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VALENCIA. "Somos una cosa rara en la Comunitat Valenciana, pero vimos en 1992 (con la reconversión industrial en el País Vasco y la deslocalización de su siderurgia) un nicho de mercado y lo aprovechamos". Así resume el despegue definitivo de Ferrotall, con sede principal en el Parque Empresarial de Elche, el gerente, Manuel Fernández.

En la actualidad el Grupo Ferrotall está compuesto por siete empresas, entre ellas la destacada EPMM (European Portal Milling Machine). Con sede en Sevila, atesora como principal valor la capacidad de fabricación de las grandes máquinas que a su vez necesitan los principales proveedores del sector aeronáutico para la producción de algunas piezas de fibra de vidirio de los Airbus A350, el A320Neo, el A380 y el militar A400.

Además, desde finales de 2014 y principios de 2015 acaban de cerrar los primeros contratos con el pujante sector de la automoción con proveedores de dos marcas de primer nivel mundial (que Fernández por secreto profesional no desvela).

"Nuestra fortaleza, nuestro valor diferencial en la Comunitat Valenciana, es haber detectado las necesidades de sectores potentes con nuevos materiales como los 'composites'; un elemento 'exótico' que nuestras máquinas son capaces de fabricar con altísima precisión y en el mínimo tiempo posible", explica el gerente de Ferrotall.

CIFRAS Y MÁQUINAS

Manuel Fernández no revela ninguna cifra de la compañía, más allá de asegurar que ya tienen carga de trabajo para todo 2015 para una plantilla de 50 personas (y que este año podría ampliar con cinco trabajadores más), y además confirma que han incrementado la producción un 8% respecto a 2013.

Valenciaplaza.com ha podido acceder a los datos del Registro Mercantil de una de las siete empresas, Ferrotall Maquina-Herramienta (Heller, embrión de la compañía, 26 empleados) y se constata como después de un difícil año 2012, con una cifra de negocio de 3,4 millones, en 2013 creció un 32% y facturaron 4,6 millones de euros.

En ese sentido, tampoco concreta cuántas máquinas ha podido vender, ni los próximos pedidos del proveedor de Airbus, ni de la industria auxiliar de la automoción, aunque señala que acaba de abrir la puerta del negocio y que espera cerrar en 2015 importantes contratos. En general, se muestra satisfecho del trabajo invertido en ingeniería, diseño e innovación en la empresa: "No hemos inventado nada, está ya todo inventado. Eso sí, tratamos de dar 'soluciones para producir', 'llave en mano'; son nuestros lemas", afirma el gerente. Y añade que es vital "ser mejores y más competitivos que nuestros competidores. Hacemos una máquina diferente".

En concreto, la máquina que venden al proveedor de piezas del Airbus (con un precio aproximado de medio millón de euros) mide 15 metros de longitud, siete de anchura y cinco metros de altura. Está fabricada con piezas de acero y pesa unas 40 toneladas cuando está totalmente ensamblada. Y se emplea en la fabricación de grandes piezas de fibra de carbono de hasta ocho metros de longitud, cuatro de anchura y dos de altura, con tecnología de cinco ejes.

Respecto al sector de automoción, únicamente confirma que una de las empresas con la que han iniciado relación laboral tiene 16.000 trabajadores y es "un proveedor de piezas del automóvil de alto nivel".

SECRETISMO

Y para demostrar el grado de sofisticación y secretismo con que trabajan el gerente cuenta dos ejemplos del día a día: "Hace unas semanas estuve en Sevilla en una de las plantas donde fabricamos las máquinas de los proveedores nivel 1 del Airbus. Cuando intenté grabar (para autopromoción de Ferrotall) el proceso de producción de la pieza del avión nuestros tres técnicos me lo prohibieron, porque esa es una de las condiciones inexcusables que exigen las empresas aeronáuticas por motivos de seguridad", apunta Fernández.

El segundo ejemplo está relacionado con el desembarco de Ferrotall en el sector del automóvil: "Estos todavía son más reservados, si cabe, que los del sector aeronáutico. Acabo de cerrar un contrato de 180.000 euros y este proveedor me exige que le entregue la máquina sin ningún tipo de marca ni identificación. Incluso los planos que me entregan no especifican para qué marca de coche trabaja, aunque yo, por mi experiencia, pueda saberlo", concluye.

Para entender la novedad que suponen estos nuevos materiales el gerente refiere como los aviones en 1980 llevaban un 5% de fibra de carbono en sus materiales, y ahora en 2015 "un A350 lleva hasta el 52%". Y añade que la fibra de carbono está revolucionando la aeronáutica porque "al pesar menos reduce la cantidad de combustible que gastan los aviones. Además, es un material más interesante para el cuerpo humano porque hace más habitable el avión y tiene una mayor durabilidad".

ORIGEN Y FILOSOFÍA EXPORTADORA

La empresa Ferrotall, de origen familiar, tienen su germen en 1980, aunque Fernández incide en los últimos 20 o 25 años de trayectoria y vincula la empresa a la propia transformación de la ciudad de Bilbao: "El sector metal-mecánico estaba muy arraigado en el Norte. Pero con la reconversión industrial algunas marcas desaparecieron, y las que quedaron contrataron con países del Este de Europa sus fundiciones (Polonia, Rumanía y Bulgaria, entre otros). Bilbao pasó a ser una ciudad limpia. Conocíamos estas empresas y viendo que ya no fabricaban el 100% de sus productos pensé montar mi propia marca: Heller Máquinas-Herramientas".

Aún hoy esta parte del negocio (también bajo el paraguas de Ferrotall) sigue destinándose a la fabricación de maquinaria convencional. "Es la 'línea retro' de la empresa", como la denomina.

Respecto a su filosofía como gerente-propietario ("dueño de todo pero no al 100%"), resume Manuel Fernández que en el ADN de la firma está marcado a fuego la internacionalización: "Me paso siete meses del calendario fuera de España, viajando por el mundo", explica. Y respecto a los destinos de sus máquinas apunta que "no hay un sitio concreto; vendemos en muchos países muy poca cantidad, pero prefiero tener diversificada la venta que tener que depender de pocos países".

También precisa que no están interesados en los países BRIC (emergentes); o sea, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. "Hay demasiada competencia", afirma. Por contra, están centrados en Oriente Medio y algunos países sudamericanos. Y para justificar esta estrategia empresarial Manuel Fernández cuenta que van "a países con un consumo bajo", porque reconoce que en estos momentos no puede garantizar una mayor capacidad de producción. "Hemos sembrado durante años y ahora estamos recogiendo los frutos", concluye.