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VALENCIA (EFE). Valencia ha invertido más de 522.000 euros en el Jardín de Morvedre, un nuevo espacio ajardinado de casi 5.000 metros cuadrados, cuyo diseño se ha inspirado en los restos arqueológicos de la época íbera y romana que se encontraron en la zona cuando se excavó con la intención de hacer un aparcamiento.

Así lo ha explicado la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, tras la visita que ha realizado a la nueva infraestructura junto a la concejal de Parques y Jardines, Lourdes Bernal, y durante la cual la han parado vecinos del barrio para felicitarla por la iniciativa y también para reclamarle vallas, una zona de petanca y más bancos.

Ubicado en la confluencia de las calles Ruaya, Bilbao, Filólogo Sanelo y Sagunto, el nuevo jardín cuenta con una amplia zona ajardinada con arbustos y flores, zonas de juegos infantiles adaptados para menores con algún tipo de discapacidad, además de unas gradas con bancos.

La nueva zona ajardinada dispone de un sistema de captación de energía solar, por lo tanto no consume, además de un sistema de riego inteligente controlado por vía satélite que aprovecha hasta la última gota de agua de lluvia.

"El jardín está absolutamente integrado en el barrio y en la historia de Valencia", ha apuntado Barberá, quien ha señalado que los restos que aparecieron "pueden ser los más antiguos de Valencia y permitían ver cómo se hacía la separación de huertos y eso ha inspirado el diseño del jardín".

El nuevo jardín dispone de 4.709 metros cuadrados de superficie entre accesos, estancias, ajardinamiento y zona de juegos y es el resultado de una "negociación permanente con los vecinos", por lo que recoge todas las iniciativas que propusieron.

Sin embargo, ha especificado que durante el recorrido ha surgido una nueva petición, el vallado, y ha recordado que "nadie" lo pidió en su momento pero que el consistorio "hará el esfuerzo presupuestario necesario" para poner vallas, así como dos zonas de juego de petanca que también le han reclamado.

Durante el recorrido, varios vecinos han parado a la alcaldesa para pedirle, el vallado del recinto para evitar el botellón los fines de semana.

Barberá ha explicado que el jardín se eleva desde una cota cero hasta un metro de altura para "poner en valor" su belleza y ha subrayado que "es totalmente accesible por sus cuatro ejes".

Además, ha resaltado que no hay arbolado pero está rodeado de verde y flores y que es "muy participativo", con aparatos saludables y juegos infantiles "muy singulares" para el disfrute de niños con diferentes tipos de discapacidades.

También ha llamado la atención sobre la existencia de bancos isquiáticos, en los que podrán descansar solo con apoyarse personas que tengan problemas de movilidad y no puedan sentarse.

"Es un jardín muy inteligente hecho a la medida de todos los vecinos", ha resumido Barberá, quien también se ha referido a que aprovecha el agua de lluvia para el riego y tiene un panel solar "que permite disponer de energía cuando sea necesario".

Barberá ha incidido en que aún inaugurarán varios jardines más porque quieren dar prioridad a "la sostenibilidad y al medio ambiente para hacer una ciudad cada vez más verde".

De hecho, ha asegurado que en Valencia hay 786 jardines de barrio y que más de 400 se han realizado durante los más de veinte años en los que ella ha estado al frente del consistorio como alcaldesa.

"Eso habla de la voluntad del equipo de gobierno de poner equipamientos para el disfrute de los ciudadanos cerca de su casa", ha apuntado Barbéra, que ha sentenciado: "Ningún ciudadano de Valencia vive a más de 300 metros de un jardín".