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entrevista

Rafael Doménech: "Gane quien gane las elecciones tiene que gestionar bien la economía"

LUIS A. TORRALBA / FOTOS: EVA MÁÑEZ. 02/03/2015 El economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research pone de ejemplo a Grecia para tratar de evitar que la incertidumbre política termine perjudicando la recuperación económica

VALENCIA. Rafael Doménech trajo a su tierra la pasada semana una bocanada de aire fresco en lo que a la economía se refiere.

El economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research reconoció verse gratamente sorprendido por los números macroeconómicos recogidos en el último informe anual del departamento de estudios del 'banco azul', que a su juicio auguran una recuperación acelerada de la economía de la Comunitat Valenciana.

Posteriormente a la presentación de dicho informe atendió a Valencia Plaza abordando varias cuestiones y siempre desde la visión valenciana de este reputado catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Valencia, master en Economics por la London School of Economics y doctor en Economía por la Universidad de Valencia, que se incorporó al departamento de estudios del BBVA en enero de 2009 y que es un clásico de los certámenes de Forinvest en Valencia.

Ha sido también consultor externo de la OCDE, de la Comisión Europea, de la Fundación de Economía Analísitica y haber colaborado como investigador con el Ministerio de Economía y Hacienda y la Fundación Rafael del Pino. Todo ello aderezado por la publicación de numerosos artículos en revistas científicas de reconocido prestigio nacional e internacional y, entre otras, Journal of the European Economic Association, American Economic Review, The Economic Journal o European Economic Review.

-¿Cómo va a devolver la Comunitat Valenciana los más de 30.000 millones de euros que debe?
-Pues como hacen todas las economías: a largo plazo la deuda pública en general se va refinanciando sustituyendo una deuda por otra y es el crecimiento económico el que tarde o temprano hace que ese nivel sea sostenible y que se vaya refinanciando. No hay ningún secreto. De hecho lo que sabemos, por ejemplo, del ciclo económico anterior es que cuando la economía empezó a crecer en la primera mitad de los años noventa hasta que en 2008 llegó la crisis, la deuda pública como porcentaje del PIB bajó aproximadamente del 65% hasta el 35%. Y no fue porque el numerador disminuyera sino por el crecimiento del PIB. Lo normal es que aquí ocurra lo mismo, posiblemente alcancemos superávits primarios que puedan reducir el numerador pero va a ser el efecto de crecimiento económico el que lo marque.

-¿No le parece que el volumen de deuda pública y exterior de los países de occidente es impagable en términos objetivos y que tarde o temprano habrá que abordar con realismo la solución a este problema?
-No, no es impagable. De hecho la prueba de ello es que conocemos bien la experiencia de algunos países que tienen unos niveles de deuda muy superiores pero ni siguiera algunos  como Japón se plantean que sea impagable. Es un lastre eso sí. Es la manifestación de decisiones de gasto que se toman en un momento determinado para traer crecimiento del futuro al presente. Lo que hay que aceptar es que en algún momento hay que pagarla, pero en general esa deuda no es impagable pero sí que es un lastre.  



-¿Cómo le explicaría a alguien el derrumbamiento de la plaza bancaria valenciana?

-En un mundo global lo que es importante cuando hay competencia a nivel nacional e internacional es que en una economía de libre mercado las empresas funcionen eficientemente. La competencia es la que termina expulsando del mercado aquellas entidades menos eficientes. Al final terminan sobreviviendo los mejores porque se produce un proceso de selección positiva donde acaban dominando aquellas entidades que son más eficientes. Es un proceso de destrucción creativa -término acuñado por Schumpeter hace bastantes décadas-; son efectos que tiene la crisis de limpiar del sistema y expulsar aquellas partes más ineficientes, las partes más tóxicas. No es necesariamente malo que sean entidades locales o no sino que funcionen bien.

-¿Se ha acabado ya el proceso de concentración bancaria en España?
-Es difícil saber si ese proceso ha acabado o no, lo que sí sabemos es que con este número de entidades o con otro menor el sector bancario todavía no ha alcanzado una situación de equilibrio en el que la rentabilidad del sector sea igual o superior al coste de su capital.

-¿Y cómo se puede alcanzar?
-O bien mediante la reducción de costes y en ese caso es posible que el proceso de concentración ayudase o bien se puede alcanzar con una recuperación de los ingresos como consecuencia de la propia recuperación económica. Hay que aprovechar sinergias en el sector bancario como lo estamos viendo en lo que es la reducción del exceso de capacidad que puedan tener algunas entidades en el caso de que se fusionen. Pero lo que hay que tener claro es que se produzca como se produzca esto el grado de concentración bancaria que hay en España, a pesar de que el número de entidades ha disminuido mucho, no es superior al que ocurre en otros países sino que incluso inferior en otras economías tan grandes como la española.

-Pero a menor número de entidades menos competencia...
-Que se produzca incluso con el grado de concentración actual o si aumenta no es sinónimo de que disminuya la competencia en el sector. Basta con que haya dos entidades o incluso con que exista la amenaza potencial de un entrante para que haya una competencia verdadera. Y sobre todo tras el proceso de unión bancaria donde estamos en un mercado que es europeo y, por lo tanto, en España puede entrar cualquier entidad a competir con las que ya están.

-¿Cuál es su receta para conseguir que el crecimiento económico en España sea sostenido y sostenible?
-Fundamentalmente las políticas de oferta y no hay una receta única. Hay muchas cosas que funcionan bien en la economía española, pero al mismo tiempo otras muchas que exigen mejoras. Lo que necesitamos es extender lo que funciona bien al resto de la economía y esto significa tomar medidas en el mercado de trabajo, en el mercado de bienes y servicios de productos, en términos de regulaciones y costes de administración, tomar medidas que aumenten la eficiencia en el sector público tanto por el lado del gasto como de los ingresos, mejorar el funcionamiento de todas las instituciones, mejorar el capital humano y tecnológico... En definitiva, muchas pequeñas cosas que son todas ellas muy importantes y que terminan dando sus frutos a largo plazo.



-El Gobierno acaba de reconocer que el peso de la crisis ha recaído en las clases medias españolas y que ha llegado la hora de compensarlas por ello. ¿Se trata de un brindis al sol o realmente hay posibilidades de que las clases medias recuperen su poder adquisitivo y sus servicios públicos en algo parecido al estado de bienestar?

-En esta crisis han sufrido todos los segmentos de población pero muy especialmente sobre los que ha recaído el paro. Aquellas personas que están en la clase media y que no han sufrido el problema del paro -aunque muchos de ellos han visto como sus rentas disminuían y sus impuestos aumentaban-, pero para nada es comparable con el peso de la crisis que han tenido aquellos segmentos más desfavorecidos que han sufrido el problema del paro, o que han vuelto al mercado de trabajo con unos niveles salariales muy inferiores a los que tenían antes de la crisis. Fundamentalmente el problema más urgente que tiene ahora España es conseguir reducir el paro, aumentar el empleo y que ese empleo sea estable y de la mayor calidad posible. Esa es la mejor política de crecimiento económico y de progreso.

-¿Y cómo se consigue reducir el paro y aumentar el empleo?
-El paro es como una especie de termómetro que termina reflejando todos los males de la economía. No solo lo que funciona mal en términos de regulación del mercado de trabajo sino lo que funciona mal en términos del sector público, de la falta de competencia de algunos sectores, del tamaño excesivamente reducido de algunas empresas... No hay una receta que diga haciendo esto resolvemos el problema del paro. No. Hay que adoptar muchas medidas al mismo tiempo y esto no se consigue de la noche a la mañana. Llevamos años haciendo reformas y modernizando la economía y tenemos que seguir por ese camino. La sociedad tiene que ser consciente que no hay atajos porque este proceso de modernización de la economía lleva su tiempo.

-El Tesoro Público resolvió la semana pasada por primera vez en España una subasta al 0% y Nestlé acabar de emitir bonos a interés negativo. ¿Falta mucho para tener que pagar para guardar el dinero como ha sucedido en Alemania?
-En algunos países está ocurriendo. Algunas de las inversiones que están haciendo los fondos de inversión y/o fondos de pensiones -ahorros de los ciudadanos al fin y al cabo- están pagando por prestar el dinero. Pero eso no significa que la rentabilidad sea negativa. No. Significa que los agentes económicos o al menos para determinados horizontes temporales en algunos países tienen unas expectativas de inflación negativas con lo cual el tipo de interés real sigue siendo positivo. Si el tipo de interés nominal es el cero pero la inflación es el -1, el tipo de interés real es positivo del 1%. Esto ha ocurrido en otros momentos en el tiempo. ¿Cuándo revertirá esto? Cuando las medidas del BCE empiecen a tener efecto porque la inflación en última instancia es un fenómeno monetario a largo plazo y tarde o temprano terminarán siendo efectivas con una política monetaria adecuada y sobre todo cuando haya crecimiento.

-¿Realmente las medidas del BCE van a trasladarse a la economía real de particulares y pymes, es decir, se abrirá de verdad el grifo bancario?

-El grifo ya se ha abierto. La economía de la calle es la que se refleja en los grandes números. Cuando los datos del Banco de España que el crédito al consumo ha crecido por encima del 20%, que el crédito hipotecario ha crecido por encima del 20%, o que el crédito a las pymes que demandan préstamos inferiores al millón de euros está creciendo del orden del 8/9% eso es la suma de cientos de miles -incluso millones- de pequeños préstamos a gente de la calle, al pequeño consumidor, a la familia, a la pequeña empresa... Esos datos reflejan tasas de crecimiento muy elevadas a un coste de financiación sensiblemente inferior, se está reduciendo el coste de financiación y el diferencial con respecto a otros países. ¿Eso significa que no haya margen de mejora? Claro que hay pero en función de la propia recuperación económica.



-Los mercados financieros tienen marcado en rojo en sus agendas la subida de tipos en Estados Unidos para este año nueve años después, ¿cómo debería actuar la Reserva Federal (FED)?

-Ellos ya lo han venido diciendo desde hace bastante tiempo y lo están haciendo con una política que se conoce como forward guidance de tratar de ir señalando mediante los anuncios adecuados cuales van a ser los movimientos de política monetaria: de qué importe y cuándo se van a producir. Esto ya se hizo en la retirada de los estímulos monetarios y se va a hacer ahora con las subidas de los tipos de interés. Lo que es importante es no generar ruido, no sorprender a los mercados y no aumentar la incertidumbre económica porque lo peor para las decisiones económicas y para la recuperación es que aumente la incertidumbre. Siempre. Eso ha sido siempre una máxima en todos los países. Hasta ahora la FED lo ha venido haciendo bastante bien señalando que las decisiones van a ir adoptándose en función de los datos económicos. Los mercados ya saben que a lo largo de este año en algún momento subirán los tipos -posiblemente en el tercer trimestre-, por lo que no va a ser ninguna sorpresa.

-¿Hasta qué punto la victoria de partidos radicales -como Podemos- condicionaría la marcha de la bolsa española?
-No entramos en valoraciones políticas, lo que es importante es que gane quien gane la economía se gestione bien y con la menor incertidumbre posible. Eso es lo verdaderamente importante: gobierne quien gobierne que las políticas económicas sean las adecuadas y la gestión de esas políticas dé lugar a la menor incertidumbre posible para que tanto los hogares como las empresas tomen decisiones adecuadas y no retrasen sus decisiones de gasto (compra de una vivienda, invertir en una empresa, crear empleo...) Es lo que ha ocurrido lamentablemente en Grecia, que había iniciado la recuperación y una mala gestión de ese momento político ha dado lugar a una caída de la confianza (consumidores, empresas...) a una menor actividad, a una previsión de que esto está teniendo ya impacto en los ingresos del sector público e incluso datos que el BCE ha ido publicando de fugas por parte de los ahorradores que tienen su dinero en los bancos. Grecia es un ejemplo de como la incertidumbre política puede terminar perjudicando la recuperación económica. Lo que es importante es gestionar bien las políticas económicas con la menor incertidumbre.

-¿Qué opina de las propuestas de su colega Luis Garicano para el programa económico de Ciudadanos?
-Respeto mucho a Luis. Es un gran economista pero no hacemos valoraciones de los programas económicos de los partidos políticos ni de Ciudadanos ni de ningún otro. Cuando valoramos las propuestas económicas es cuando se van a llevar a cabo y se han aprobado ya y pueden tener una incidencia en términos económicos.

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