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VALENCIA. Allá por 2013 el palabro startup estaba mucho menos visto en España que ahora. El boom de los emprendedores iniciaba el vuelo y las empresas tecnológicas empezaban a ser habituales en los medios. También recuerdo que, ese mismo año, Valenciaplaza.com publicó el concurso de acreedores de Ninja Fever, una firma valenciana de videojuegos que operaba a través de la empresa Arcatium Studio, ganadora del XVI Premio Bancaja Jóvenes Emprendedores 2010 y otros tantos más.

Algunos lectores, del mismo perfil, realizaban comentarios como: "Me pregunto si es verdad o es el periodista el que les tiene ganas" o "una pena si es así". Los periodistas no tienen ganas a nadie para inventarse un concurso y sí, es así. Incluso la empresa apuntaba en una especie de comunicado que todo sonaba más alarmante de lo que era ya porque ellos eran quiénes habían decidido entrar en concurso y tenían un plan de viabilidad. Claro, eso demuestra ser responsable, pero no evapora cuál es la situación de la empresa.

Ni más ni menos un concurso es una situación de insolvencia, sea por la razón que sea. Y suele ser fácil observar si es más o menos grave aunque hay que reconocer que no es habitual recuperarse cuando alguien entra. Lo que sí que está claro es que la información suele florecer de fuentes oficiales y públicas y es difícil rebatirla simplemente diciendo que es mentira, porque si aún no ha salido acabará saliendo.

Sin embargo, es más habitual observar en los medios todos los éxitos de estas nuevas empresas mientras que a su vez se habla de lo importante que es fracasar para emprender. Eso sí, no me toques mi concurso, porque esto es algo privado, entre mi abogado y yo. Es raro saber del concurso o incluso cierre de una startup públicamente a no ser que tenga una dimensión grande.

Y claro, al contarlo, a veces parece que alguien está cometiendo alta traición a la patria y está colaborando en compartir el fracaso de alguien, cuando a priori el daño debería estar más aplacado por esta filosofía del fallo y la equivocación de la que venimos hablando. Es más, contrarrestaría a la insistencia en una burbuja de inversión y creación de empresas tecnológicas ya que demostrarían que las que no funcionan también caen por su propio peso.

De hecho, sabemos de la alta tasa de mortalidad de las startups, pero igual que nos llegan todos los días aperturas y éxitos de nuevas empresas tecnológicas, ¿por qué no contar lo que sería habitual en una empresa al uso que ha sido noticiable? Me parece lo justo. Es más, creo que es una buena práctica que favorece al resto de emprendedores cuando ellas mismas anuncian su cierre y dan los motivos como hiciera por ejemplo en Valencia la startup de uno de los programas de Lanzadera GPMess.

Sin embargo, otras prefieren decir en la intimidad (y algo avergonzados) que no hables de su concurso de acreedores porque su abogado no les deja cuando realmente aparece en documentos públicos. Otras, directamente, aunque son aplicaciones que pueden tener usuarios que la estén utilizando prefieren dejar de actualizar y que algún día sean ellos quienes vean que aquello no tiene vida. En fin, alguien debería concienciar a algunos emprendedores de que las startups, cuando tienen una SL, pasan a ser empresas y llega un momento en el que es fácil tener acceso a su facturación, su éxitos o debilidades.

Todo esto ni es malo ni es bueno. Nadie juzga a un emprendedor, igual que no lo hace con un empresario en esta situación, pero es un proceso vital en la vida empresarial del que no se debería liberar a las empresas tecnológicas cuando se haya hablado de ellas. En estos últimos meses, en la Comunitat Valenciana varias startups se han declarado en concurso de acreedores. Empezando por Wearable Information Technologies, creador de la aplicación Gow, quien fuera declarada mejor aplicación de España en 2012 y su camiseta, Weartech. También la startup de Lanzadera Balandras, el agregador de plataformas de microfinanciación o  Gopango Networks, creadores de la aplicación Stelapps. A esto se suman otras que quedaron por el camino (y muchas más que se nos habrán pasado) como Efimarket o Qloudial, que también pasaron por la aceleradora Bbooster.