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España, el país de las 100.000 leyes
(esta sí que es una burbuja)

CARLOS DÍAZ GÜELL. 08/10/2014

MADRID. En un momento en que el recurso a la Ley es algo habitual en la dialéctica del presidente de gobierno como consecuencia del proceso segregacionista catalán, un grupo de cinco juristas -cuatro notarios y una abogado del Estado- reunidos en torno al movimiento ¿Hay derecho?, se han despachado a gusto en un libro de muy reciente aparición en donde ponen en tela de juicio el actual ordenamiento jurídico español al que acusan de estar gordo como consecuencia de que en la actualidad existen en nuestro país más de cien mil normas vigentes, lo que "completa un tapiz jurídico grueso, extensísimo, racionalmente inabarcable...y por ello imperfecto y potencialmente peligroso para la economía, la sociedad y el indefenso ciudadano".

La aparición de éste muy recomendable ensayo que lleva como subtítulo La quiebra del Estado de derecho y de las instituciones en España, coincide en el tiempo con el hecho de que el presidente del gobierno invoque, más que nunca, a la Ley como única solución al problema generado en Cataluña -"Primero la ley y luego lo demás"- lo que lleva a los autores a decir que "El desajuste -entre realidad y derecho- es tan evidente que las invocaciones de nuestros políticos a la estabilidad y a la normalidad han traspasado los límites de la hipocresía y se acercan peligrosamente a la del cinismo", lo que es la causa última del creciente sentimiento de desafección de la ciudadanía que hoy amenaza muy seriamente a la democracia española, lo que permite que algunos "pretendan aprovecharse de la situación de derribo institucional en su propio beneficio para hacerse una acogedora casa con los materiales de todos".

Tras poner de relieve que en muchas ocasiones se legisla simplemente "para la foto", lo autores enfatizan que "en esta carrera por regularlo todo la calidad normativa y técnica de estas normas deja bastante que desear. Muchas no son más que puro humo, dado que su función primordial no es atender a una necesidad real de la sociedad y procurar resolverla, sino hacerse la foto y hablar de ella en los medios. Es lo que se llama 'derecho hueco', 'derecho inútil' o 'leyes placebo', normas que tienen forma de tales pero que no lo son en realidad, están vacías de sentido, son textos absolutamente prescindibles".

Tras señalar que en España tenemos diecisiete de todo , entre ellos diecisiete centros de producción legislativa, además del Parlamento nacional, que se entretienen promulgando continuamente normas sobre todo tipo de cuestiones de manera descoordinada y asincrónica, lo autores ponen de relieve que el exceso legislativo autonómico tiene consecuencias muy graves tanto en forma de costes de incertidumbre y riesgo para los operadores económicos como en términos de justicia, igualdad ante la ley y libertad individual para los ciudadanos.

"El primer tipo de costes es mesurable, pues ya hay estudios que indican que a mayor regulación, menos iniciativa privada y menor competitividad: por cada ciento por ciento que crecen las disposiciones locales, caen un 80 por ciento las solicitudes de patentes en la región y un 3,5 por ciento la productividad total. El segundo tipo también puede medirse, aunque quizá de forma menos precisa, sin por ello dejar de ser más contundente. Como decía el adagio atribuido a Tácito, cuantas más leyes tiene un Estado, más corrupto es".
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Post-it. Sansón Carrasco es el seudónimo colectivo de Elisa de la Nuez, Fernando Gomá, Ignacio Gomá, Fernando Rodriguez y Rodrigo Tena. "Hay derecho". Ediciones Península. Grupo Planeta. Barcelona 2014

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1 comentario

Catedra escribió
09/10/2014 10:03

Las leyes deben ser pocas, simples y muy claras. Deben ser además aplicadas de forma rigurosa. Sin eso una sociedad está condenada a los abusos y manipulaciones del poder, la desigualdad frente a la ley y, en definitiva, el poder discrecional de la casta (que interpreta las leyes según sus intereses y hace la vista gorda cuando le conviene). Ese "grueso tapiz jurídico, extensísimo, racionalmente inabarcable" permite una amplia discrecionalidad, ahoga la economía y la libertad de las personas, y tiende a su expansión (un arreglo requiere otro arreglo). Recordad hamijos, cuando más esclava es una sociedad más leyes innecesarias tiene o incluso demanda. Las leyes pueden ser buenas o malas, pero son también poder para la casta y para quienes aspiran a ser casta.

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