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BALANCE EMPRESARIAL DE 2014 EN LA COMUNITAT VALENCIANA

Las operaciones corporativas y los restos de la burbuja sacuden el tejido empresarial valenciano

JOAQUIM CLEMENTE. 07/01/2015

La llegada de nuevos accionistas a empresas valencianas de referencia, como Air Nostrum, Ribera Salud, Keraben o el Valencia CF se funde con la crisis de deuda que aún arrastra a compañías como Ros Casares, Cyes o Edival

VALENCIA. El tejido empresarial valenciano ha protagonizado un 2014 en el que por primera vez en mucho tiempo se han visto signos de recuperación. Pese a que la profundidad de la crisis económica sigue haciendo estragos en las empresas que se endeudaron en exceso, en el balance del año se han cerrado algunas operaciones que o llevaban años enquistadas o incluso ponían en riesgo la continuidad de empresas señeras. El ejercicio que ahora se cierra ha dejado varias operaciones corporativas de relevancia, con la entrada de nuevos accionistas a sociedades de referencia en la economía local, y en algún caso los procesos han despertado el interés de inversores extranjeros.

Tal vez por lo relevante de la empresa, la operación más sonada del año fue la compra de Air Nostrum por parte de Carlos Bertomeu, el consejero delegado de la aerolínea que fundó la familia de Emilio Serratosa. El directivo, que ahora preside la sociedad, optó por presentar una oferta en el proceso que abrió la empresa para recapitalizarse. Lo hizo imponiéndose al interés de varios fondos extranjeros y de grupos inversores españoles que pujaron por tomar el control de la compañía.

Pese a que Bertomeu es el nuevo accionista mayoritario, en la operación ha ido acompañado de dos socios, los fundadores del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), una empresa valenciana de éxito cuyos propietarios hasta ahora no habían saltado a la arena de la inversión. Antonio Pellicer y José Remohí mantienen, en todo caso, un perfil muy discreto en la escena empresarial valenciana.

Por volumen económico, la de Air Nostrum no es la mayor operación corporativa del año. Los 25 millones de euros que comprometieron Bertomeu y sus socios en la operación se quedan lejos de los que ha firmado el magnate singapurense Peter Lim por hacerse con el 70% de las acciones del Valencia CF. En un proceso largo y complejo por la peculiaridad de esta empresa deportiva, Lim compró las acciones de la Fundación pagando alrededor de 100 millones de euros.

Eugenio Calabuig

Fuera de esta operación, el otro gran desembolso lo hizo el presidente de Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig. Tras una negociación con La Caixa, arbitraje incluido, el empresario castellonense se quedó con el 30% de la concesionaria que la entidad catalana había heradado de Banco de Valencia. La operación se cerró por 95 millones de euros.

Con el control de casi el 70% de la empresa, Calabuig alcanzó también un acuerdo con Suez, el propietario del resto del capital, para quedarse esas acciones a medio plazo. Con estos dos acuerdos se pone fin a una historia de lucha por el control de Aguas de Valencia que ha durado décadas.  

EL SOCIO AMERICANO DE RIBERA SALUD

Otra entrada multimillonaria en el capital de una sociedad valenciana ha sido la del grupo sanitario estadounidense Centene en Ribera Salud. Bankia, tras un largo proceso de desinversión, vendió su 50% esta empresa que ahora comparte la propiedad de la concesionaria de hospitales públicos con Banco Sabadell.

La operación alcanzó los 60 millones de euros, entre lo pagado en metálico a Bankia, 12 millones, y la asunción de parte de los créditos que tenía concedidos Ribera Salud por la entidad financiera.

También un fondo americano ha acudido al rescate de la histórica azulejera Kerabén. La cerámica de la familia de Rafael Benavent necesitaba una inyección económica para reflotar su actividad y la encontró en Tensile Capital, un inversor que controlará la mayoría del accionariado de la empresa. No ha trascendido el importe de la ampliación de capital que suscribirá.

LA OTRA CARA DE LA MONEDA

Si bien estas operaciones han aportado cierto dinamismo al tejido empresarial valenciano, lo cierto es que durante el ejercicio cerrado se han seguido produciendo malas noticias consecuencia de los años de crecimiento desmesurado apalancado por deuda.

Francisco Ros

La suspensión de pagos más sonada ha sido la del grupo siderúrgico Ros Casares. La empresa, que mantiene incluso un pleito con su socio histórico Thyssen, no ha conseguido refinanciar su deuda y ahora busca un acuerdo con la banca, a la que ha ofrecido capitalizar parte de los créditos. De momento no hay acuerdo, pero la familia Ros dejaría de ser el accionista de referencia.

En la recta final del año ha llegado la otra gran crisis mediática: el cierre de Corporación Dermoestética. La empresa que protagonizó la popularización de los tratamientos de cirugía estética no ha conseguido superar la crisis de consumo. Su propietario, José María Suescun, trató de encontrar un comprador pero no lo consiguió. Ha pedido preconcurso y ha anunciado a sus empleados que les va a despedir a todos, lo que supondrá el cierre de todas las clínicas.

En el ladrillo aún quedaban empresas por sufrir los efectos del apalancamiento excesivo. Cyes suspendio pagos y tiene en venta su histórica división de obra portuaria para salvar el concurso. Edival no ha conseguido refinanciar parte de su deuda y también ha suspendido pagos. Cleop aún no ha conseguido cerrar su enésimo proceso concursal, al que este año se ha añadido la concesionaria de grúas que perdió el contrato de Valencia. Sedesa, la empresa de la familia Cotino, no superó el concurso y se liquidará. 

Por lo que respecta a dos de los polos industriales más relevantes de la Comunitat Valenciana, Ford y Vossloh, suerte dispar. La planta de automóviles vive una nueva edad de oro con nuevos pedidos y carga máxima de trabajo. La de trenes está en venta, después de que la empresa alemana decidiera abandonar esta línea de negocio. No se sabe de momento quién puede quedarse con la planta de Albuixech.

Mientras tanto, Mercadona y Consum, los dos grupos de supermercados valencianos, siguen sin novedades: ganan más y siguen creciendo. 

 

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