema productivo, un sistema casi inexistente después de la crisis, después de haber destrozado todos los procesos de concursos de acreedores el tejido empresarial. Valencia es un pueblo de fenicios, somos comerciantes y artesanos... ¿Cree que este pueblo puede volver a recuperar este modelo productivo que parece que no quiere Europa, porque nos han clasificado como con un país de servicios con grandes infraestructuras para llevar los productos por nuestra red de carreteras desde África hacia el norte del continente?

El tejido empresarial en la Comunidad Valenciana se redujo, no con esta crisis sino con la anterior, en los años 90, cuando desapareció el gran tejido industrial valenciano. Y a lo que nos ha arrastrado es a donde estamos. La consecuencia de aquella desaparición fue centrarse en el ladrillo y se quedaron en un modelo absolutamente ficticio, en una burbuja inmobiliaria que acarreo la situación actual dramática. Pero es que con la crisis del petróleo tampoco se fijaron los medios ni hubo un plan para crear nuevas reestructuras financieras y productivas. Hubo países que hicieron los deberes y siguieron adelante y, los que no, comenzaron a caerse. Posteriormente, en los 90, con la globalización, con la aparición de todos los mercados emergentes, era evidente que el modelo productivo y el modelo industrial que teníamos en la comunidad, sobre todo en el ámbito textil y en el mueble, no se sostenía. Pero no se fijó una estrategia económica para poder aprovechar esos recursos y, efectivamente, ese espíritu o esas raíces fenicias que seguimos teniendo, porque somos un pueblo muy emprendedor, se ha demostrado en muchísimos empresarios que tuvieron que emigrar y buscarse las formas productivas en otros países. Pero es que estos años hemos vivido en un modelo que ha traído mucha más desigualdad, ha enriquecido a unos pocos, ha favorecido la corrupción de otros muchos y ha empobrecido a la mayor parte de la sociedad.

Pero no se podría haber evitado con un simple plan productivo, porque estaba el otro problema. La crisis financiera mundial, globalizada, habría arrastrado cualquier modelo productivo...

Pero es que no lo teníamos. Además, es verdad que aparecían nuevos mercados que podrían ser mucho más competitivos pero no lo eran desde el punto de vista de la calidad de los productos. Es muy difícil competir con nosotros en materia de calzado, por ejemplo. Y eso lo sabemos, ¿pero hemos puesto las bases para favorecer e impulsar esa industria o lo hemos defendido suficientemente en Europa?

Aquí quería llegar. Cree que Europa está intentando llevar un ritmo económico a dos velocidades entre el norte y el sur, como en el caso de Grecia? ¿Sería la solución que Grecia y todos los países del sur nos saliéramos del euro?

¿Lo están intentando? No. Lo están llevando a cabo. La situación de Grecia es muy importante desde el punto de vista de la ciudadanía. A mí la desazón que puede suponer para determinados intereses económicos la salida de Grecia del euro, sinceramente, me preocupa poco. Pero sí me preocupan los ciudadanos. El nivel de empobrecimiento que hay en ese país es equiparable a los países subdesarrollados, que pensábamos que estaban más lejos de Europa, y ahora lo tenemos aquí. Y el problema es que el recate o el acuerdo al que hayan podido llegar no va a solucionar el problema de Grecia mientas no se adopten medidas par activar el crecimiento económico. Mientras todo sean medias restrictivas que afecten directamente a los ciudadanos con subidas de impuestos, reducción de pensiones... Va a ser imposible.

Es lo que hemos vivido aquí.

Hay que potenciar el consumo y es que, mientras Grecia no produzca, no va a poder parar la deuda. Con lo cual, va a ser cada día más inasumible.

Parte de ese problema es también la corrupción de sus anteriores gobiernos.

Lo que también ha permitido Europa. Todo el mundo sabía que se maquillaban las cuentas. Todo el mundo sabía que era un país sin estructuras, era un país donde las instituciones no estaban... y se toleraba. Y ahora, de pronto, a los bancos y a los inversores les entró la prisa por cobrarles toda la deuda. Creo que aquí hay una corresponsabilidad en la situación. La primera la tienen los propios gobernantes, pero luego hay que intentar ser más solidarios y pensar en los ciudadanos.

En Grecia ha cambiado el Gobierno, la mentalidad de la gente... También aquí, pero viviéndolo de otra forma, porque estamos viendo a tótems de las finanzas y de la política entrando en los juzgados con las manos por delante. ¿Está haciéndolo mejor la justicia española que no lo políticos ni los ciudadanos, hasta ahora?

En este país ha habido una reación más contundente contra la corrupción. Creo que no podemos tener ningún tipo de queja de nuestros jueces y fiscales, que están trabajando, con un rigor y una dedicación casi desmedida porque los macro-procesos están inundando los distintos juzgados y, sobre todo, en determinadas comunidades autónomas afectadas, entre ellas, la nuestra. No podemos sentirnos orgullosos de esos representantes políticos o de esos gestores del dinero público. Haber tenido durante tantos años a personas sin ningún código moral ni político que única y exclusivamente se han dedicado a amasar fortunas y a sacarlas de este país..., es muy grave y creo que esto nos tiene que servir para establecer medidas y controles para fiscalizar la vida pública.

Tenemos leyes suficientes para controlar, pero hay que aplicarlas.

Hay leyes e incluso instrumentos para fiscalizarlas, que no fiscalizan. Las leyes hay que mejorarlas y ser más exhaustivos en el cumplimiento de las mismas. Y hay que exigir los controles y, sobre todo, una mayor transparencia en el ejercicio del cargo.

Hace diez años, la Fiscalía de Valencia estuvo investigando a un político valenciano, un cargo de la Generalitat, porque había utilizado la tarjeta visa de su cargo para tomarse unas copas en un pub llamado La Indiana. La Fiscalía cerró la investigación. Hoy eso no pasa. ¿La ciudadanía es la que exige más a sus instituciones? ¿Ha cambiado el código ético de los ciudadanos para que la justicia se se sienta obligada a perseguir la corrupción?

Esa corrupción generalizada, en la que se han estado moviendo algunos, ha despertado a la ciudadanía y es posible que los ciudadanos estén ahora más pendientes de los procesos judiciales que afectan responsables políticos en materia de corrupción. Ahora, que sea eso lo que condicione la labor de la justicia..., permíteme que dude. El supuesto planteado lo desconozco, pero cuando ha llegado la especialización en la Policía y la Guardia Civil, la oficina antifraude..., también han contribuido a un mejor control y a una adecuada investigación para el descubrimiento de todas estas redes en las que participaban representantes o cargos políticos y que sólo pretendían acaparar fortunas. Y con la grave consecuencia de dejar las arcas públicas como las han dejado. Están hablando en este momento de que no podemos atender servicios básicos en sanidad o en educación o en materia de justicia. Cuando observas la cantidad de dinero que han sustraído de las arcas públicas, es muy preocupante y ahí la justicia tiene que ser muy contundente. Ahora creo que el ciudadano exige más porque está en ese derecho después de haber asistido a esa tropelía a la que hemos asistido en estos años.

¿Qué es lo primero que se encontró encima de su mesa?

El informe que me preparó la subdirectora general de Justicia con el estado de todos los asuntos en trámite y el estado de ejecución del presupuesto.

¿Era halagüeño?

Era preocupante (suspira). Por eso creo que es importante que se haga una auditoría, para saber dónde estamos.

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3 comentarios

Fernandisco escribió
24/07/2015 09:44

Pues un Orfidal y a correr ...

Victor Gómez-Senent escribió
24/07/2015 08:17

"Vis a vis" es una expresión latina que significa "cara a cara". Bis a bis no significa nada.

JOSE MANUEL escribió
24/07/2015 08:01

!VAYA CINISMO Y DESVERGUENZA..!. ¿ES QUE NO LO SABÍA CUANDO UNOS Y OTROS METIERON MANO?. !!VENGA BRAVO...!!...A TRABAJAR Y NINGUN GASTO INUTIL. YA ESTA BIEN DE --"Y TU,MAS"

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