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RETOS DE LEGISLATURA

Herencia envenenada: El San Pío V que queda

C. AIMEUR. 15/07/2015 La sustitución de Paz Olmos al frente del museo será el primer paso para su regeneración

VALENCIA. Ya nadie puede decir que es la segunda pinacoteca de España. El adagio que durante años empleó el PP para publicitar el centro ha saltado por los aires. El Museo San Pío V, el Museo de Bellas Artes de Valencia ha vuelto atrás en el tiempo y está muy lejos de la pujanza de otros espacios similares como el Museo de Bellas Artes de Sevilla o el de Bilbao.

De entrada se encuentra condicionado por una ampliación en la que nadie cree y en la que a cada día que pasa se descubre una nueva chapuza. La última, denunciada por diferentes colectivos culturales, ha sido suprimir las puntas de diamante de la fachada, que han sido reemplazadas por un trampantojo, un ejemplo más de la desidia con la que el Ministerio de Cultura está tratando los trabajos en la pinacoteca valenciana.

Con las horas contadas al frente de su puesto, son muchos los que señalan a la aún directora del centro, Paz Olmos, como corresponsable de lo sucedido, no por acción, sino por omisión e inacción. "Ha pasado totalmente de la ampliación", comentan desde el centro. "No le interesaba. Le venía grande. Muchos problemas que han sucedido ha sido en parte por culpa de su desinterés", aseguran.

Con todo otras voces advierten de que el errático comportamiento del departamento ministerial, con sus recortes y su "soberbia", dice un técnico del museo, habrían imposibilitado el más mínimo control. "Si ella hubiera delegado en alguno de los técnicos del museo quizás habría sucedido también, pero obviamente si hay un seguimiento serio se habrían comportado con más miramiento [los técnicos del Ministerio]".

La situación del San Pío V es crítica en la expresión más amplia del término. La falta de personal es acuciante. "Salvo una persona que se ha ido cansado de ella, el resto de trabajadores del museo se han jubilado y no lo tenía previsto", explican. "No ha querido buscar a nadie ni ha intentado que se contratara personal de refuerzo. Por otra parte mejor porque si no habría metido a una de sus amigas", ironizan.

Hay pues que ampliar la plantilla. O cabría más bien hablar de cubrir los vacíos que se han creado. Y en ese contexto cobra una especial relevancia la relación que se mantenga con ese Ministerio de Cultura que no ha mostrado ningún interés por potenciar el centro valenciano.

SE HA RECUPERADO PÚBLICO, PERO ¿A QUÉ PRECIO?

Una de las claves que explica la gestión de Olmos durante estos últimos cuatro años ha sido su obsesión por aumentar el número de visitantes. Algo que en parte se ha logrado. En 2014 el centro superó los 145.000 visitantes y se situó por encima del IVAM.

Con todo, la captación del público ha sido a través de apuestas que han sido criticadas por desvirtuar al museo. En este sentido ha sido muy significativa su predilección por Sorolla, un artista que, pese a ser valenciano y reconocido, no está especialmente bien representado en la pinacoteca.

La respuesta ha sido buena, sí, pero como balance, dice un historiador del arte consultado, el resultado es magro. "Las exposiciones temporales han sido un todo vale, con lo cual el museo no ha cumplido su función de formar a la gente. Cierto es que algunas exposiciones han gustado, como la de Sorolla y la moda o la que se tituló La moda, ¿octavo arte?. No estaban mal. Eran curiosas, estaban bien diseñadas. Más interesante habría sido el proyecto Res Mobilis [sobre mobiliario histórico] si hubiera profundizado, pero se ha limitado a coger lo estudiado, los muebles de la colección de Pere Maria Orts".

La querencia por artistas más populares que representativos, proyectos como la sala Goya, para la que desmontó una sala ya existente para montar otra en la que se le descontextualiza de sus discípulos, o la sala dedicada a Vicente López, en la que se limita a exhibir de manera fría todos los retratos del pintor valenciano del XIX, son algunos de los ejemplos que se muestran como paradigmas de la gestión de Olmos. "No era la persona que se necesitaba para reflotar el museo", comentan.

De ahí que el relevo de la directora sea considerado como el punto de partida de una nueva época para el centro valenciano. La anterior consellera de Cultura, María José Català, se despidió del cargo admitiendo que le había quedado pendiente organizar el concurso para elegir el director del centro, a la manera del IVAM. Esa tarea pendiente es la primera que marcará la nueva legislatura de un centro que urge que sea recuperado para la ciudadanía como lo que es: uno de los mayores patrimonios de la Comunitat Valenciana.

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3 comentarios

Laura escribió
16/07/2015 19:51

¿Cuánto tiempo más va a estar la amiga de Camps jugando a los museos?... ¿No hemos tenido suficiente ya con todas sus chapuzas?...

Aarón escribió
15/07/2015 12:13

Qué pasa con el nuevo gobierno valenciano que no echa ya a esa señora tan incompetente????? A qué puñetas esperan???? El Museo está hecho una pena, destruido por el desprestigio y bajo mínimos en personal... Que alguien mueva ficha, por favor... YA

R. Sanz escribió
15/07/2015 10:37

¡Cuánto trabajo queda por hacer! Felicidades a Carmen Amoraga ¡¡y manos a la obra!!

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