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LA OPINIÓN PUBLICADA

La misteriosa estrategia en Andalucía de Podemos

GUILLERMO LÓPEZ. 05/04/2015

LA OPINIÓN PUBLICADA

Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
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VALENCIA. La resaca de las elecciones andaluzas no parece estar sentando demasiado bien a Podemos. Por una parte, las elecciones han revitalizado al principal rival de Podemos en la lucha por la hegemonía de la izquierda, el PSOE; por otra, la fuerte irrupción de Ciudadanos indudablemente contribuirá a diversificar las opciones del electorado, sobre todo entre muchos de los votantes insatisfechos con los partidos tradicionales, que ahora ya no tendrán sólo una opción viable (Podemos) para expresar su descontento. Por último, los resultados de Podemos, aunque objetivamente muy meritorios, estuvieron por debajo de las expectativas. No tanto de las expectativas de las encuestas, pero sí de las (indudablemente exageradas) generadas desde la propia formación política.

Son varias noticias negativas, que han contribuido a ensombrecer unos resultados en sí valiosos, y que además certifican, como mínimo, que Podemos no es simplemente una IU reforzada (aunque muchos de sus votantes provengan de ahí), sino algo más. El problema es qué más, o cuánto más puede ser. Algo que Podemos se jugará, en gran medida, en los próximos meses. Y es aquí donde surge lo que parece, aunque sea en un estado incipiente, el sorprendente giro estratégico de Podemos en Andalucía. 

¿HACIA EL PACTO CON LA 'CASTA'?

Desde luego, por ahora, se trata de un mero rumor: que Podemos podría estar planteándose apoyar la investidura de Susana Díaz, probablemente mediante la abstención. Lo más llamativo del asunto es que quienes apoyarían esta decisión no son los dirigentes de Podemos en Andalucía, sino la cúpula del partido a nivel nacional. Y es llamativo porque podría comprenderse que Podemos Andalucía prefiriera negociar con el PSOE algún tipo de contraprestaciones a nivel autonómico que mejorase la posición del partido. Pero no se entiende, o se entiende mucho peor, qué interés puede tener Podemos, desde el punto de vista de la política nacional, en facilitar la renovación del mandato de una dirigente de la "Casta", en el que además es el feudo histórico del PSOE, que lleva gobernando ininterrumpidamente desde 1982 (33 años, la edad a la que murió Cristo).

No se entiende porque toda la estrategia de Podemos, hasta ahora, se basaba en dos premisas: 1) el enfrentamiento tanto con el PP como con el PSOE, vistos como las dos caras de una misma moneda (la "Casta"); y 2) el intento por sustituir al PSOE como componente fundamental del bipartidismo que ha gobernado España desde 1982, que se sustenta en las últimas declaraciones de Iglesias y otros dirigentes de Podemos y en su estrategia (nada disimulada) de moderación y búsqueda del centro político, vivas a la Guardia Civil incluidos.

En cambio, un pacto de estas características ubica a Podemos en una posición muy distinta: la de socio (aunque sea socio implícito) del PSOE, y además socio menor. Una estrategia que podría entenderse si se produjera en autonomías como la valenciana, donde el objetivo común de toda la izquierda (y, quizás, cabría decir, toda la oposición) es desalojar al PP del gobierno. Entre otras cosas, porque si no hay algún acuerdo de mínimos de todos los partidos de izquierda para la investidura puede plantearse la posibilidad de que el PP revalide su mandato, aunque sea en minoría. Algo que parece mucho más inverosímil que pueda ocurrir en Andalucía.

¿Qué sentido podría tener esta apuesta? Se entiende bien en qué beneficia al PSOE: no sólo en Andalucía, sino en otros sitios, en el supuesto de que esta nueva estrategia "pactista" fuera el preludio de más pactos de Podemos con el PSOE. Lo cual alejaría el espectro de la Gran Coalición PP-PSOE, y posiblemente permitiría al pacto PSOE-Podemos gobernar con una mayoría suficiente en muchas comunidades autónomas y, desde luego, en la Moncloa. La cuestión crucial, naturalmente, es quién ostentaría la presidencia del Gobierno.

Pero el problema de Podemos es que, hoy por hoy, un pacto con el PSOE no sólo le resultaría electoralmente perjudicial después de consumar el pacto, sino también antes. Es decir: que Podemos podría perder apoyos electorales (llegados al partido para protestar contra la 'Casta') en grado suficiente para garantizar que el PSOE fuese el más votado de los dos participantes en dicho hipotético pacto. Lo cual, a su vez, relegaría a Podemos a una posición subalterna. Y ya se sabe qué ocurre en España con los socios minoritarios de casi cualquier pacto de Gobierno: que cada vez son más minoritarios, porque su socio (sea el PP o el PSOE) se acaba apropiando de su espacio electoral. En resumen: aunque sea lo que quieren hacer, incluso aunque lo tengan ya amarrado, en Podemos harían bien en no dar a entender ahora, de ninguna de las maneras, que a la hora de la verdad pactarán con el PSOE, como fácilmente se podría colegir si a las primeras de cambio, en Andalucía, hacen exactamente eso.

En el camino, además, Podemos evidencia las desavenencias internas que afectan a esta formación, entre el grupo mayoritario liderado por Pablo Iglesias y los representantes de la oposición interna, uno de cuyos principales dirigentes es Teresa Rodríguez. Unas desavenencias que en Podemos parecen querer resolverse siempre por la vía de orillar lo máximo posible toda forma de oposición interna, lo cual facilita, sin duda, el control del partido, pero también extrema el enfrentamiento, con situaciones tan surrealistas como la vivida en Podem PV con la votación de las listas, o con el espectáculo de observar cómo se desautoriza a Teresa Rodríguez desde la dirección nacional por defender... lo que la dirección nacional defendía hasta ahora: que sólo se puede pactar con el PSOE si este partido cumple previamente una serie de condiciones claramente estipuladas.

#prayfor... el cariñoso abrazo de Esperanza Aguirre

Mientras Podemos vive una especie de crisis de crecimiento y credibilidad, en el PP están cada vez más preocupados con los números del partido, una vez constatado el fracaso en Andalucía. Salvo Esperanza Aguirre, que ya ejerce con su estilo habitual como candidata a la alcaldía de Madrid.

Poco de lo que hace Aguirre deja indiferente a nadie, y menos aún si el PP de Madrid propone como cartel electoral una fotografía en la que se abraza amorosamente con una inmigrante negra, como si su política estuviera dirigida, en algún momento de su carrera, a facilitar la vida de este colectivo. Un ejemplo más de la extraordinaria capacidad de Aguirre para retorcer la realidad, amoldándola a sus objetivos políticos.

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Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
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7 comentarios

Jérôme escribió
13/04/2015 11:38

Podemos, adolescentes, acné, izquierdista, enfermedad, Lenin, falsos profetas... y qué? Populares, casta, caspa, opulencia, riqueza, patriotismo de robar, de engominados, de pulseritas de la banderita, desprecio, Hitler, sepulcros blanqueados... Puaag!

MR.X escribió
07/04/2015 09:10

Muy oportuno el artículo, cuando ayer salió Pablo Iglesias y dijo todo lo contrario. Así que va a resultar que el rumor se queda en rumor. Se siente.

Juan Simarro escribió
07/04/2015 08:15

Que son unos adolescentes estos de Podemos¡ Con los resultados de Andalucia les ha explotado el "acne" izquierdista: fundaron toda su estrategia en diferenciarse de la "casta, en la confrontación de los de "abajo" con los de "arriba", para terminar aspirando a formar parte de la "casta"...Lo de siempre: "el izquierdismo, la enfermedad..." se acuerdan de Lenin?. Uhir de los falsos profetas¡ (son los peores)

rafa escribió
06/04/2015 11:31

Buenos dias, niduba, cuando el rio suena... y aunque solo sean rumore y luego no se confirme, algo puede haber...

Lluís escribió
06/04/2015 10:10

No sé si es un mero rumor, pero sorprende que se filtre que haya conversaciones en Madrid ninguneando a la estructura del partido en Andalucía. Por lo demás, lo de echar a Chaves y Griñán ya lo pidieron los de C's el primer día. Un partido que se proclama "anticasta" no debería conformarse con un simple gesto, debería exigir, y públicamente, una limpieza a fondo, y si para el PSOE es inasumible, que se vaya a pactar con el PP (que Ciudadanos no les pedirá mucho menos que Podemos), o que vuelvan a convocar elecciones evidenciando lo que ha sido un fracaso, mal que lo celebren.

abs escribió
06/04/2015 10:01

Podemos terminara siendo un partido de la casta, al tiempo...

niduba escribió
05/04/2015 11:00

Podemos ha dejado muy claras sus condiciones para pactar con el PSOE. Entre otras la expulsión de Chávez y Griñán, imposible de cumplir. Pero um "mero rumor" da para todo un artículo.

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