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ALICANTE (EFE). La empresa familiar observa una mejoría en la economía española y reivindica su papel en la transformación financiera, al encarnar el capitalismo más "humano" por su vocación de permanencia y de pensar en la siguiente generación.
Estas ideas han estado presentes en la jornada inaugural del XVII Congreso Nacional de la Empresa Familiar que, inaugurada hoy por el rey Felipe VI, reúne durante dos días a empresarios, políticos y expertos en torno al papel de este tipo de compañías en la recuperación económica.
En su discurso, el rey ha destacado el papel que la empresa familiar desarrolla como "activo fundamental para una economía sana y dinámica" y la generación de empleo, y ha pedido "cuidar especialmente" a las pymes por ser las que más puestos de trabajo crean en España.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, también ha participado con una conferencia en la que ha recalcado a los directivos reunidos en Alicante que bajar salarios y reducir derechos laborales no ayuda a consolidar un crecimiento sostenible en España.
En la apertura, el consejero delegado de Banco Santander, Javier Marín, ha destacado que la economía española afronta un ciclo de crecimiento económico y como ejemplo ha señalado que, por primera vez "desde hace muchos trimestres", los saldos medios en su entidad "han dejado de decrecer".
Además, ha valorado los resultados de los test de estrés que han superado los bancos españoles y ha añadido que "cerrado el ciclo de reforzamiento de balance, ahora toca afrontar un ciclo de crecimiento".
El presidente de KPMG en España y vicepresidente global, John M. Scott, ha reafirmado que el entorno económico "ha mejorado", lo que hace que haya "más confianza" que hace un año, y el anfitrión del congreso, el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Javier Moll, ha puesto en valor el esfuerzo de este tipo de compañías en salir "decididamente" de la difícil coyuntura.
En una mesa redonda posterior titulada "El valor del empresario familiar" han participado los presidentes de Gestamp Automoción (Francisco Riberas), del grupo de acero Celsa (Francesc Rubiralta) y el grupo farmacéutico Uriach (Joaquín Uriach), así como el consejero delegado de Chocolates Valor (Pedro López), y han subrayado que las empresas familiares se rigen por valores como el largo plazo, la sostenibilidad, la paciencia y, sobre todo, "la siguiente generación".
En palabras de Uriach, las empresas familiares encarnan "un capitalismo muy humano: con ojos, cara y corazón".
En esta misma línea, Pedro López, de Chocolates Valor, ha valorado estas cualidades pero ha añadido que queda "mucho trabajo por hacer" en cuanto a las relaciones públicas para conseguir "llegar más al corazón de las personas".
Por su parte, Francesc Rubiralta ha hecho hincapié en que los directivos de las empresas familiares no se caracterizan por ser "oportunistas ni especuladores" y ha añadido que en los buenos tiempos apuestan por reinvertir.
Para facilitar el éxito empresarial, Rubiralta ha abogado por más certidumbre en el ámbito energético -"el próximo año no sabemos cuánto costará la luz"-, mejorar la logística en los puertos, impulsar la flexibilidad laboral y ayudar fiscalmente.
Sobre la sucesión, ha explicado que en su compañía tienen la "regla no escrita" de que si un familiar quiere tener un puesto directivo debe, al menos, estar 5 años fuera del negocio familiar para "demostrar su valía"
Francisco Riberas, de Gestamp Automoción, ha comentado que para ser ejecutivo se "deben tener unos méritos reconocidos, un esfuerzo" previo, aunque ha admitido que si coincide que el mejor gestor sea allegado se logra "un plus".
El congreso se prolongará hasta mañana, cuando está previsto que sea clausurado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una jornada en la que se dará a conocer el resultado de la tradicional encuesta que se celebra en el foro y que evalúa la situación política y económica del país.
El avance del sondeo revela que los empresarios ven con pesimismo el actual escenario político, al poner una nota media del 1,08 sobre 9, cuando en 2012 fue de 4,8.
En el plano económico mejora la percepción, ya que la nota sube a 4,26, casi el doble que en 2013.
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