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VALENCIA. Davide Livermore partió este lunes por la tarde a Turín. Le acompañaba su mentor, Carlo Majer, hombre fundamental en su carrera y auténtico guía del director artístico del Palau de les Arts. Juntos habían comentado durante este largo fin de semana la resolución del laberinto sucesorio de la batuta del teatro de ópera valenciano. La decisión salomónica pasaba no por uno, sino por tres directores. Dos serían titulares, en igualdad de condiciones, con la única diferencia del repertorio. El tercero, el principal director invitado, sería valenciano.

La forma en la que Livermore ha llegado a estos tres nombres ha sido muy diferente. El director artístico de Les Arts explicó que el nombre del valenciano Ramón Tebar, por ejemplo, no fue una decisión "políticamente correcta". Para seleccionarle como director principal invitado no se tuvo en cuenta las opciones y los intereses de la Conselleria de Cultura, quien siempre manifestó su predilección por los maestros autóctonos. Se le eligió por su padrino, el tenor Gregory Kunde, uno de los nombres de referencia para el futuro del teatro valenciano, quien conoce bien a Tebar porque le ha dirigido, por ejemplo, en otoño de 2013 en un recital en A Coruña.

La propuesta de Tebar fue una de las grandes y felices sorpresas de la convocatoria del lunes, ya que aunque estaba considerado como uno de los fijos en la quiniela de valencianos, su nombre había pasado a un segundo plano. Además, las negociaciones se habían realizado al margen del departamento de la consellera de Cultura, María José Català, quien dio libertad absoluta a Livermore, por lo que se llegó a pensar que no habría ningún maestro valenciano en la terna final.

La llegada de Tebar no es además efímera, sino que tiene visos de consolidarse en el tiempo. Como él mismo se encargó de comentar durante su participación vía Skype en la presentación, éste puede ser el inicio de "una fructífera relación". Tebar, que se hallaba este lunes en República Domicana, incluso consideró que su experiencia en el extranjero, especialmente en Estados Unidos donde es un director de referencia, ha sido positivo para su carrera y para su elección. "Creo que haber estado fuera me ha dado tablas, como decimos en España", comentó.

Pero, como es lógico, no ocultaba su emoción por este regreso a casa por la puerta grande, en parte porque le supone volver a sus inicios como director. "Las primeras óperas en las que trabajé fue con el Coro de la Generalitat. Aprendí el oficio en mi ciudad. Para mí es una emoción grandísima que la primera vez que dirija sea como director principal", apuntó.

Tebar dirigirá una ópera al año y además algunos conciertos sinfónicos. Su presencia será constante durante los próximos cuatro años. Otro tanto sucederá con los dos directores titulares, Fabio Biondi y Roberto Abbado. El primero es una relativa incógnita para la orquesta, ya que aunque goza de un gran renombre y ha trabajado recientemente en Valencia, en el Palau de la Música, y ha dirigido a la Orquesta de Valencia, jamás ha dirigido a los profesores de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, la formación titular de les Arts.

Pese a todo, su prestigio le antecede. Y éste es extraordinario como especialista en el repertorio barroco. Biondi será el encargado de abrir el programa del Palau de les Arts a compositores de los siglos XVII y XVIII, óperas poco conocidas o poco habituales en los escenarios líricos de todo el mundo. Se habló de Haendel, Vivaldi o Mozart (en este caso no se podría hablar de poco representado), de la ópera veneciana, de Scarlatti, pero Biondi también citó a los compositores de la Santísima Trinidad del bel canto: Rossini, Donizetti y Bellini.

Biondi dirigirá dos óperas al año al tiempo que realizará masterclass, actividades con el Conservatorio y conciertos. Con su presencia en el Palau de les Arts, el complejo valenciano aspira a ampliar su espectro artístico, de referencias, de compositores, de cara a conseguir captar nuevos públicos y consolidar los ya existentes con una programación rigurosa y exigente.

Completa el triunvirato de directores Abbado, un recién conocido de la casa cuyo nombramiento fue recibido con aplausos por los profesores de la Orquesta de la Comunidad Valenciana. Los músicos, los primeros en conocer oficialmente los nombres de los elegidos, guardan muy buen recuerdo del sobrino de Claudio Abbado, quien les dirigió en la reciente Don Pasquale. La satisfacción de los profesores era similar a la que manifestaba el maestro milanés. "Sé la fama de la orquesta", dijo Abbado. "Quiero hacer proyectos muy especiales. Vamos a trabajar mucho. La reputación del Palau de les Arts es muy alta en el extranjero y la potencialidad es mucha, empezando desde el mismo edificio de Calatrava".

El proyecto de Livermore quiere ganarse a la gente joven. Así se verá en la programación que presentará a finales de marzo, que se compondrá de doce producciones con una media de cinco funciones por cada una de ellas. En esta programación tendrá un peso específico el Centre de Perfeccionament Plácido Domingo, cuya directora, Luana Chailly, también italiana, se encontraba este lunes en la presentación de los nuevos directores y fue una de las que felicitó más efusivamente a Abbado al finalizar el acto.

El Palau de les Arts pasa así a ser más italiano que nunca, al tiempo que con más presencia de maestros valencianos también que nunca. Y es que, además de la presencia fija de Tebar, se da por seguro que otros como Gustavo Gimeno y, por supuesto, Jordi Bernàcer, van a ser habituales en la programación de los próximos años.

Un complejo en el que, además, se aspira a conseguir la cuadratura del círculo: conseguir más con menos. Ese fue el compromiso de Livermore, quien aseguró, por ejemplo, que las contrataciones de los dos maestros como titulares eran más baratas que haberles contratado a caché. Otra paradoja más para un coliseo en proceso de reconstrucción.

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