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ANÁLISIS PSPV-PSOE

¿Le puede pasar a Ximo Puig lo mismo que a Tomás Gómez?

X. AGUAR. 13/02/2015

Pedro Sánchez y Ximo Puig en una de sus últimas visitas a Valencia. FOTO: EVA MÁÑEZ

VALENCIA. La sorpresa y estupor inicial por el golpe de mano dado por Pedro Sánchez este miércoles dio paso ayer al concienzudo análisis de la maniobra ejecutada por el líder del PSOE, que destituyó de manera fulminante al secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM) y candidato autonómico, Tomás Gómez. Una decisión que, por cierto, el máximo responsable del PSPV, Ximo Puig, evitó respaldar de forma directa anoche en la entrevista concedida a Hora 25 en la Cadena Ser.

La justificación oficial de Ferraz para este movimiento se centró inicialmente en la investigación -no hay imputación- de la fiscalía sobre presuntos sobrecostes en el tranvía de Parla en la etapa de Gómez como alcalde, además de otras causas relacionadas con los tribunales como la Operación Púnica. No obstante, a lo largo de la jornada cobró fuerza como razón de peso para la destitución las malas previsiones electorales del PSOE en Madrid y, de tapadillo, las viejas rencillas orgánicas que Pedro Sánchez acumulaba con Gómez. Una jugada en la que algunos dirigentes y analistas han observado la intención de mandar un aviso a navegantes, especialmente a la presidenta andaluza, Susana Díaz.

Ahora bien, los motivos esgrimidos por Ferraz para el histórico correctivo aplicado al PSM, donde este miércoles mismo se impuso una gestora dirigida por Rafael Simancas, son tan frágiles y etéreos que la pregunta que se hacían ayer varios dirigentes del PSPV era: "¿Pedro Sánchez le puede hacer lo mismo al PSPV"?. 

La reflexión no es baladí. Aunque a priori parece mucho más complicado acometer y justificar una medida de este tipo hacia la federación valenciana y el líder del PSPV, Ximo Puig,, ya casi nadie se atreve a descartar nada en la formación socialista. En general, los argumentos se inclinan a favor de que en Blanquerías pueden estar tranquilos, pero hay algunos no tan halagüeños que conviene no perder de vista. 

Así de sonrientes se mostraban Tomás Gómez y Pedro Sánchez meses atrás.   FOTO: EFE 

La respuesta espontánea a la pregunta de si los socialistas valencianos se podrían ver en esta situación es una negativa. Puig está más protegido de lo que estaba Gómez: le avala, para empezar, un proceso de primarias abiertas en el que participaron casi 60.000 personas. Un razonamiento de peso con el que no contaba Gómez.

Otro argumento de entidad para rechazar un movimiento de estas características en el PSPV es la propia el papel de la propia idiosincrasia del PSM en la maniobra. Además del propio interés de Sánchez en controlar la federación que manejaba su rival histórico, Ferraz adopta la decisión con el relevo del candidato apalabrado -un nombre de empaque como el exministro Ángel Gabilondo- y con sintonía en la jugada con el grupo Prisa. No sería sencillo encontrar un relevo así para la Comunitat Valenciana y, fuentes del PSPV, tampoco creen que desde Madrid se pretenda ahondar en esta posibilidad, en lo que se vería como un 'dedazo' de los que tanto han criticado los socialistas en la formación 'popular'.

A todo ello hay que sumar que sobre Ximo Puig no pesa ninguna investigación conocida sobre su gestión, una situación que conforme han pasado las horas se ha tornado secundaria en la maniobra política de Sánchez sobre Gómez.

Ahora bien, como argumento que avalaría una intervención en la Comunitat Valenciana similar a la de Madrid se sitúa el mimetismo demoscópico que se produce en ambos territorios. Ambos se situaron por debajo de la media nacional del PSOE en las últimas elecciones europeas y las dos federaciones perdieron en torno a 16 puntos respecto a los mismos comicios en 2009. Igualmente, los diversos sondeos en los últimos meses han indicado que en ninguna de las dos autonomías los socialistas están capitalizando la caída del PP y, en ambas, sufren el acoso de Podemos, aunque en la Comunitat no de manera tan clara probablemente por la existencia de Compromís.

Por otro lado, otra clave por la que Sánchez podría llegar a plantearse el movimiento es la oportunidad que representa este momento. El PSPV es el principal y más potente federación que respalda a Susana Díaz. Si desde Ferraz se pretendiera dar un golpe de mano para buscar otro candidato y aislar a la líder andaluza, esta podría ser la única ocasión propicia dado que el PSOE-A se encuentra a un mes de las elecciones autonómicas, por lo que posiblemente pospondría una reacción airada a la espera de resolver sus comicios. Una circunstancia que podría permitirle a Pedro Sánchez empezar a equilibrar la balanza de cara a un enfrentamiento a escala nacional de cara a las primarias por la candidatura a la Presidencia del Gobierno.

Unos argumentos que, en general, son desdeñados por distintos dirigentes valencianos, que opinan que las diferencias entre el PSM y Tomás Gómez y el PSPV y Ximo Puig son "abismales". Ahora bien, de producirse un mal resultado en las próximas autonómicas, las consecuencias de lo que puede ocurrir con los socialistas valencianos son inciertas: desde una revolución interna hasta una intervención directa de Madrid, entre otras conjeturas que desde el propio PSPV ni tan siquiera se atreven a aventurar.  

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2 comentarios

Tafurer escribió
14/02/2015 12:56

A qui hauria de destituir és la candidat "gris" a l'ajuntament de València. La catàstrofe electoral es repetirà, va a ser immensa. Són uns experts a "controlar" el Partit per a posar-se de candidats en les llistes electorals però, per a sincronitzar amb la ciutadania són un desastres.

María escribió
13/02/2015 12:48

Excelente fabulación la del autor. Pero es cierto que eL PSPV y la FSM se parecen como dos gotas de agua. Al primero sólo le salva el ser "invisible" (como le ocurre a la Comunidad Valenciana) mientras que los poderosos del PSOE veían todos los días las trapacerías de Gómez y los suyos con una caída de la militancia del 50% entre ellas. (las trapacerías de los poderosos del PSOE también se ven pero nadie dice nada porque va a a la calle ipso facto. Así que Puig y su grupin pueden estar tranquilos, que como no pintan nada nadie se acuerda de ellos. Ahora que no toquen las narices mucho que como pretendan acabar con la invisibilidad (cambiar el sistema de financiación por ejemplo) que se preparen. No duran un año.

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