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VALENCIA. Los tatuajes ya no son una marca para toda la vida. La evolución de la tecnología láser, en concreto con la patente Ink Hunter Master, permite que empresas en todo el mundo -también en Valencia- ofrezcan servicios de borrado en los que no solo no hay rastro ni cicatriz en la piel, sino que además la zona puede ser retatuada en el futuro.

Una vez roto este sentido romántico del tattoo, el auge de la calcomanía -también a partir de la evolución tecnológica- ha generado un nuevo mercado especialmente vinculado al mundo de la moda. Este arte ancestral se ha topado con las posibilidades temporales de nuevas tintas, duraderas, no tóxicas o de colores imposibles, muy alejadas de la calcomanía infantil que desde los años 60 y 70 se extendió como aplicación promocional.

Hace ahora dos años, Paula Duart, Tristán Esparza y Enric Alepuz, tres amigos de toda la vida y vecinos de Valencia, empezaron a comprar calcomanías "en los chinos. Nos las poníamos como un juego, para salir, pero no duraban ni una noche". Alepuz cuenta a ValenciaPlaza.com que de este juego surgió la idea de "investigar si se podían hacer calcomanías de calidad, con diseños que a nosotros nos gustaran".

El resultado: "descubrir que existían tintas aptas para la piel y que los límites del diseño estaban en nosotros mismos". Y así, con la inversión mínima para activar la sociedad, nació Tattonie. "El primer año fue una auténtica carrera de prueba y error. Probamos infinidad de imprentas porque sabíamos que la calidad de la impresión, los colores únicos, eran lo que nos podía diferenciar. Hasta que dimos con nuestro actual proveedor".

La innovación le llevó hasta lograr una tinta a base de soja, ecofriendly, "un elemento de producción con el que nos sentíamos más identificados que los que habitualmente se usan en procesos industriales". La competencia, añade Alepuz, llega con "plagios desde Tailandia, donde las empresas te roban hasta las fotos y producen con costes que no nos queremos ni imaginar".

No obstante, con una explosión de estas empresas en todo el mundo, lo cierto es que Tattoonie ha terminado por diferenciarse finalmente gracias a una nómina de ilustres colaboradores. Diseñadores, artistas e ilustradores se suman al proyecto "a cambio de royalties y aceptando que todos perciben lo mismo por sus diseños. Cobran su acumulado cuando lo desean y realizamos tiradas de 500 ejemplares para dar más entidad todavía a la exclusividad del diseño".

El pasado 2014 surgía también en Valencia Tatun, una derivada de Tatabi Studio, una agencia de comunicación con una red de clientes en medio mundo. Dedicados al packaging, branding y otros servicios derivados de la expresión de las marcas, "nos encontramos con estos tatuajes en Estados Unidos y exploramos si podíamos tener resultados produciendo a partir del contacto del estudio con las últimas tendencias en diseño y moda". Quien responde es Fernando Martínez, ‘compañero de viaje' en Tatun junto a Elena Sancho y Rafa Leal.

La principal diferenciación de Tatun es la de estar muy ligados al mundo de la moda, "pensar nuestros tatuajes como un complemento más y satisfacer las tendencias de cada temporada". Aunque por el momento Martínez considera "muy precipitado" hablar de un enfoque más ligado al retail, lo cierto es que el packaging y su red de puntos de venta en minoristas hace que este proyecto valenciano y ‘made in Spain' tenga una vía de negocio importante en establecimientos.

Las empresas evolucionan constantemente sus tatuajes en un mercado agresivo, con buques insignia como Tattly. "En nuestro caso intentamos ligarnos cada vez más a diseñadores, con una línea muy marcada de propuestas de autor, pero también con diseños a partir de nuestro propio feedback de ventas", apunta Alepuz. Los tres miembros de Tattoonie trabajan a tiempo más que completo en un proyecto llamado a dar "el gran salto con las próximas temporadas de tatuajes".

La estacionalidad, reconocen ambos empresarios, es un factor decisivo para el negocio: "el roce de la ropa y el hecho de ir menos cubiertos determina y mucho las ventas", apunta Martínez. Aun así, a lo largo del invierno hay picos, como en el caso de las Navidades según Alepuz: "la gente también está entendiendo los tatuajes como un juego, algo divertido y que sirve como un regalo y con muchas funcionalidades".

Eso sí, en el caso de ambas empresas, posiblemente las dos más potentes en España, la internacionalización es clave. Si bien Alepuz asegura que "cada vez que Tattoonie se muestra en el exterior, las ventas se disparan y la relación con el entorno de venta online no es nada problemática", Martínez destaca que "actualmente Tatun ya tiene más del 60% de sus ventas fuera de España, y lo normal es que ese porcentaje no deje de crecer".

De hecho, Tatun apuesta por una web totalmente en inglés, en la que la localización de la propia empresa queda reducida a las explicaciones empresariales de cara al conocimiento interesado del potencial cliente. Para ello, no obstante, realizan sus propias pruebas y reconoce Martínez que "a veces trabajos en tiradas que, una vez fabricadas, vemos que no funcionan como deberían. Somos muy exigentes con todo lo que lleva la marca Tatun como tatuaje temporal".

Tattoonie, que ha sumado tatuajes temporales con ilustradores tan potentes a nivel internacional como Ricardo Cavolo o Carla Fuentes Littleisdrawing, destaca el gran esfuerzo en recursos de tiempo y humanos de cara a comunicar un producto que apenas cuesta unos euros: "realizar estudios sobre el lanzamiento de los tatuajes, de las temporadas, fotografiar y contactar con los medios de comunicación es tan importante o más que la producción o el diseño".

La presencia de ambos trata de tocar calle también muy a menudo. En el caso de Tattoonie con especial presencia en festivales de música y discotecas, en exposiciones de diseño (como el reciente Mercado del Diseño celebrado en Madrid el pasado fin de semana) o en cualquier evento para el que realizan series especiales. De hecho, la personalización de tatuajes para marcas es otro de los sellos distintivos de la empresa valenciana.

Una tendencia compartida en estos años de venta al público ha sido la predilección de los clientes de estos tatuajes temporales por los tatuajes pequeños. La posibilidad de usarlos recortando la plantilla, en dedos, pies, muñecas o en rincones del cuerpo más ocultos los convierte en auténticos greatest hits para estas empresas.