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VALENCIA. El PP de Orihuela continúa en conflicto. Si bien la agrupación 'popular' ha compaginado en los últimos años éxitos electorales con batallas internas, lo ocurrido en este mandato ha puesto definitivamente en el mapa a la capital de la Vega Baja como agrupación líder en lo que a quebraderos de cabeza se refiere para la dirección regional y provincial del partido.

Imputaciones, mociones de censura fallidas, cruces de declaraciones entre la dirección local e instancias superiores del partido, apertura de expedientes y, ahora, guerra por la presidencia. Toda una nómina de disputas a la que contribuyó la pusilanimidad de la dirección regional del PPCV en la etapa de Serafín Castellano, decidido a respaldar a la exalcaldesa Mónica Lorente y la líder local, Pepa Ferrando, ambas próximas al llamado zaplanismo e imputadas en distintas causas judiciales.

La semana pasada, el Comité de Derechos y Garantías del PPCV acordó la apertura de expediente sancionador a los ediles que abandonaron el pleno municipal para no respaldar una propuesta que evitara que los imputados pudieran concurrir en las listas para el consistorio. Además, también procedió a la suspensión provisional de la presidenta local del partido y miembro de la dirección regional, Pepa Ferrando, por realizar acusaciones hacia la dirección provincial del partido en rueda de prensa.

De esta manera, la coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig, y por consiguiente el presidente regional, Alberto Fabra, avalaban la petición de esta apertura de expedientes solicitadas por la dirección provincial de Alicante que lidera José Císcar. No obstante, Ferrando decidió maniobrar: en la noche de este miércoles se enviaba un comunicado en el que se anunciaba el nombramiento por parte del comité ejecutivo del PP de Orihuela de José Francisco Pérez como presidente provisional en sustitución de Ferrando. Una reunión convocada de urgencia y que el propio Císcar desautorizó este jueves, negándose a reconocer que existiera un nuevo líder local.

Pero no fue el único que rechazó la maniobra de Ferrando. El secretario general local del partido, Dámaso Aparicio, respaldado por la dirección del PPCV, compareció este jueves en rueda de prensa acompañado por el secretario local de Organización, Pablo Lorenzo, para señalar: "Hay un único secretario general que asume las funciones de presidente, y ese soy yo". En este sentido, Aparicio calificó de "totalmente ilegal" la reunión del miércoles convocada puesto que, a su juicio, "no reúne los requisitos establecidos por los estatutos de partido". "Pepa Ferrando no tenía potestad para referendarla, ya que dejó de ser la presidenta, tal y como indican los estatutos, el día 2, cuando tomó la decisión el Comité de Derechos y Garantías, no el día en el que ella recibe la comunicación por burofax", afirmó Aparicio.

En esta línea, el también concejal subrayó que tampoco había "quórum" para ser celebrada dado que "tendría que haber asistido la mitad más uno de los miembros y había 32 frente a los 37 componentes requeridos". Por todo ello, Aparició anunció la convocatoria de un comité ejecutivo para el lunes con la presencia de Isabel Bonig y José Juan Zaplana, secretario general provincial del PP, al tiempo que apuntó a la posible apertura de "nuevos expedientes" a los que participaron en la reunión del jueves. En definitiva, otro capítulo más del 'culebrón' oriolano que amenaza con prolongarse hasta el final del mandato.