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VALENCIA. El dominio electoral que ha ejercido Rita Barberá durante 24 años en la ciudad de Valencia se extendía también al Partido Popular del Cap i Casal. Curiosamente, la alcaldesa nunca necesitó de la presidencia del partido ni de ningún cargo orgánico para tener controlada la organización, por lo que siempre delegó estas funciones en alguno de sus lugartenientes liberándose de la carga y desgaste que suponía atender este tipo de cuestiones.

Este miércoles Les Corts Valencianes aprueban la designación de Barberá y de Alberto Fabra como senadores territoriales. El desalojo de la alcaldesa del consistorio y su posterior marcha a la Cámara Alta ha iniciado una marejada en el seno del PP del Cap i Casal, donde han comenzado a aflorar quejas y protestas -que antes no se escuchaban- sobre la manera de realizar la transición en la capital.

Así, distintas fuentes de los diferentes distritos de la ciudad coinciden en que el actual presidente del PP de Valencia ciudad y portavoz local, Alfonso Novo, no representa una opción de futuro para competir por la alcaldía en 2019, por lo que se empiezan a elevar algunas voces que piden un cambio de estrategia en el partido y también de cara en el consistorio: una situación que se ha agravado, a juicio de dirigentes 'populares' por el continuísmo en la selección de asesores en el ayuntamiento. En esta línea, algunos de los nombres que suenan como posible relevo de Novo a medio plazo son los concejales Alberto Mendoza y Lourdes Bernal.

Ahora bien, más preocupante e inmediato para la formación 'popular' es el malestar existente en la capital respecto al liderazgo de Novo en el partido. Fuentes de la organización han asegurado que especialmente en distritos como Marítimo y Abastos, aunque también de forma más moderada en otros como Patraix, las voces que exigen un congreso extraordinario para el PP se han multiplicado, mientras otros sectores demandan una gestora de cara a rearmar el partido para las generales. Una situación complicada con una cita en las urnas a la vista, pero que refleja a las claras que la pérdida del Ayuntamiento de Valencia y la marcha de Barberá al Senado han abierto la caja de Pandora en el PP local.

Tampoco ha contribuido a apaciguar los ánimos la cena de cierre de curso político celebrada días atrás a la que no acudió Barberá: un gesto que fue criticado en los corrillos por varios asistentes y miembros representativos de diferentes barrios de la capital. Con este escenario, los distritos bullen: fuentes consultadas aseguran que también existe enfado en el distrito de Exposición, si bien el presidente Julio Aguado está ejerciendo de pacificador, algo similar a lo que ocurre en Ruzafa, donde se sitúa al frente Alejandro Fernández, asesor del ayuntamiento. En Ciutat Vella, por otra parte, se ha impulsado por parte de la dirección una declaración con propuestas para mejorar el papel de los distritos así como las formas de participación en los procesos internos.