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oficina técnica de ingeniería forense

El CSI del fuego:
Una empresa valenciana firma la mayoría de informes forenses de los grandes incendios de España

ERNEST PARRA. 04/05/2015

VALENCIA. Oficina Técnica de Ingeniería Forense es una empresa valenciana de prestigio internacional que es responsable de la mayoría de análisis e informes forenses de los incendios más destacados registrados en España en los últimos 10 años, tanto de edificios y naves industriales, como forestales.

Su máximo responsable, Vicent Pons (Tavernes de la Valldigna), fue director de Bomberos Valencia entre 1985 y 1994. Es doctor ingeniero industrial, licenciado en químicas y diplomado en investigaciones operativas; pero no es de los que se atribuye en persona todo el mérito, ya que a lo largo de la conversación con Valenciaplaza.com el término "equipo" no deja de fluir.

Escucharle hablar de incendios, de sus causas, de los fallos que hicieron que no se atajaran a tiempo, que impidieron que se minimizaran sus devastadores efectos, es agotador. Se intuye que guarda un sinfin de secretos ("las compañías aseguradoras nos impiden hacer públicos la mayoría de informes. Han pagado por ellos", corrobora), y aún así sus confesiones y explicaciones avasallan. Es un hombre mayor, posiblemente el mejor experto en España en materia forense de incendios, podríamos decir el CSI del fuego. Y sin embargo, pocas administraciones parecen atender sus recomendaciones, en contraposición a las empresas, que cada vez más demandan sus servicios.

Sobre una mesa atiborrada de papeles en su despacho de Valencia reposan algunos de los informes que dan cuenta de una extensa trayectoria profesional: En la charla aparecen el edificio Windsor de Madrid (2005); el incendio forestal de Guadalajara que se saldó con once muertos (2005); el fuego que arrasó las instalaciones de Campofrío en Burgos (2014); o más cerca de nosotros, la destrucción de la gran nave de Fondestad en Museros (2012). Y entre muchas conclusiones alguna muy significativa sobre la importancia de su trabajo: "La medicina forense estudia qué ha pasado. Si no sabemos por qué se origina un fuego y cómo se propaga nunca aplicaremos las medidas apropiadas para evitar su impacto", inquiere.

PALABRA DE FISCAL

Uno de los mejores avales a la trayectoria de Pons y su empresa lo encontramos en el prólogo de uno de sus libros. "Afirmar que los incendios forestales constituyen una de las más importantes llagas que afronta el país es una tautología (...) Año tras año caemos en los mismos errores, cometemos las mismas imprudencias y, en una ceremonia repetida anualmente, nos rasgamos las vestiduras", afirma Antonio Vercher, Fiscal de Sala del Tribunal Supremo y coordinador de la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo. 

"Se trata de un problema de miopía. Somos miopes, exageradamente miopes, en todo aquello relacionado con los incendios forestales (...) No acabamos de distinguir entre nuestra casa individual y la colectiva (...) Algún día iremos a graduarnos la vista (...), pero mientras ocurra tendremos que prevenir, como señala acertadamente Pons".

Dos contundentes sentencias del prólogo que suscribe el fiscal para el libro 'La explosión de la montaña. El trágico suceso registrado durante el incendio forestal de Guadalajara', obra de Vicent Pons, y que vienen a subrayar la excelencia del trabajo de Pons y su gente, así como de sus consejos post-incendio.

Y es que el análisis forense de este funesto suceso y su definición y explicación han sido uno de los puntos de inflexión de la trayectoria de la empresa. "Tras el informe fuimos al Parlamento de Castilla La Mancha, tomaron nota de nuestras conclusiones y acabamos hablando incluso en el Parlamento Europeo en 2005", resume el ingeniero.

MUERTOS POR 'FIRE BLOWUP', EXPLOSIÓN DE LA MONTAÑA

Es casi imposible resumir un libro en el que se recogen los aspectos destacados del origen y propagación de este pavoroso incendio forestal y que incluyen el incidente con consecuencias mortales de la 'explosión de la montaña'. Baste para el artículo mostrar algunos fragmentos que nos permiten conocer la meticulosidad del trabajo de Pons y su equipo. 

Así leemos datos escalofriantes en el texto como que "en España más de un centenar de personas han muerto en las últimas cinco décadas mientras participaban en tareas de extinción. En los EEUU, entre 1910 y 2000, murieron 780 personas como consecuencia de trabajos relacionados con el control y la extinción de incendios forestales, de los cuales se estima que unas 700 murieron como consecuencia de una explosión de la montaña, 'fire blowup' en terminología anglosajona".

Pons es contundente respecto a su dilatada experiencia sobre incendios forestales: "La dirección y control de un incendio forestal no es fácil. Es difícil delegar y seguir una cadena de mando que obtenga los resultados más eficaces. Muchas veces no se utilizan más de un 20% de los recursos disponibles por falta de formación, mando y organización".  Es más, a su juicio "el que dirige muchas veces no sabe, o el que sabe no dirige. A veces ni se les hace caso. Otras veces hay falta de coordinación", asevera, para añadir que todavía algunos no han descubierto que "es una guerra que todos los años se presenta y todos los años perdemos. Dirigir una emergencia es dirigir una derrota y hay quién lo dirige como si fuera un éxito", concluye Pons.

Pons muestra su hartazgo por la casi nula política de formación en la prevención. "La prevención no consiste en evitar el hecho, el suceso. Sino admitiendo que va a ocurrir determinar qué medidas hemos de tomar para minimizar sus efectos. El problema es que en España tenemos una cultura del riesgo muy débil. creemos que nunca nos va a pasar nada. No hay edificios que se anuncien y que expongan sus medidades de seguridad. En cambio sí que exponen si tienen piscina, porteros automáticos, etc", manifiesta.

GUADALAJARA

En el caso concreto del incendio de Guadalajara, quedó probado que se originó por una barbacoa. "Yo las prohibiría todas, al igual que las líneas de alta tensión en superficie", apunta.

Pero respecto a las once muertes su informe concluyó que fueron inevitables por una fatal concatenación de hechos: "La tragedia se gestó en un abrir y cerrar de ojos, con una velocidad de ascensión del fuego por la ladera de unos 113 km/h y una liberación de energía de 110.000 Mj. La causa de la deflagración fue la topografía del terreno y el tipo de vegetación (estepar, matorral bajo, fácilmente combustible) (...) El personal de extinción estaba en el lugar más desfavorable, y en el intento por huir después de intuir el hecho (...) pasaron por un punto donde se produjo la mayor potencia de la deflagración (...)". Una fatalidad que coincidió con una "falta de visión", por estar trabajando en una loma, que les impidió advertir "el ramal del frente que llegaba (...) y les hubiera permitido salvar la vida". Ni siquiera con más medios y la mayor sofisticación se hubieran podido evitar las muertes.

¿Se aprendió la lección?, preguntamos al experto. "Al menos los bomberos sí. Y la Comisión Europea emitió unos dictámenes sobre cómo actuar en esos casos", afirma. 

A su juicio, la labor de un forense es indispensable. "De cada diez incendios la mitad van a juicio. El técnico aporta un conocimiento que el juez no tiene", apunta Pons.

DE ELGORRIAGA A FONDESTAD, PASANDO POR EL WINDSOR

La empresa acaba de participar como perito experto en el juicio por el incendio de la fábrica de chocolates de Elgorriaga en 2007, en Vallinara (Barcelona). El juez trata de señalar "quién es el responsable y quién asume los 48 millones de euros" que las llamas causaron en daños. Y "se discute si el fuego comenzó en una carretilla", explica Pons. Pero no puede dar más detalles.

E insiste que vienen trabajando para descubrir e investigar sobre las causas de "los incendios más grandes de España".

Pons entra en materia sobre sus tareas cuando asumen un informe forense. "La investigación de un incendio tiene tres objetivos: El primero identificar la fuente inicial de calor y lo fácil que era evitarla. En segundo lugar, qué medidas hubieran sido eficaces para que no se expandiera el fuego. Y en tercer lugar, analizar si las técnicas de extinción previstas eran las adecuadas".

Y en contra de la opinión mayoritaria y el sentir de la gente, "de todos los grandes incendios  (investigados) ninguno ha sido provocado, pese a tener como resultado final la destrucción total", asevera pons. Y cita como ejemplos las instalaciones de Fondestad en Museros (Valencia), 45.000 metros cudrados de nave industrial, que quedaron arrasadas en cuestión de tres horas. 

El informe del incendio de la industria cárnica Campofrío (2014), Burgos concluye que tuvo una causa fortuita. Y respecto a uno de los casos más mediáticos, el edificio Windsor de Madrid (un edificio emblemático de la capital) tiene mil y un detalles que contar.

WINDSOR

¿Se podría haber minimizado el efecto del fuego?, preguntamos. Respuesta: "Quedó entero. Lo tenían que haber inundado de espuma ¿qué hacían orinando con una manguera? ¿para qué querían la espuma?", apunta crítico respecto al plan de extinción que ejecutaron los bomberos de Madrid.

A su entender falta formación: "A ver cuando aquí para los bomberos se establece una Formación Profesional y nos dejamos de pruebas físicas, como si tuvieran que subir por los edificios con cuerdas. La gente se queja de la falta de medios técnicos pero lo que falta es formación".

Y sigue desgranando incongruencias sobre el Windsor: "Estamos pidiendo permiso para escribir un libro el Windsor. El informe es de una compañía de seguros. Pero recuerdo animaladas, como por ejemplo que las bocas de bomberos algunas estaban taponadas. ¡Pero si se está encendiendo el edificio! ¡Enchúfalas todas! Esa es la excusa para culpar al edificio; que estaba en obras. Hay que ver la cantidad de incendios desastrosos que se originan cuando están haciendo reformas. Creemos que en ese momento no hay que aplicar medidas, cuando la ley obliga. Por ejemplo, el Liceo de Barcelona, el Windsor, etc. Cuando se hacen obras se relajan las medidas. El Windsor estaba ampliando en ese momento sus medias de seguridad" explica el ingeniero.

"Allí decían que estaban fumando. Yo como no encontré la colilla puse 'causa desconocida'. Una colilla no se destruye, claro, pero cuidado; la planta del Windsor desapareció, se destruyó toda, cayó toda, no puedes entrar allí luego y por ello no pudimos buscarla. Hemos de ser humildes y, cuando no se puede, se dice que la causa del incendio es desconocida. No se pueden lanzar hipótesis que después no se pueden demostrar", asevera Pons.

Y pese a que en el Windsor el investigador se pasó tres veces por el Ayuntamiento para tratar de concretar futuras medidas preventivas en grandes edificios de la ciudad, sacar conclusiones, Pons confirma que "no se ha hecho nada, ninguna comisión de investigación".  

EXPERIENCIA INTERNACIONAL

En estos momentos, Vicent Pons señala que la Oficina Técnica de Ingeniería Forense es conocida a nivel mundial.  Tras unas conferencias en Londres sobre el Windsor les contrataton a través de una empresa norteamericana para un plan de prevención en una refinería de Al Jubai, en Arabia Saudita.

"Hemos ido a hacer prevención, ingenierías; hemos hecho estudios en los cuales admitimos que puede ocurrir un incendio en la industria petroquímica y por tanto nuestro trabajo pasa por conseguir que la destrucción sea mínima y, sobre todo, que las explosiones más peligrosas, la bleve (acrónimo inglés de boiling liquid expanding vapour explosion, explosión de vapores que se expanden al hervir el líquido), no afecten a vidas humanas", detalla el experto.

La compañía tiene su sede central de la empresa en Valencia, aunque tiene también delegaciones en Madrid, Tarragona, A Coruña, Pamplona y Las Palmas de Gran Canaria. En la actualidad cuenta con doce técnicos y no descarta nuevas contrataciones este año.

A lo largo de la convesación cuenta detalles sobre la cabezonería de algunos a la hora de explicar y pronunciarse sobre incendios, aunque una anécdota vale más que mil palabras: "Es común escuchar al político, que acaba de llegar al incendio forestal, decir a las pocas horas que había dos columnas de fuego y, por tanto, 'ha sido intencionado'. Pues bien, los dos focos tienen una explicación. Desde lejos se ven dos fuegos, pero lo que realmente ha ocurrido es que ha prendido un primer foco y después las llamas se han expandido con rapidez por entre los arbustos secos hasta llegar a otro grupo de árboles donde ha vuelto a prender generando esa imagen óptica de dos columnas", detalla el ingeniero. "Pero no hay manera de hacérselo entender al político", concluye.

El ejemplo demuestra como a veces la ciencia no interesa. Es más fácil señalar presuntos culpables y buscar cabezas de turco que afrontar responsabilidades por la falta de limpieza del monte o por la reducción desmesurada de servicios de extinción.

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1 comentario

Adrian escribió
04/05/2015 10:41

Hay otra Empresa Valenciana que hace la mayoría de los informes forenses por defectos constructivos, también con reputación internacional: ARQUIBERICA, alguna vez habéis escrito algo sobre esta compañía.

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