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VALENCIA. Plataformas como Airbnb han cambiado la manera de viajar y Valencia no queda al margen de esta tendencia. En la capital del Turia ya se alojan en pisos turísticos cuatro de cada diez visitantes, una realidad que está restando clientes a la planta hotelera de la ciudad y amenaza su rentabilidad. La cifra es una estimación de Exceltur, que ha analizado el impacto del aumento de los pisos turísticos impulsado por los portales de economía colaborativa. 

Los visitantes del Cap i Casal todavía prefieren los hoteles para hospedarse durante sus viajes, pero la proporción tiende a igualarse. Entre enero y marzo se alojaron en Valencia 14.997 turistas en viviendas particulares, frente a los 22.657 visitantes que optaron por los alojamientos reglados. En Málaga, una ciudad con un perfil de turista similar al de Valencia, el 73% de los visitantes prefiere alquilar una vivienda particular antes que acudir a un hotel.

Por su parte Barcelona, la ciudad española con más oferta de pisos turísticos, ya hospeda en estas viviendas al 64% de los visitantes, a pesar de que la ciudad condal ha congelado la concesión de licencias de este tipo de alojamiento y que la Generalitat multó a Airbnb por "fomentar la economía sumergida". La ambigüedad legislativa favorece el repunte de las viviendas de uso turístico. Según Exceltur, la "falta de regulación" del alquiler por unos días permite "niveles de rentabilidad superiores a los de alquiler de larga distancia".

PRESIÓN TURÍSTICA EN CIUTAT VELLA

No todos los barrios de Valencia tienen la misma proporción de pisos turísticos. El informe de Exceltur apunta que el 45% de estos alojamientos se concentran en los distritos de Eixample, Extramurs, Poblats Marítims y Ciutat Vella. Este último distrito tiene 121 pisos de uso turístico por cada millar de inmuebles, una proporción similar a la de Málaga, donde 160 de cada mil pisos del centro corresponden a esta clase de viviendas. De nuevo, la situación del turismo en Valencia queda lejos de la de Barcelona, donde Ciutat Vella dedica dos quintas partes de los immuebles al negocio del alquiler vacacional.

Los pisos turísticos también arraigan en el mercado turístico de Benidorm. La capital turística de la Comunitat aloja al 41% de sus visitantes en viviendas particulares, frente al 59% restante que opta por los hoteles. En el principal destino vacacional de las comarcas de Castellón, Peñíscola, el volumen de alquiler turístico es más abultado: un 47% de los turistas optan por esta opción.

'DOSMILEURISTA' QUE VIAJA EN PAREJA

El perfil de usuario de los pisos turísticos que perfila Exceltur es el de un asalariado treintañero que cobra como mucho 2.500 euros. Según el retrato robot que dibuja el informe, cuatro de cada diez turistas alojados en viviendas en España viajan acompañados por otra persona y se alojan una media de 4 a 7 noches. El dato concuerda con el abrumador 69% de pisos enteros que engrosan la oferta de los portales como Airbnb, Homeaway o Niumba. Solo un tercio de las ofertas en estas plataformas corresponden a habitaciones sueltas.

El exhaustivo informe cita el ruido como el problema principal para los vecinos de pisos turísticos, seguido por la sensación de pérdida de seguridad o el empeoramiento de la limpieza del edificio. Según el estudio, además, las viviendas turísticas tienen un impacto económico notablemente más pobre que el de los hoteles. Por cada cien plazas, los alojamientos reglados generan 53 empleos, frente a los 9 que producen los pisos turísticos. La principal demanda del sector ante lo que llaman "hotelización de viviendas" es que esta competencia en auge cumpla la ley. Exceltur reclama que los propietarios de alojamientos turísticos paguen IVA como los hoteles y tengan requisitos de seguridad similares a los de los demás establecimientos. En definitiva, que jueguen con las mismas cartas.