LEMU (KENIA). Captain Lemon, al capitán del dhow Manuela, me decía el otro día que empezara solo ayunando con la comida. Es decir, que estuviera los dos primeros días solo bebiendo y que con la comida, además, lo hiciera de manera progresiva, poco a poco. El primer día me aconsejaba que estuviera sin comer hasta mediodía, solo bebiendo agua y que al día siguiente alargara un par de horas más y así sucesivamente hasta que empezara también dejando de tomar líquidos. Porque no poder beber es lo más complicado, lo que más cuesta cuando no tienes el hábito y no te has entrenado desde pequeño. Y yo no lo tengo.
No beber agua en todo el día, sobre todo cuando estás en un lugar con clima tropical, donde no imaginas tu vida sin agua, es muy duro. Porque pasar el día sin comer, aún se sobrelleva, pero sin beber requiere un esfuerzo y una entrega brutal. Es una prueba diaria que la comunidad musulmana lo integra con absoluta normalidad. Me dicen que lo que mas cuesta es empezar, el primer día es el peor. Luego ya es un tema de costumbre sin olvidar la motivación religiosa que lidera todo esto. Para poder disfrutar del Ramadán se juntas varios ingredientes: mucha fe, fuerza de voluntad y adquirir el hábito.
Una motivación religiosa que les ayuda a través de la fe a aguantar las horas centrales del día sin comer ni beber. Desde que sale el sol hasta que se pone no pueden ingerir nada de nada. No deben refrescarse de ninguna manera pues no deben tener ningún contacto con el agua, ni tampoco deberían practicar sexo si el matrimonio no ha sido aprobado por la mezquita. Todo esto además de rezar cinco veces al día.
El Ramadán es el ayuno que practican los musulmanes durante un mes una vez al año. Las fechas no son fijas, dependen de la luna. La luna naciente marcará el inicio y el final del Ramadán. Para los musulmanes es parte de su religión, de sus creencias... Es lo que mantiene viva su fe. Es su manera de purificarse, de limpiarse, de renovarse y de solidarizarse con los pobres... Con los que no tienen qué comer ni beber. Por eso ayunan, así no olvidan qué sienten los pobres, aunque los pobres también ayunen. Ayunan todos. Pobres y ricos. Pero durante una vez al año y solo durante las horas de sol, sienten que están todos en el mismo escalón, en la misma categoría. Eso si, cuando se rompe el fasting, el ayuno, es cuando se ven las diferencias. Y cada uno vuelve a su clase, a su estatus, a sus casas.
En las casas es donde se come después de romper el ayuno, después del breaking fast, como lo llaman en inglés (de ahí viene la palabra breakfast) que suele ser un acto social. Mientras las mujeres se reúnen en casa, los hombres se reúnen en la calle o en las mezquitas pocos minutos antes de la hora oficial del breaking que en Lamu este año han sido las 18:22. Cada uno lleva algo de beber como te, zumo o café, y algo de comer, dulce o salado, fritos que compran en los puestos de la calle, y una vez suenan los rezos de las mezquitas, todos empiezan a ingerir el picoteo a la velocidad del rayo.
Todo lo comparten y todos comen del mismo plato con las manos, una costumbre de la cultura musulmana, símbolo de su desproporcionada generosidad. Y en seguida encienden el primer cigarrillo del día, pues al ayuno tampoco les permite fumar. Han de comer poco al principio y mejor algo dulce, de hecho se llenan en seguida. Es la primera ingesta del día que preparará el estomago para la gran comida del día en casa. De hecho las mujeres se pasan casi todo el día cocinando para tener reservas durante la noche .
Despues del breaking las calles de Lamu quedan desiertas. Los comercios cierran y cada uno se va a casa. En las casas es donde comerán hasta una hora antes del amanecer, que suele ser sobre las 3 o 4 de la madrugada, pues a las cinco empiezan los rezos de nuevo con el amanecer y una hora antes de los rezos deben haber dejado de comer.
Para la comunidad musulmana de Lamu, que ayunes como ellos o al menos que lo intentes es un gesto que aprecian, que les pone contentos y que ayuda a la integración en otra cultura y yo he querido vivirlo. Te invitan a que ayunes con ellos como si de una fiesta se tratara, con una enorme sonrisa que hace difícil declinar dicha invitación. Y es que para ellos, el Ramadán es motivo de alegría. De hecho sorprende sobremanera que los niños a partir de los 10 años estén deseosos de ayunar, significa mucho para ellos. Significa hacerse mayores, ser buenos musulmanes... Empiezan por pocos días y así poco a poco se van entrenando. Al final del Ramadán las familias les premian de alguna manera en señal de recompensa por el sacrificio.
Además de lo relacionado a la ingesta de alimentos y liquido, en Lamu en Ramadán los rezos son mas prolongados y se retransmiten por la megáfono de las mezquitas. En Lamu la presencia de las mezquitas y sus rezos no pasa desapercibida ya que hablamos de una isla con una comunidad mayoritariamente musulmana y con unas 40 mezquitas que llenan de belleza, tradición, cultura, religión y rezos esta isla pequeña de unos 10.000 habitantes los 365 días del año. Pero ahora en Ramadán las mezquitas no solo hacen el llamamiento, también emiten sus rezos y sus sermones las cinco veces al día que rezan. Unos rezos que se convierten en la banda sonora del pueblo.
Es muy especial. Lamu este mes esta cargado de una espiritualidad especial. Es un mes de oración, sacrificio, renuncia al divertimento, de introspección... Un mes diferente y las rutinas y hábitos de su gente se adaptan al Ramadán. Los restaurantes locales cierran hasta la noche, y algunos incluso aprovechan este mes para hacer reformas o tomarse vacaciones pues no se puede seguir el mismo ritmo que el resto del año.
La ausencia de alimentación se nota en el rendimiento de los trabajadores, las oficinas tienen horario Ramadán, cierran antes. Todo cambia. Incluso los comercios abren mas tarde por la mañana y permanecen abiertos hasta la medianoche pues la actividad social comienza cuando se pone el sol. Intentan mantenerse despiertos hasta la ultima vez que pueden comer, sobre las 4 de la mañana , rezan y se acuestan. Así duermen más horas por la mañana y el ayuno se hace mas llevadero. Por eso la vida en la calle en Lamu aumenta por la noche. Una actividad que se incrementa más aún cuando se acerca el final del Ramadán. Se celebra el Eid Day, ultimo día de Ramadán.
Ese día se celebra por todo lo alto. Las casas se decoran y se pintan para la ocasión, las mujeres estrenan vestidos, los niños pasan por las casas en busca de caramelos y alguna moneda que ahorran, hay comida a todas horas. El Eid Day es la imagen de la explosión de la felicidad, de la celebración. Y todos participan de alguna manera. Todos apoyan el Ramadán. Un gesto que demuestra que la religión musulmana sigue siendo una religión viva y en expansión.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.