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EMPRENDER TAMBIÉN ES FRACASAR

FuckUp Night Valencia Vol. 5: "En 2080 podré recuperar la inversión"

E. PASTOR. 13/02/2015

VALENCIA. Fracasar solo es un paso más en la historia. Pero de todo se sale y aún mejor, se aprende. De eso va FuckUp Night Valencia, que ha celebrado su quinta edición este jueves en Las Naves con tres nuevos ponentes. El encargado de romper el hielo fue el diseñador Nacho Gómez-Trenor, quien decidió centrarse en explicar su fracaso con Taurinos, una aplicación dedicada al mundo de los toros y puesta en marcha en 2011. "No hay ninguna aplicación en el mundo tan potente como esta, con todos los datos de toros, toreros, ganaderías, pero fue un desastre", reconocía.

"Me salió mal porque no investigué lo suficiente y estaba emocionado con mi producto, pero no sabía nada de él", destacaba. No sabía en qué mundo se metía ni sabía como lo tenía que abordar y si tenía proyección de venta o no. Otro de sus errores fue no creer en el proyecto, aunque al principio se emocionó mucho. "Veía cosas que no me cuadraban y en ese momento tenía que haber abandonado, pero seguí en una bola de nieve". También reconocía que le dedicó el suficiente tiempo al no ser su proyecto prioritario.

"El proyecto me controlaba porque me obligaba a trabajar horas que no eran las mías, me había puesto un deadline pero cada día lo retrasaba". Tardó un año y medio en programarla. "Hay que elegir bien a los partners tecnológicos". Entre sus errores, no tener ningún socio en el sector. "Mi amigo Vicente Barrera, torero, lo puso en su Facebook y lo bajaron 45 personas de 200 que lo compraron, con lo cual no está nada mal",  apuntaba Gómez-Trenor. "En el 2080 podré recuperar la inversión y aunque aprendí mucho de toros perdí 18.000 euros".

Eso sí, aseguraba que eso le sirvió para introducirse en el mundo de las aplicaciones, aprender a tener reuniones con programadores y a concienciarse de que hay que dedicarle tiempo a las cosas. También que su aplicación, puesta en marcha en iOS, tenía que haberse realizado en Android, que es el sistema que utilizan los móviles de la mayoría de los aficionados, además de entender que los españoles prefieren descargarse aplicaciones gratis.

"Ahora, después de haberla reposado y olvidado cuatro meses, creo que tiene posibilidades e invertiría dinero en marketing", destacaba. "También aprendí a no decidir un proyecto después de muchas cervezas". Sus recomendaciones: trabajo, constancia y humildad.

"APRENDIMOS QUE HAY QUE PELEAR Y PROTEGER LA IDEA"

David Marín, director creativo de Dadá Publicidad, decidió centrarse en una campaña concreta, la que realizaron para la Asociación Familiar Alzheimer Valencia (AFAV). "Todos los publicitarios pensamos que somos la leche", empezaba. "Hay que creerse especiales, enamorarse de los proyectos que hace uno y creer que son los mejores del mundo". "Pero os voy a contar una historia de fracaso precedida de un gran éxito", apuntaba.

"Es el cuento de la lechera versión Dadá y esto responde a esa voluntad de los publicitarios de buscar reconocimiento, que es de lo que nos alimentamos". Todos los años colaboraban con la asociación de enfermos de alzheimer y un día vieron la idea. "Pensamos en por qué no generábamos un símbolo, como el lacito". Y entonces llegaron a la idea. "Pensamos que el mejor símbolo para el alzheimer era un post-it".

"Nuestra idea era hacer del post-it el símbolo de AFAV y pedir el dinero a la marca". La idea fue bien acogida y continuó adelante con presupuesto para la comercialización del producto. "Al final, con el empuje, dimos forma a una campaña muy bonita", explicaba Marín. "Se configuró con una serie de acciones como una pequeña campaña en autobuses o una acción en el metro con un mural solidario en el que se iban comunicando cosas que la gente no querría de ninguna de las maneras olvidar".

Hicieron partidos de fútbol solidarios con el Valencia y el Villareal y la campaña fue un éxito porque les hicimos sentir algo y es que era importante no perder la memoria. "Nos premiaron en La Lluna y estábamos muy contentos". ¿Pero cuándo se equivocaron? Al año siguiente, tenían de nuevo la campaña. ¿Pero a quién pertenecía la marca ‘Un post-it por el alzheimer'? En AFAV estaban contentos con los resultados pero post-it, ¿había vendido más producto? Se extendió la campaña a todo el país, con la asociación española, y  se buscó realizar una campaña a nivel nacional.

Pero la marca post-it quería incluir la ‘R' de marca registrada al lado  e incluso convertirlo en ‘post-it note por el alzheimer'. Confluían dos intereses. La asociación necesitaba el dinero para cuidar a los enfermos y pos-it barría hacia los intereses de su marca. "En Valencia era fácil encontrar colaboradores que respaldaran el evento pero en toda España era mucho más complejo", destacaba Marín. Estuvieron nueve meses realizando la campaña para cumplir los objetivos, las redes sociales o el street marketing, pero el dinero no aparecía por ningún lado. 

Al final el proyecto quedó en una acción de bookcrossing, un libro abandonado en la calle. Entonces la marca pasó a ser compartida entre AFAV y post-it. "Perdimos tiempo y el tiempo es dinero, la idea no paga las facturas y los premios tampoco", apuntaba Marín. "Aprendimos que hay que pelear y proteger la idea pero pretendimos contentar a quien estaba colaborando con ella y hay que aprender a decir que no". También destacó la necesidad de marcar objetivos a  corto plazo, con pequeños objetivos realistas, realizables y que se puedan controlar. "Hace falta pegarte una leche así de grande para darte cuenta de lo importante que es llevar a cabo este proceso".

"TENÍAMOS QUE HABER LLAMADO DE PUERTA EN PUERTA"

Eugenio Viñas, periodista cultural de Valenciaplaza.com y colaborador de otros medios nacionales como Vice, explicó la historia de Twelve Dolls, la banda de rock en la que era el cantante. "La cuestión es si de verdad queríamos hacer una empresa de esto", se cuestionaba. "Nosotros sólo queríamos hacer música y lo hicimos durante mucho tiempo, pero nos iban preocupando cosas como la productividad y el marketing".

En seis o siete años hicieron más de 200 conciertos, había un cierto grado de autocomplacencia y generaban beneficios para seguir tocando y grabar discos. "No nos iba mal, íbamos quemando etapas y subiendo escalones". ¿Les preocupaba que funcionara como una empresa? "Si nos hubiera preocupado deberíamos haber tenido un socio dentro del mundillo, pero ni siquiera nosotros nos lo planteábamos así".

Entre sus errores, su nombre. "Teníamos un nombre de mierda, me pasé todo el tiempo dando explicaciones que me iba inventando", aseguraba. "Tened un buen nombres porque luego es un drama dar explicaciones". Iban llenando salas, pero en la industria nadie les conocía. "Después de que pasara el tiempo estamos convencidos de que teníamos que haber llamado de puerta en puerta y no que esperar a que vinieran a por nosotros".

Hicieron hasta giras por Rusia sin preguntarse si lo que estaban haciendo es lo que buscaban para el resto de su vida. "Empezar una empresa siendo un adolescente y encontrártela en una etapa más madura, cuando tienes 20 años, genera muchas dudas", reconocía Viñas. "Mejoramos mucho técnicamente pero esta empresa se dedicaba a pasárselo muy bien y a tener mejores relaciones personales". Para él no fue un fracaso en la medida en que en el grupo se construyeron las personalidades que luego les han hecho derivar en sus profesiones actuales.

"Todos, poco a poco, fuimos asumiendo un rol en la empresa", destacaba. "Yo asumí comunicación, Guillem la producción, Pau produjo el disco el solo... todos íbamos aportando diferentes cosas". "Pero cuando lo hicimos ya era demasiado tarde", lamentaba. El hecho de que su nombre para las discográficas y agencias viniera sonando durante seis o siete años y todavía no hubiera explotado es que ya estaba quemando. "Nos estancamos y nos quedamos en el limbo".

"Eso sí, seguíamos siendo viables, con más público y siendo cada vez más amigos". Los cinco, a día de hoy, tienen oficios que están vinculados con el mundo de la música. "Lo que quería contar es que si Twelve Dolls dependía de convertirse en los Rolling Stone fuimos un fracaso pero si lo que nos importaba era seguir siendo amigos y ligarnos al mundo de la música fue un éxito".

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1 comentario

Beatriz escribió
20/02/2015 17:39

Nacho, yo estoy contigo, eres un profesional de pies a cabeza. errores cometemos todos, pero reconocerlos pocos...... ¡enhorabuena por toda tu trayectoria! sigue así. Ahora me estoy leyendo un libro que recomiendo yo como principiante,.tu ya eres veterano...en activo y con ganas. Se llama "STEAL LIKE AN ARTIS" DE AUSTIN KLEON...a mi me esta ayudando, y espero que a ti, te lleve a tus comienzos...no te envenenes!!!. sigue con tu creatividad que es lo mejor de ti.

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