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REIVINDICACIÓN

El turrón también viene de... Castuera (Badajoz)

ANTONIO PINO. 07/12/2014 Con algo más de 6.000 habitantes cuenta con hasta cinco generaciones de turroneros

MÉRIDA (EFE). Hablar de turrón en España es hablar de la localidad de... Castuera (Badajoz). Aunque la respuesta más común es Jijona (Alicante), los turroneros de este municipio pacense reivindican su tradición -tan antigua, dicen, como la alicantina- y su peso comercial, con exportaciones a la UE y Estados Unidos.

Castuera, con algo más de 6.000 habitantes, vive y se desvive por el turrón, un dulce que los musulmanes introdujeron en el Levante español y también en Extremadura.

Sin hacer mucho ruido y sin disponer del respaldo necesario para que su producto sea mucho más conocido en el panorama nacional, los turroneros extremeños han logrado situarse en el mercado exterior, desde Rusia, Chile y China, hasta Bélgica y Estados Unidos, entre otros muchos países.

DENOMINACIÓN DE ORIGEN

Por ello, los empresarios castueranos reclaman a la administración autonómica un apoyo similar al que ofrece a otros productos extremeños, como el jamón ibérico de bellota, las tortas del Casar (Cáceres) y La Serena (Badajoz), o el pimentón de La Vera (Cáceres).

Aunque confían en la fidelidad del mercado extremeño de cara a las ventas en esta Navidad, los turroneros pacenses quieren que las administraciones públicas promocionen su turrón fuera de la región, tal como se hace en la Comunidad Valenciana con el turrón de "Jijona" y "Alicante".

Así lo han dicho, en declaraciones a Efe, responsables de varias empresas de Castuera, como Rey Alimentación y Turrones Dos Hermanos.

REIVINDICACIÓN

Los mismos que operan en una localidad que es la capital del turrón de Extremadura y que abastecen tanto a pequeños comercios como a grandes superficies.

"Somos tan antiguos como Alicante, con cuatro o cinco generaciones de turroneros artesanos, aunque no son tan conocidos como los levantinos debido al poco respaldo de las administraciones públicas extremeñas", ha afirmado Manuel Sánchez, de Dos Hermanos.

Además, ha agregado que deben trabajar "con mucho tesón" para hacer frente a otros factores, como el hecho de que las grandes superficies "fijen precios y se queden parte del beneficio".

"HACEMOS LA GUERRA POR NUESTRA CUENTA"

En este sentido, el gerente de la empresa Rey Alimentación, Felipe Rey, ha explicado que actualmente "hacemos la guerra por nuestra cuenta", pero que "cualquier promoción pública del turrón extremeño estaría bien, sería muy interesante".

A pesar de la crisis, según ha afirmado, el turrón "no está sujeto a modas", por lo que las ventas se mantienen. En el caso de su empresa, un millón de unidades al año, unos 400.000 kilos, y con exportaciones a Estados Unidos y países de América Latina.

Aunque en 2013 hubo "una guerra de marcas blancas" con las grandes distribuidoras comerciales, como así ha expuesto, la actual campaña ha sido "tranquila" en este sentido.

VENTAS AL EXTERIOR

A su vez, el responsable de la empresa Turrones Fernández Galán, Francisco Sánchez, ha apuntado que su actividad se remonta a 1920 y que este año producirán unos 250.000 kilos, al igual que en 2014, un producto que envían el resto del país a otros como Rusia, Chile, China, Alemania, Estonia y Bélgica, entre otros.

Turrones típicos, como el duro y el blando, salen estos días de los fogones de estas fábricas, en las que también se elaboran turrones de chocolate y de sabores a frutas, con destino a las mesas navideñas familiares y también como regalos de cortesía.

Lo curioso de esta elaboración de turrones en Castuera, como así lo ha puesto de manifiesto su alcalde, Paolo Atalaya de Tena Guillen, de 72 años, es que buena parte de los ingredientes que son necesarios para la elaboración de este dulce "los traen de fuera".

Según ha relatado, antiguamente había "muchísimas" familias que dependían de este producto, el cual elaboraban artesanalmente y vendían durante todo el año en las ferias de los pueblos. Ahora, con la industrialización, se ha reducido la necesidad de mano de obra.

La campaña de Navidad, que empezó en agosto, acaba este mes de diciembre y las fábricas, en las que trabajan más de 100 personas, se quedan prácticamente vacías en el resto de los meses.

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