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VALENCIA. Hace tres años, Steven Soderbergh consiguió un notable éxito con Magic Mike, la historia de un veterano stripper que enseña a un recién llegado al oficio todos los trucos para ganarse a las mujeres y conseguir dinero fácil. No es que fuera una obra maestra, pero tenía algunos puntos buenos y una cierta mirada sobre la crisis económica que le hizo destacacar por encima de la media.

Ahora, en una época de sequía creativa como es esta, alguien decidió que sería una buena idea rodar una continuación. Así, este fin de semana llega a las pantallas españolas Magic Mike XXL, con el escasamente conocido Gregory Jacobs a la dirección. Repite como protagonista y como coguionista, eso sí, el musculoso Chaning Tatum. El tipo cuenta que para el papel contrataba a boys y se los llevaba a casa, y más de uno se ofreció a hacer un final feliz. Que no se diga que no iba preparado: trabajó de eso cuando era joven.

El que ha declinado participar es Matthew McConaughey que no se negaba a repetir el papel de Dallas, pero su caché se ha disparado desde que se llevó el oscar por Dallas Buyers' Club (Jean-Marc Vallée, 2013) y ha sido imposible contar con él.

En esta ocasión, Mike ya se ha retirado pero recibe una oferta de sus amigos, los Reyes de Tampa, que están a punto de colgar el tanga: antes de retirarse quieren hacer una última actuación en el Myrtle Beach, el Dorado de este tipo de espectáculos. Por el camino se van encontrando a nuevos y viejos amigos y se apartan del pasada de manera sorprendente.

En taquilla, esta segunda parte no ha funcionado del todo mal, y de hecho ha sido la cuarta película más taquillera de la semana (con 12 millones de euros). Como comedia, ha dicho la crítica, sigue funcionando pero ha perdido la acidez de la primera parte.

Según Tatum, uno de sus errores en la primera parte "fue no haberme fijado suficiente en el papel de los chicos, porque para mi fue un descubrimiento. No había trabajado con ninguno y, aunque me gustó mucho su trabajo, escribí muy poco sobre ellos en el primer draft de Magic Mike".

ES MÁS LIGERA

El actor tampoco niega que haya renunciado a la crítica social en esta nueva entrega. "Definitivamente, es más ligera. Y, también definitivamente, es más divertida. Diría que es menos oscura, eso seguro".

Sobre el trasfondo de la película, la convención de strippers,  bromeó diciendo que "no tengo ni idea de porque lo llaman una convención o porque lo llamamos una convención. No se trata de vender tecnología ni nada de eso. No tengo ni idea de porqué lo llaman así, pero, sí, yo fui a una". Además, aseguró, "lo que pasa en verdad palidece con la película, desde luego no es ni la mitad de cool".

También aseguró que la película no escandalizará a nadie. Aunque ha recibido una calificación en EEUU de no autorizada para menores de 17 años, "no estamos en el negocio del escándalo, estamos en el del entretenimiento. Quiero que la gente vaya hasta el límite, que saque un dedo, y darle algo que no sabían que les iban a dar. Sí, vale, pero no queremos faltarle el respeto a nadie, ni que se sienten incómodos o suicos".