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movimientos internos en el PP - elecciones 24M

Divide y vencerás: Fabra fractura a su oposición interna para resistir

X. AGUAR. 15/05/2015 La pérdida de cohesión entre los críticos de Fabra beneficia las opciones de continuidad del líder del PPCV

VALENCIA. La campaña electoral ha superado su ecuador en un extraño clima -y no por el calor- en el que todo parece ser más importante que lo que proponen los partidos con opciones a tener representación en Les Corts. Buena parte de la formación ‘popular' parece tener un ojo puesto en el día después del 24M y otro, en las informaciones que van apareciendo sobre la presunta trama de corrupción en la Diputación de Valencia y las polémicas grabaciones realizadas por el exgerente de Imelsa Marcos Benaventque tal y como informó este diario, declarará en los juzgados el próximo 26 de mayo.

Así, pese a la aparente normalidad y apretada agenda de actos del PPCV, la preocupación viene siendo la nota predominante en distintos sectores del partido. El candidato a la Generalitat, Alberto Fabra, ha lidiado a lo largo de la legislatura con todo tipo de problemas con distintos referentes del partido: unos creados por sus propios errores y otros motivados por los galones u orgullo de los ‘pesos pesados' de la formación ‘popular'.

Rita Barberá y Alfonso Rus

Pese al perfil sobrio e institucional con el que Fabra ha teñido su decisión sobre la suspensión de militancia de Rus, avalada por Génova, distintos sectores del partido consideran que el jefe del Consell también ha iniciado una partida destinada a mejorar sus opciones de resistir tras el 24M sea cual sea el resultado.

La salida de Rus, la falta de cohesión en la oposición interna en las últimas semanas y la posibilidad de que el fracaso electoral sea global, disminuye la potencia de fuego de los críticos, una circunstancia que, si se produce una falta de entendimiento en la izquierda para un pacto, puede otorgar oxígeno a Fabra. En esta situación, Génova debería ser la encargada de dar un paso al frente para la salida del líder del PPCV, aunque las circunstancias dependen de muchos factores: para empezar, el escenario nacional podría ser de una pérdida del PP de varios gobiernos autonómicos, por lo que la situación para Mariano Rajoy, a las puertas de unas elecciones generales, sería compleja.

A priori, desde hace meses, la oposición interna de Fabra daba al líder del PPCV por ‘muerto' políticamente si no conseguía volver a ser presidente de la Generalitat. Desde el entorno de Alfonso Rus, Rita Barberá o José Císcar, opinaban -y estaban relativamente unidos en esa causa- de que Fabra caería si el resultado era malo el 24 de mayo. Ahora bien, y pese a que esta situación sigue siendo probable, el líder del PPCV está maniobrando con la intención de dividir a su oposición interna: o al menos así lo piensan fuentes de los epicentros críticos del partido.

Por el momento, el líder del PPCV ha conseguido la salida de, indudablemente, el barón del PP más incómodo, Alfonso Rus. Un dirigente que, estando fuerte, hubiera sido probablemente el encargado -o así lo pretendían algunos- de elevar la voz señalando la puerta de salida para Fabra si había debacle electoral autonómica.

José Císcar y Alberto Fabra

Y además, Fabra ha conseguido la suspensión de Rus con la necesaria ‘luz verde' de Génova y, tan importante como esto, con el beneplácito público de Rita Barberá, con la que no mantiene una buena relación y que siempre, pese a ciertas desavenencias históricas, había congeniado con Rus. Precisamente este jueves, la alcaldesa confirmaba la salida del consistorio de la asesora y exconcejal María José Alcón, esposa además del vicealcalde Alfonso Grau. Pocas horas antes de esta confirmación pública de la primera edil, Fabra había señalado en la Cadena Ser que esperaba la dimisión de Alcón tras haberse publicado supuestas grabaciones que podrían estar relacionadas con el cobro de comisiones.

Pese a que fuentes del consistorio puntualizaron a este diario que la decisión ya estaba programada y no había relación entre las palabras del líder del PPCV y la posterior reacción de Barberá, parece evidente que la todopoderosa alcaldesa de Valencia está dispuesta a seguir la línea marcada en este caso. Una actitud totalmente distinta, por poner un ejemplo aunque en el PP no los consideran comparables, a la mantenida con su mano derecha, Alfonso Grau, que no salió del consistorio hasta abrírsele juicio oral por el caso Nóos y tras decenas de recursos que dilataron el proceso a lo largo de dos años. Al parecer, la proximidad de las elecciones, ha modificado las postura ante estos casos.

Por su parte, Fabra aseguró en la Cadena Ser que las grabaciones de Alcón "no salpican" a la alcaldesa de Valencia. Una interpretación más de la afamada 'línea roja' de presidente que evidencia que, por el momento, el líder del PPCV no pretende ejercer presión sobre Barberá pero que ahonda en el aislamiento del ¡rusismo'.

Alberto Fabra junto a Vicente Betoret, Isabel Bonig y Luis Santamaría

Un aislamiento en el que también está implicado el PP de Alicante. El presidente provincial del PP de Alicante, José Císcar, se ha mostrado comedido en sus declaraciones públicas sobre el caso Imelsa en comparación con Fabra. Ahora bien, y pese a las buenas conexiones entre dirigentes del ‘rusismo' y el ‘ciscarismo', los primeros achacan a los segundos que la mayor parte del "desgaste" público de las batallas internas -por ejemplo frente a Serafín Castellano- ha corrido a su cargo.

En este sentido, la cúpula provincial del PP alicantino se ha visto reforzada en las últimas semanas con el nombramiento -vía Madrid- de José Císcar como número a Les Corts por Alicante y de la candidata a la alcaldía, Asunción Sánchez Zaplana, que no era las preferidas por Fabra. A partir de ahí, Císcar salió respaldado -confeccionó casi toda la lista autonómica- a la búsqueda de convertirse en el próximo presidente de la Diputación. Una posibilidad que Fabra, no obstante, no ha confirmado públicamente en ningún momento, dado que su deseo a priori sería la continuidad de Luisa Pastor.

La cúpula del partido liderada por José Císcar, pese a que cuenta a priori con el respaldo de Génova, no se ve beneficiada ante un adelgazamiento de poder de Barberá y el desahucio político de Rus, cuyos afines han empezado a reagruparse en torno a su relevo en el PP, Vicente Betoret. Pese a que su posición todavía sería relativamente sólida si hay victoria de cara a la diputación, Fabra tendría opciones de maniobrar si consigue un resultado en el que salva los muebles.

En definitiva, con este complejo y tenso escenario, no es extraño que la campaña electoral parezca estar en un segundo plano en el PP.

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