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EL DEBATE SOBRE EL FUTURO DE LA ENSEÑANZA

¡Que viene la izquierda!: ¿Tiene la escuela concertada algo que temer?

JAVIER CAVANILLES. 07/06/2015 El principal problema de la próxima conselleria no es recortar a la concertada sino cumplir su palabra de invertir más en la red pública

VALENCIA. "Van a ir a por la escuela privada". La inminente llegada de un Consell de izquierdas tras 20 años de dominio popular ha metido el miedo en el cuerpo a algunos. Es de prever que la cartera de Educación será una de las más complicadas de negociar ya que tanto PSPV como Compromís la ambicionan. Pero para tranquilidad de unos y desesperación de otros, los cambios profundos tardarán en llegar... si llegan.

Lo primero a tener en cuenta es que aunque las competencias en educación están transferidas a las comunidades autónomas, todas tienen que cumplir con la polémica Lomce (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa), que comenzará a aplicarse el próximo septiembre en Primaria y FP básica, y el curso siguiente en primero y tercero de Secundaria y en Bachillerto.

De momento, hasta el curso 2018-19 todos los centros de Primaria mantendrán los conciertos ya que la conselleria de Educación, en enero, aplicó una prórroga de dos años amparándose en la citada Lomce. Los conciertos de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, en cambio, caducarán en 2016-17.

Por lo que respecta a la existencia misma de los conciertos educativos, no están en cuestión. Hay matices sobre si la red pública y la concertada son complementarias (están al mismo nivel) o subsidiarias (la segunda debe cubrir la oferta allí donde no hay centros públicos). El Partido Popular y Ciudadanos sostienen la primera opción mientras el -hipotético- futuro tripartito, la segunda.

SIN MIEDO AL FUTURO

Pese a los temores de algunos, José Manuel Boquet -presidente de la Federación de Centros de Enseñanza, Feceval- está muy tranquilo aunque reconoce que "es normal que haya expectación, pero los centros concertados están muy implantados en la Comunitat Valenciana" y recuerda que "de los más que se ha hablado es de introducir cambios en los niveles de educación no obligatoria".

"Lo de si la educación concertada es complementaria o subsidiaria de la pública es ya casi una cuestión semántica porque nadie niega la importante labor que hacen estos centros y que suponen un ahorro para las arcas de la conselleria". No cree que el modelo esté se discuta y recuerda que "sirve para introducir competencia en el sector y eso es bueno para todos".

Curiosamente, Boquet ve con menos recelos a Podemos que a Compromís "ya que no tienen una herencia ideológica tan acusada que parece fundarse en lo que pasaba en los años 20, cuando los centros religiosos sí servían para adoctrinar a los alumnos. Podemos parece más realista, y la realidad es que muchos padres optan libremente por los centros concertados".  

LOS PROGRAMAS ELECTORALES

De los partidos de izquierdas, el menos beligerante es el PSPV ya que, no en vano, fue en época de Joan Lerma cuando los conciertos entraron en vigor. En su programa, básicamente, lo único que les piden es que cumplan la ley. Algo más severo, tampoco mucho, era el programa de Compromís, que sí decía explícitamente que la educación concertada debería ser subsidiaria.

Podemos apostaba por destinar más dinero a la red pública y que fuera asumiendo, en la medida de los posible, alumnos de colegios concertados. Aún así, se han mostrado muy favorables a las cooperativas, que no dejan de ser centros privados.

Pero, con estos matices, los tres partidos coincidían en lo fundamental. Los colegios (independientemente de su titularidad) deben cubrir las necesidades de escolarización de su zona, que la integración de alumnos con necesidades especiales e inmigrantes sea equilibrada en ambas redes, y que se gestionen con transparecia. Es una forma de decir que los concertados no pueden desincentivar a los padres con menor poder adquisitivo ofertando algunos servicios de pago.

EDUCACIÓN ‘SEGREGADA' O ‘DIFERENCIADA'

Uno de los temas más polémicos es el de qué pasará con los centros unisex, de los que hay siete en la Comunitat Valenciana y están todos vinculados (directamente o no) al Opus Dei. De momento, nada de nada. Durante la campaña, los más beligerantes sobre este punto fueron Podemos e Izquierda Unida, así que solo queda un partido que defienda acabar con los centros con ‘educación diferenciada'.

Compromís y, sobre todo el PSPV, han sido más ambiguos sobre este punto limitándose a decir que no permitirán que haya discriminación. Pero la Unesco dejó claro hace ya mucho tiempo que los centros unisex no discriminan per se, la discriminación se daría si los contenidos fueran distintos. Por ejemplo, si para los chicos se ofertara informática como optativa y para los de chicas, costura. Eso no ocurre.

Este es uno de los aspectos en los que el futura Generalitat no podrá hacer nada ya que la Lomce garantiza a estos centros (unos 190 en toda España) poder optar a los conciertos como cualquier otro. Por cierto, no es cosa del PP. El borrador que preparó el ministro Wert decía que, antes, debían "justificar de manera objetiva y razonada" los motivos para separar por sexos, pero una enmienda de UPN llevó a una modificación del texto y ahora solo dice que la inspección educativa tiene que supervisar el proyecto educativo.

PRIVADOS CON PIEL DE CONCERTADOS

De momento, hasta que cambie la Lomse por lo menos, pocas novedades hay que esperar en el sector de la escuela concertada. La única arma que le quedaría a la conselleria de Educación es poner a trabajar a la inspección y que vayan, centro por centro, para ver si alguno incumple la normativa y retirarle la subvención. Es difícil dar con el dato exacto pero, desde que empezaron a existir centros concertados en la Comunitat Valenciana, apenas ha habido ningún caso y los que se recuerdan, acabaron con una sentencia dándole la razón al centro.

En este caso, lo primero que habría que mirar es si los centros concertados cobran de manera sibilina algo a los padres. Que el transporte y el comedor no entra en la subvención, está claro pero ¿y las horas de repaso? ¿y si hace falta una tablet? ¿el uniforme? ¿No son gastos encubiertos? Boquet, el presidente de Feceval, esto lo tiene muy claro: "la ley está para cumplirla y nosotros nunca vamos a amparar a quien no lo haga, pero la realidad es que jamás ha habido ningún problema en este sentido. La educación concertada abre sus puertas a todo el mundo".

Otro problema es el de la integración de los alumnos con necesidades educativas especiales que, actualmente, están mejor atendidos en los centros públicos y en la mayoría de centros religiosos. Aquí hay truco. Basta con que el centro no pida una ampliación de plantilla con la que atender a sus necesidades para cumplir la ley y librarse de este tipo de alumnos. ¿Se les debería obligar? Esa es una respuesta que deberá dar el futuro gobierno de la Generalitat.

CENTRO PÚBLICO, GESTIÓN PRIVADA

Hay un factor secundario en el que la nueva conselleria de Educación sí podría actuar: volver al sistema anterior de zonas, en las que cada padre podía elegir solo entre los centros más próximos. Ahora, en lugares como Valencia, se aplica el distrito único. Fue un invento de la consellera María José Catalá para decir que los padres pedían más centros concertados.

Lógico, después del maltrato al que sometió a la red pública, muchos padres iban a pedir centros privados. Básicamente, por que no tenían que pagarlos. Pero revertir esta medida tampoco parece que vaya a tener mucho efecto, ya que se desconoce el que realmente ha tenido.

También parece que la (fallida) política que intentó poner en marcha el PP de ceder terreno público para construir centros privados (el de Calpe está paralizado) tiene los días contados. También se propuso que fuera la administración quien construyera el centro y dar la gestión a una empresa privada. En el barrio de Ruzafa (Valencia) la reacción de los padres fue tal que la medida se guardó en un cajón.

En todo caso, el temor a que un gobierno de izquierdas acabe con los centros concertados, al menos a corto plazo, tiene bastante de infundando. Mucho más miedo debería producir que no cumplan sus promesas con respecto a la pública.

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