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PRIMITIVO ROVIRA

El patriarca del turrón de Xixona se jubila y deja paso a la sexta generación

ERNEST PARRA. 23/12/2014

El quinto Primitivo Rovira, en una de las tiendas de Pamplona.

Estas Navidades han producido 31 toneladas de turrón, un 8% más que en 2013, y ya las tienen todas vendidas porque trabajan a demanda de clientes

VALENCIA. Desde 1850, de padres a hijos, fabricando turrón en Xixona y haciendo realidad un sueño al alcance de pocos. Una pequeña empresa, viable económicamente, que de momento se niega a crecer y expandirse y que década tras década sigue produciendo un turrón 100% artesanal con productos de primerísima calidad y trabajando a partir de antiguas recetas.

Son los Primitivo Rovira y familia, y cuenta el patriarca a Valenciaplaza.com que "yo a mi hijo, el sexto Primitivo Rovira, le digo que si hemos superado dos guerras mundiales y una guerra civil, ¿cómo no vamos a superar esta crisis?", señala con orgullo cuando se le pregunta por la atonía del consumo en los últimos años.

Estas serán sus últimas Navidades al frente del negocio. Él es el quinto Primitivo Rovira y se jubila. Cederá el testigo de la empresa a su hijo de 28 años, Primitivo Rovira también, aunque asegura que sin ningún afán intervencionista: "Me dedicaré a estar detrás del mostrador y saludar a los clientes. Ellos (su hijo y el resto de la familia) que hagan lo que quieran", añade cuando se le inquiere por la posible salida de sus productos fuera de España.

Porque esa es la principal característica de los Primitivo Rovira a lo largo de su historia: pequeñas producciones de turrón para su venta a nivel local, que tras el éxito y las recomendaciones se ven obligados a ampliar para poder suministrar a clientes de toda España. Eso, y un un negocio de temporada, desde el 13 de octubre al 22 de diciembre, con ventas por pedido, las cuales, a fecha de hoy, ya están todas servidas.

HISTORIA DE UN OBRADOR

El primer obrador de la familia lo abrió Primitivo Rovira Soler en la calle del Vall, donde instaló un molino de malacate (el utillaje rústico que molía la mezcla y cuya energía era de tracción animal). En 1902, su hijo construyó un magnífico edificio en el centro, en la actual Avenida Constitución y, desde entonces, es conocida como Casa Rovira, donde se ubica la fábrica artesanal de turrones y dulce.

Los Primitivo Rovira siempre han tenido claro que la materia prima era la clave, junto al saber hacer: "Es todo muy duro, siempre lo ha sido, pero hay que tirar adelante. Yo lo pillé mal, pero poco a poco, si se hacen las cosas bien hechas, todo va a su punto", afirma.

En estos momentos tienen pedidos de 40 tiendas (especiales 'gourmet') de todos los rincones de la geografía de España y también muchísimos clientes particulares. Con el tiempo, además, abrieron dos turronerías en Pamplona, ("me casé con una navarra y vivimos allí un tiempo y abrimos tienda", explica el patriarca) para añadir que "funcionan estupendamente, porque en el norte se aprecia mucho la calidad de nuestos productos".

Estas Navidades han producido 31.000 kilos de turrón, sobre todo de las variedades de Xixona, Alicante y chocolate. Un 8% más que en 2013 y a fecha de lunes 22 de diciembre confirma que "ya está todo vendido", afirma Primitivo, y añade que "apenas me quedan unos 16 kilos de Xixona y unos 20 de Alicante".

Primitivo se jacta de que sus productos tienen una almendra y una miel distinta al resto, "más cara, pero especial, por eso nuestro turrón es tan apreciado".

EL SECTOR CRECERÁ UN 3%

Desde la Asociación Española del Dulce (Produlce), con sección específica de turrones y mazapanes, su secretario general Rubén Moreno ratifica a este digital las excelentes perspectivas para el sector tras años de descenso de las ventas en España: "Se prevé un crecimiento tanto en volumen como en valor de carca de un 3%, aunque en grandes ciudades y en zonas con tradición puede ser mayor", manifiesta.

Y para combatir esa caída en el consumo interior en los últimos años muchas empresas han apostado por su internacionalización, con ventas sobre todo en Europa (Francia, Alemania, Portugal y Reino Unido) y Latinoamérica. Además, según Moreno, comienzan a abordar nuevos mercados como los Estados Unidos, Japón y Oriente Medio.

Así en los últimos tres años las exportaciones han crecido un 30%. En 2013 se produjeron 26.400 toneladas para consumo nacional, un 4% menos que en 2012, pero se exportaron 4.200 toneladas, un 7% más.

Respecto a las novedades (dentro de un sector anclado a la tradición), Rubén Moreno señala que está comenzando a surgir una industria innovadora con nuevos productos como turrones con sabor a gin-tonic, untables, sin azúcar y también presentaciones en formatos especiales con porciones pequeñas para degustar todos los sabores.

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