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EN BUSCA DEL PAPEL

Los músicos valencianos explotan al unísono su faceta como escritores

EUGENIO VIÑAS. 11/11/2014 Un número considerable de compositores hilvanan y publican sus ficciones literarias

VALENCIA. ¿Se imaginan la Sala Wah Wah como escenario de partida para un libro? Allí arranca La conquista del Oeste (o la muerte de Uli Zuma), la primera novela publicada por Néstor Mir. El músico -y también realizador audiovisual- es el principal responsable de Malatesta Records, la discográfica valenciana que ahora amplía su inquietud al negocio editorial "con la vocación de acoger, entre otros, los escritos de los músicos valencianos".

Tras la suya está prevista la llegada de otra ficción con un fuerte sabor a noches de rock y camerinos: David Pascual Huertas, más conocido en los escenarios musicales como Mr. Perfumme, publicará en Malatesta tras su debut El Satélite Ruso, ilustrado por Alba Casanova. No obstante, el camino de esta discográfica hacia las letras no es solo de ida, sino de vuelta: "la presencia en Malatesta de personas vinculadas a la literatura ha inspirado de alguna forma la decisión", apunta Mir con una clara referencia a Carolina Otero.

La filóloga, docente y poeta valenciana acumula premios desde el año 1997 sin haber dejado de lado su expresión músical. Primero defendiendo su nombre como frontwoman y más tarde con The Someone Else como banda, Otero fue finalista del Premio Azorín en 2008 con la novela Hotel Postmoderno, otro referente del trasvase de inquietudes entre la música y la literatura de los valencianos, ya que esta novela colectiva cuenta con la participación -entre otros- de Alberto Torres Blandina.

El escritor fichó por la totémica editorial Siruela para la publicación de Niños rociando gato con gasolina (2009; finalista del premio Café Gijón) y Mapa desplegable del laberinto (2011), aunque el mayor reconocimiento quizá llegó con el Premio Europa a la Mejor Novela Extranjera publicada en Francia en 2010 por Cosas que nunca ocurrirían en Tokio. De hecho, él mismo es citado por algunos compañeros no iniciados en el salto de canal como un referente de una creatividad importante a partes iguales.

Y es que la lista de músicos valencianos que han dado el salto a la literatura es numerosa. Entre los éxitos más recientes se encuentra Totes les cançons parlen de tu, el libro de Xavi Sarrià que se colocó entre lo más vendido de la última Feria del Libro en Valencia, o las publicaciones encadenadas de Barbería y Enfermedades raras (ambos de relatos cortos) por parte de Cisco Fran (antes, La Gran Esperanza Blanca).

EL GIRO DE MALATESTA Y LA AVENTURA DE MIR

Será este próximo 13 de noviembre cuando Malatesta abra su etapa con el primer libro de su línea editorial para dar cabida a los escritos de musicos. Además de su sello discográfico que acoge a bandas como la ya citada Carolina Otero & The Someone Elses, EmmaCarolina Otero Get Wild, Lülla, Mr. Perfumme et Le Sieur Poule, Polonio, Senior i El Cor Brutal o el propio Néstor Mir & La Disolución Doméstica, organiza una puesta en escena en la que Senior será el encargado de presentar un libro.

La road movie novelada -en la que Senior también está presente como personaje- que rinde homenaje a una novela emblemática de este principio de siglo, Los detectives salvajes, Premio Herralde de Novela 1998, obra del fallecido poeta y escritor chileno Roberto Bolaño. Aun que todo empezó en 2007, con un viaje a EE.UU. ligado a un falso documental sobre un grupo de rock argentino llamado Los Suicidas, nombre que Mir ha tomado de una marca de mezcal que se nombra en la novela de Bolaño.

El hilo conductor que guía y sustenta todo el libro es la música. De hecho, Mir reconoce que "inevitablemente, todo este proceso ha tenido una parte autobiográfica". Suenan Cracker (todo empieza, como se apuntaba, con un concierto suyo en la Sala Wah Wah), Neil Young, Public Enemy, The Dictators o también bandas locales -y amigas- como Eurotrash Girl y La Habitación Roja.

Valencia es otro escenario conductor en el que la ya citada sala de conciertos de la calle Campoamor, Murray Club, Excuse Me o la Sala Roxy. Elemento quizá diferenciador al del resto de obras que Mir cita, entre las que hace hincapié con autores que hibridan los canales musicales y las letras impresas como el poeta Hugo Más. Además, considera el proceso de autor como el caso de "un buen alumno", ya que reconoce no haber dejado de participar en talleres literarios, "desde la construcción de personajes teatrales a la poesía o el guión". 

Mir reconoce en sí mismo y en el grueso de los citados "una necesidad por parte de la gente que hace música de encontrarse en otras facetas. No solo la literaria, pero casi siempre hay algo más. Los hay ilustradores o los hay escritores, por ejemplo". Además, añade que no es algo que se deba encuadrar dentro de la falta de recursos a la hora de producir un álbum de música: "el trabajo del escritor es solitario, pero no necesariamente no hay una inversión económica. Eso sí, tal y como me ha pasado a mí, es mucho más fácil controlar cuándo vas a conseguir tu fin y conseguirlo ya que, en gran medida, depende de uno mismo. Eso sí es diferente".

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