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VALENCIA. Que la gente cada vez más prefiere el producto local es un hecho. Que tanta globalización nos está haciendo apreciar lo que tenemos más cerca, también. Pero, ¿cuántas veces pasa que no se sabe ni por dónde empezar a buscar? Este es el problema que intentan solucionar dos ingenieros industriales que se conocieron hace 20 años en la la Escuela de Ingenieros Tecnun de San Sebastián. Iñigo Busto y Javier Sánchez ahora aceleran Luraki en las instalaciones de Plug and Play de Valencia.

Estos dos emprendedores tomaron caminos profesionales distintos, el primero en el sector del aire acondicionado y la ventilación en Australia y Nueva Zelanda, y el segundo se fue a hacer un doctorado a Stanford y se interesó por el mundo de las aplicaciones y entonces empezó a dedicarse a ello. "En 2009 no había ni iPad". Pero volvieron a encontrarse y decidieron ponerse en marcha. Este mismo lunes ganaron en la categoría de Soluciones técnicas de #Apps4food de InnDea e Invatur.

Luraki es una aplicación dónde es posible encontrar productos locales. "Nacimos como una experiencia para encontrar comida de calidad y pequeños productos de gente que no tenía visibilidad", explica Busto. Ahora se ha ido desarrollando y han terminado por crear un marketplace en el que ya hay unos 800 productos registrados. "Ellos pueden vender y nosotros te lo llevamos directamente a casa". Se trata de eliminar intermediarios entre el productor y el cliente.

Desde verduras a miel, pasando por cerveza. Hay todo tipo de productos accesibles. No obstante, Luraki también conserva su pretensión inicial de dar visibilidad al pequeño agricultor, ganadero o productor sin necesidad de que vendan su producto online. En su web y en sus apps para iOS y Android es posible acceder a un mapa con todos los puntos donde se pueden comprar físicamente productos locales y son los mismos productores los que sitúan los puntos de venta.

No obstante, Busto apunta a que el marketplace terminaron desarrollándolo al detectar en la gente una necesidad de servicio a domicilio por falta de tiempo y el lujo de tener una caja con los productos cuando llega a casa. Además, ahora se suman bares y restaurantes que también quieren poder comprar al productor. Además, están desarrollando herramientas más potentes para solicitar a tiempo real el producto. Por ejemplo, abastecer a un colegio que necesita 200 kilos de tomates y sardinas consiguiendo conectarle con un productor que se lo pueda facilitar.

En la app es posible cribar los productos de los productores más cercanos entre ecológico, no ecológico, verduras, carne y otras categorías. Además, la propia comunidad de Luraki genera valor ya que pueden puntuar los diferentes productos. Aunque actualmente lo están haciendo de forma gratuita, el modelo de negocio pasa por cobrar una comisión de un 15% por cada venta. "Es la mitad de lo que se llevan nuestros competidores", asegura Busto. "Hemos querido hacerlo así para que todo el mundo pueda estar y que el dinero no sea un inconveniente".

La sensación entre los agricultores es buena y además "casi todos tienen smartphone". Además, han facilitado en gran medida el poder vender sus productos. "El crear tu marketplace no es más difícil que registrarte en Facebook". "Lo buenos es que los pequeños productores no tienen tienda online y nosotros les hacemos el mantenimiento sin ningún coste, solo cobramos por venta", asegura.

Este ingeniero industrial reconoce que cuidarse es una tendencia. "Hay un montón de gente que está corriendo, otros cada vez tenemos más intolerancia a los químicos o también está el tema de la ecología", asegura. Además, recuerda que la globalización aporta una homogenización que hace que se pierdan un montón de variedades por el camino. "Intentamos potenciar los temas agrarios y que la gente aprenda a comer cosas de temporada. Se trata de un tema cultural y social y de mantener vivas las economías locales".