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Matonismo financiero en Cataluña

Por CARLOS DÍAZ GÜELL (*). 23/10/2010 Las dificultades del gobierno catalán para emitir deuda pública para cubrir sus necesidades de financiación no solo han desatado una tormenta política en Cataluña, sino que está destapando lo peor de una clase política que dentro de poco se tienen que enfrentar a unas elecciones autonómicas

El anuncio de la Generalitat de recurrir a una emisión de obligaciones a un año con una remuneración del 4,75% dirigida al mercado minorista -más del doble de la generada por las letras del Tesoro, que en la última emisión a un año daban al inversor un 1,9%- no parece que resulte tarea fácil y ello ha desatado los nervios en el ejecutivo catalán al comprobar que las entidades financieras no están todas en posición de saludo para convertirse en agentes colocadores de la emisión y a la vez en aseguradores de la misma. Hasta el momento y que se sepa, solo la Caixa y otras entidades catalanas parecen garantizar la colocación de un porcentaje de la emisión, aunque la Generalitat trata desesperadamente de buscar nuevas entidades que aseguren la emisión.

El resultado no parece que sea lo optimo que se esperaba y más de una entidad ha dado calabazas a la Generalitat negándose a intervenir en el proceso, lo que ha llevado al consejero de Economia, Castell, a recurrir a prácticas de matonismo impropias de quien es un representante político de primera fila al amenazar de forma reiterada a los bancos y cajas que se ha negado a sumarse activamente a la iniciativa con frases tan amenazadoras como provincianas del tipo "este país tiene memoria" o "las instituciones tienen memoria y la Generalitat también". Hay un riesgo evidente de que el tono de matón de barrio empleado por Castells pueda contagiarse a otras administraciones con problemas de financiación, que sin duda las hay y que sin duda las va a haber.

La Generalitat con estas afirmaciones y la oposición tratando de hacer electoralismo diciendo que su "país" está en quiebra, están dando un lamentable recital de una comunidad con enormes problemas económicos y que no parece usar los métodos más apropiados para resolverlos. Las condiciones de la emisión suponen pagar 250 puntos básicos más respecto al precio del bono alemán y 175 puntos más en relación a lo que paga el Reino de España por su deuda, aunque las autoridades catalanas se ocupan de repetir que Grecia ha de pagar 900 puntos básicos más y que Portugal e Irlanda pagan, a su vez, 450 puntos más.

El hecho es que la Generalitat de Cataluña se encuentra cada vez más con dificultades para recabar financiación y queda, tras las últimas rebajas de calificación de la agencia Moody's, con el peor rating del Estado para emitir deuda.

Pese a los esfuerzos de la Generalitat de conseguir compromisos con las grandes entidades financieras nacionales e internacionales, la realidad es que de los 2.000 millones de euros que puede llegar a solicitar, sólo ha conseguido compromisos por valor de 500 millones, fundamentalmente procedentes de la Caixa, que actúa como director del crédito, y de otras cajas catalanas, aunque apenas se están incorporando entidades del resto de España o del exterior, pese a las atractivas condiciones que la Generalitat ofrece y que se resumen en que las entidades que coloquen la emisión de bonos de deuda de Cataluña a los inversores particulares que lo deseen se llevarán una comisión de la Generalitat cercana al 3%, lo que puede llegar a suponer 60 millones de euros para las cajas y los bancos que participen.

La Generalitat trató de lanzar en la primavera pasada una emisión de deuda en los mercados internacionales, aunque tuvo que aparcar esa emisión por el estallido de la crisis de la deuda griega y las dificultades con que se encontró. En junio, la Generalitat pidió 1.000 millones de euros, pero apenas pudo reunir 350 millones por lo que el crédito no fue formalizado y el tripartito catalán se planteó la nueva operación en la que se encuentra inmerso en la actualidad.

El consenso de analistas pone de relieve que de poco valen las presiones políticas sobre las entidades españolas con fuerte representación en Cataluña y que incluso con esa colaboración, es difícil que pueda reunir 1.000 millones de euros, la mitad de lo que la Generalitat ve necesario para su financiación. A este argumento, se une la lista de comunidades autónomas que tienen planificado recurrir a los mercados en busca de financiación, aunque Cataluña tiene el agravante de contar con una muy deteriorada calificación de solvencia por debajo de comunidades como Extremadura y Castilla-La Mancha, debido "al deterioro de sus cuentas públicas", y eso "a pesar de que ha sido la comunidad más beneficiada del nuevo modelo de financiación autonómica".

Cataluña es la región más endeudada en términos absolutos, pero no en relación al PIB, puesto que ocupa la Comunidad Valenciana, ya que acumulaba un nivel de deuda igual al 16% del PIB en el segundo trimestre de 2010, frente al 15,1% de Cataluña. La Generalitat arrastra una deuda neta de 7.782 millones de euros en contraste con los 1.414 millones del otro gran motor económico español, la comunidad de Madrid.

A las dificultades para financiarse en los mercados se le ha unido, en el caso de Cataluña, la excesiva velocidad a la hora de endeudarse. A finales del primer semestre de 2009, el volumen de deuda contraído por la Generalitat se elevaba a 24.364 millones. Doce meses después, ese nivel se ha disparado hasta los 29.503 millones de euros, lo que supone un incremento del 22% en tasa interanual.

No es la primera vez que la Generalitat lanza una emisión minorista. En 1985, con CiU en el gobierno, hubo una por 4.200 millones de pesetas, con un interés del 11,78%. Y en 1986, otra de 3.400 millones de pesetas al 9,5%.Sin embargo, los tipos en 1985 se situaron en una horquilla de entre el 12,5% y el 10,5% (de media, un 12,3%), y en 1986, entre el 10,5% y el 11,7% (11,59% de media). Es decir, la Generalitat ofrecía una rentabilidad inferior a los tipos. Ahora los tipos están al 1% y la remuneración es del 4,75%. A diferencia de un depósito bancario, que está garantizado hasta 100.000 euros por el Fondo de Garantía de Depósitos en caso de problemas del banco, si hipotéticamente quiebra una administración, no hay fondo previsto que compense al inversor por lo que resulta de vital importancia que las entidades implicadas en la operación actúen también como aseguradoras si el interés de los inversores minoristas no es suficiente para cubrir los 2.000 millones previstos.

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(*) Carlos Díaz Güell es editor de la revista Tendencias del Dinero

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3 comentarios

Pep escribió
28/10/2010 13:30

Ahora que la Generalitat Valenciana va a hacer lo mismo, y al mismo precio, pero colocándo la deuda en las dos cajas que parecen de su propiedad (y en tan mala situación como ella, veremos que dice Valencianet y todos los demás a los que se les ve el plumero anticatalanista a las primeras de cambio. Seguro que eso no es matonismo sino sana colaboración institucional. Ver para creer

Valencianet escribió
23/10/2010 11:53

Y que sean siempre los mismos...

julian escribió
23/10/2010 07:31

El 3% que se lleva cada banco colocador de los bonos explica el interes de éstos en venderlos. Lo que no dicen es que mientras los depositos estan cubiertos por el fondoe de garantia de depositos, los bonos no estan cubiertos. Podeis ver la comparativa de los mejores depositos (que dan practicamente lo mismo que los bonos de la Generalitat en http://www.miseuritos.com/depositos-bancarios/)

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