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ENTREVISTA

Carlos Medina: "La gente en Valencia sólo quiere paellas y bocadillos"

EUGENIO VIÑAS. 30/09/2014 El concursante más polémico de Top Chef 2 es valenciano, firma una carrera meteórica y se prepara para iniciar su propia cocina

VALENCIA. Carlos Medina salpimienta los programas de la segunda temporada de Top Chef (22:30h, lunes) con uno de los caracteres más polémicos del cating. El talent show de los fogones en Antena 3 cuenta con este joven cuya carrera como chef está siendo meteórica. Antes de iniciar su formación para dedicarse profesionalmente a la cocina, Medina cursó tres niveles de Comunicación Audiovisual en la Universidad Cardenal Herrera-CEU. Lo hizo por insistencia familiar, ya que desde la adolescencia dedicaba todo su tiempo libre a experimentar con técnicas y alimentos. Y, en su caso, la experimentación estuvo presente desde el inicio: "la cocina molecular y las soluciones químicas han sido y serán mi campo de trabajo", contesta a ValenciaPlaza.com.

Desde su labor autodidacta hasta el puesto como director creativo de Restaurant André en Singapur (que ya ha abandonado), apenas han pasado unos pocos años. En ellos cambió la facultad audiovisual por la Escuela de Hostelería y Turismo de Valencia, donde confiesa que su carácter obsesivo y arrogante le hizo pasar más tiempo fuera de las aulas que dentro: "necesitaba seguir experimentando, aunque de la Escuela saqué lo que más me interesaba: aprender a trabajar en equipo".

El valenciano, no obstante, ha estado en todos los frentes del negocio. "Cuando estudiaba la carrera trabajaba como camarero, pero aprovechaba cualquier momento para preguntarle al cocinero y saber cómo hacía cualquier cosa", apunta. Tras sus estudios hosteleros hizo un stage en el restaurante de Martín Berasategui primero para continuar con unas prácticas en El Bulli durante sus años de ‘dominio' global de la cocina. Diferentes responsabilidades en restaurantes como Las Rejas, Ca Sento y 2 Palillos preceden a su última etapa como profesional, precisamente donde se desarrollan sus principales dominios: las cocinas asiáticas.

-Responsable creativo de alta cocina en Taipei y Singapur como último estadio de tu curriculum. Parece un final casi soñado dadas tus inquietudes en la cocina.
-Cuando me dijeron que podía trabajar en una dirección creativa en Taipei y vinculado con la Facultad de los Alimentos de allí, no me lo pensé. Lo comenté con quien me entrevistó: mi sueño desde hacía años podía estar en un restaurante como el de Carme Roscalleda en Tokio, así que di el salto casi sin pensarlo. Era la forma perfecta para experimentar con nuevos sabores y nuevas influencias en el lugar de donde parte el abecedario de la cocina que trabajo.

-¿Has puesto punto y final a tu experiencia en André Restaurante?
-Sí, esa tapa ha finalizado para mí. Y ha sido increíble crear junto André Chiang. Cuando me dijeron en que dos restaurantes de Asia me gustaría trabajar, justo antes de dar el salto, dije Narisawa (nº 14 en la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo) y André (nº 37).

-¿Cómo te eligió para una función tan decisiva para el restaurante?
-Mientras trabajaba en Taipei fui a Singapur y le conté lo que hacía y lo que quería. Nos entendimos enseguida y enseguida nos pusimos a crear platos.

-¿Cómo es la Octaphilosophy de André? Descríbenos alguno de vuestros platos.
-Es una filosofía personal, como la de otros chef que enarbolan sus propias ideas. Algo similar a lo que, con diferentes conceptos, desarrollan Ángel León o Quique Dacosta. No es más que la forma de tu discurso a través de los platos. En nuestro caso era todo en torno al crudo, pero en apariencia. Por ejemplo, recuerdo una gamba que similaba estar como en el mercado, sobre el hielo. Sin embargo, estaba cocinada por dentro, con una inyección que permite cocinar de dentro hacia afuera. El hielo en realdiad era zumo de tomate y algas y la sal merengue. 

-Ahora estás en Madrid bajo el calor del foco que despide una audiencia como la de Top Chef. Has dicho que tus planes pasan por crear un restaurante de 8-10 comensales. ¿Habla esto de tu aparente necesidad por controlar absolutamente todo lo que sucede en el establecimiento?
-Sí, aunque no deja de ser un trabajo en equipo. 

-Como punto de partida, ¿no es demasiado ambicioso? ¿Lo imaginas en España?
-No tiene porque ser el primer paso. Primero puede haber un restaurante gastronómico en el que trabaje como asesor hasta que se genere el capital para luego dar el salto. Podría ser en España, pero eso depende de encontrar los socios adecuados. Ya he vivido y trabajado fuera y eso no es un inconveniente para mí.

-¿Estás en esa búsqueda, entiendo?
-Estoy viendo diferentes opciones desde que estoy instalado aquí en Madrid (llegó antes de verano para el rodaje del programa). Hay que entender que el restaurante no tiene ese número de comensales por capricho: si son más no voy a poder hacer la cocina ni dar el servicio que quiero.

-Por cierto, como valenciano que eres y habiendo trabajado en Singapur, ¿has oído hablar de Peter Lim y su negociación por la compra del Valencia CF?
-Durante el rodaje de Top Chef 2, cuando el equipo se ponía a ver el Mundial de Brasil, yo me iba al Mercado de San Miguel a tomarme una caña. Eso es lo que me interesa el fútbol. Mis amigos de Valencia si que me han preguntado en alguna ocasión, pero no he oído siquiera hablar en el restaurante de André acerca de él. Incluso es posible que haya sido comensal, pero no tengo ni idea.

-Hablemos de la cocina en Valencia. ¿Ya has visitado Vinícolas de Raúl Aleixandre (Medina trabajó en su anterior proyecto, Ca Sento que fue 1 Estrella Michelin)?
-Todavía no, pero es uno de los cocineros a los que más admiración tengo porque fue el primero en servir una gamba viva, como aquel que dice, en su restaurante. Representa la excelencia, el lujo de poder servir un producto tan bueno que apenas es cocinado. Me marcó mucho su cocina, pero también su sentido del humor, que es increíble.

-Tras una década viendo la cocina desde muy diferentes ángulos, ¿crees que Valencia o la Comunitat Valenciana juegan un papel concreto en el contexto gastronómico?
-Es cierto que he viajado mucho, pero mi opinión sobre Valencia es personal. Lo que creo es que, por desgracia, la cocina no la marcan los cocineros sino el público y en Valencia la gente quiere comer paellas y bocadillos. Y lo comento porque ahora conozco mejor los casos de restaurantes de Víctor Rodrigo (Restaurante Samsha; el otro valenciano de Top Chef 2) o Begoña Rodrigo (ganadora de la primera edición del programa) y cómo les ha costado hacer su cocina. Al final estás obligado a convertirte en un businessman como es el caso de Ricard Camarena.

-Aquí te formaste. ¿Qué tal alumno eras?
-No era un buen alumno... a mí me gustaba ya la cocina molecular. Todo lo que tiene que ver con química, alimentos y cocina. Por su puesto, era importante para aprender desde lo más básico, pero muchas veces me quedaba en casa leyendo foros, buscando, yendo a comprar, trabajando por mi cuenta.

-¿Cómo fueron tus inicios en la hostelería?
-En lo que menos me gusta: de cara al público, como camarero. En cuanto pude di el salto a la cocina y enseguida ya estaba experimentando. Solo tenía una barra y una plancha y ya estaba haciendo calipos de kiwi y wasabi... ¡y hace muchos años! Lo cierto es que funcionaba, porque llenábamos casi todas las noches.

-Stage con Berasategui y prácticas en El Bulli.  ¿Tuviste margen para dejarte llevar por la vanguardia o fue más importante almodarte a trabajar con grandes equipos?
-A mí siempre me ha gustado la creatividad, de hecho era lo único en lo que sacaba buenas notas en la Universidad, así que estaba totalmente identificado con esas cocinas. Con Berasategui fue un entrenamiento de lo más bestia para poder trabajar con un gran equipo, muy exigente, pero del que saqué mucho. El Bulli lo recuerdo como la etapa más loca de mi actividad. De hecho, en aquel momento hacía cosas mucho más arriesgadas porque no tenía tantos parámetros o conceptos interiorizados. Hacía cualquier cosa que se me pudiera ocurrir. De hecho, recuerdo haber planteado una idea de platos que volaban por electromagnetismo delante del comensal...

-¿Los stage son tan fieros como los pintan?
-Hay mucha leyenda al respecto y que nadie se engañe: es duro. Eso sí, es una oportunidad inmejorable para el que la aprovecha como yo lo he hecho. Berasategui para mí como un garrote. Aprendí a sudar. Aprendí a saber qué es de verdad una cocina. Lloré y sufrí. Pero también vi prosperar a gente bastante rápido. Chicos que empezaban como yo y que acababan de jefes de cocina.

-Y está la parte económica...
-Para el restaurante está muy bien tener a gente que se mata por trabajar y que no tiene un salario como un profesional, pero no imagino mi profesión sin los stage. Son completos y totalmente necesarios.

-Además de la formación y de las diversas experiencias profesionales, ¿te atreverías a porcentuar cuánto ha pesado tu labor como autodidacta?
-Pues diría que, pese a lo mucho que he podido aprender fuera de casa, como autodidacta he aprendido el 75% de lo que soy. Eran todo inquietudes. A veces me iba por Valencia solo a pasear y a apuntar cartas y luego llegaba a casa a apuntar cómo podría hacer yo esa carta y cómo mejorarla. De hecho, tengo un recetario extensísimo... ¡14 libretas escritas a mano!

-Y ahora estás aprovechando la oportunidad de atención que genera Top Chef, donde pareces el más deslenguado. ¿Eres tú o son tus compañeros los que se reprimen ante las cámaras?
-Ellos intentan moderarse, pero yo no sé. Soy una persona transparente. No me callo nunca y tengo fluidez verbal. Digo cualquier cosa que me viene a la cabeza.

-¿Tu cocina es igual de impulsiva?
-Exactamente así.

-Por cierto, recientemente Víctor Rodrigo (el otro concursante valenciano de la presente edición de Top Chef) aseguraba en una entrevista publicada en ABC que eres uno de los rivales más válidos, pero que no te pondría a hacer un plato de lentejas?
-Es que él precisamente es un tío muy completo... A mí me proponen el reto de hacer un plato de lentejas y las haré a mí manera, serán mis lentejas. De todas formas, hay cosas que no se pueden versionar y por su puesto que tengo mis limitaciones, pero lo que no voy a hacer es una esferificación de lentejas. Hay algunas barreras que se tienen que respetar.

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20 comentarios

Alex del Val escribió
15/11/2014 23:20

A mi me parece que Carlos es la persona más auténtica de todos los concursantes, está claro que su cocina no está dirigida a un público de masas, para gustos son los colores. Con su temperamento es el que ha dado más juego en el programa.

javi escribió
13/11/2014 01:17

Soy valenciano y carlos hoy me ha dado vergonya ajena, se le quema el pollo y dice k mejor creo que no sabe que es el socarrat,agarrao en castellano, a ver listo el agarrao es el arroz rostido que se queda debajo pero ni eso debe quemarse, creo que entiendo su odio a la comida tradicional no le enseñaron de pequeño no es culpa del todo duya aunque como cocinero deberia.aprender, vaya topche, y lo grave es k mete el arroz sin hervir primero el caldo de piedra me quedo. Platos tradicionales valencianos a parte de la paella arroz negro fideua, tenemos Olla de juni. Olla amb fesols i naps, olla de carn, puchero, anguiles en all i.pebre, caldereta de peix, esgarraet rn fin y seguro que.cualquier cocinero os podria decir mas es.mas creo que es una de las cocinas que mas ha aportado a la gastronomia de este pais lo que ha dicho este señor por llamarlo de alguna forma es un desacato y una infamia

Juan escribió
13/11/2014 00:47

Carlos es un genio de la cocina. Si juzgamos al que ha escrito esta noticia debería repasarse las normas del periodismo para escribir. Al menos las mayúsculas tras comillas, la citación y el tratamiento de usted

Torpat escribió
04/11/2014 10:38

el mejor de esta edición, junto a Fran. Es un programa de cocina y no de cotilleo. el chaval es como es y punto, a quien le guste bien y a quien no también no? Yo viendo el programa como tal y no como si fuera gran hermano, para mi el mejor!

Jose escribió
21/10/2014 17:31

El Carlos este se quiere mucho...

Javier escribió
03/10/2014 13:25

El respeto a los demás y a la profesión es lo que nos precede como personas,tu no respetas a nadie y me parace que eres demasiado independiente como para trabajar en equipo.En Valencia tenemos una gran riqueza y variedad gastronómica,no tienes de idea de lo que se hace en tu ciudad.

Sergio escribió
02/10/2014 12:16

El verdadero problema de Valencia es quien critica lo bueno que tenemos, en este caso, la gastronomía, en vez de hacer un poco de "patria" y explotar nuestra tierra que es bien rica en producto y elaboraciones. Pero es mejor irse al sur-este asiático y Turquía (que la gastronomía es la "hostiaa" y seguro que los que pagan esos precios entienden de productos y materias primas) que quedarse en España donde existe o empieza a existir criterio gastronómico y una gran competencía. Brindo por esos valientes profesionales

vicent escribió
02/10/2014 03:09

pues digo yo...si no comemos arroz aqui donde lo vamos a comer en Madrid? hay que saber que demanda hay.y si viene un amigo de galicia no lo voy a llevar a comer pulpo... hay muchisimos "chefs" que hacen verdaderos truños de platos ...no todo vale en la cocina

ELISA escribió
01/10/2014 17:51

La gente en Valencia no queremos solo Paellas y bocadillos LISTO !!!!

yolo8 escribió
30/09/2014 17:21

Tampoco creo que en Valencia comamos unicamente Paella y bocadillos, por lo menos la gente con la que me relaciono es de muy buen comer.

Josele escribió
30/09/2014 16:42

Pues en Valencia hay muchas, muchísimas alternativas al arroz y bocadillos, sino que se lo digan al tres estrellas que tenemos. Hay que gente con mucha imaginación y excelentes cocineros y de eso doy cuenta cada que salgo a cenar y lo del arroz lo dejo para la familia los domingos. Creo que Marc ha acertado en el comentario.

lolo escribió
30/09/2014 15:55

Pues yo no sé por dónde salen Selma, Pedro Hortelano y Mariana Longares, pero yo cada vez que salgo a cenar un fin de semana con amigos vamos a un restaurante "cool" y de cocina moderna y fusión, ya que han brotado como champiñones ese tipo de restaurantes. A pocas arrocerías/bocaterías vamos, pero más que nada porque salvo que te vayas al bar de la esquina, la práctica totalidad de sitios para ir a cenar en Valencia son de ese estilo.

Mariana Longares escribió
30/09/2014 14:22

Verdades como puños. Me cae muy bien este chaval. Y sí, es verdad. Los buenos cocineros les cuesta Dios y ayuda conseguir vender algo alternativo a los arroces y las comidas clásicas. A todos esos que se ofenden, sólo les hago una pregunta: ¿Si viene un amigo a Valencia, dónde lo lleváis? Y si se trata de salir una noche, ¿cuál es vuestra primera opción? Pues ya está. Respondidos estáis.

Pedro Hortelano escribió
30/09/2014 13:14

Los dos primeros comentarios no parecen haberse leído la entrevista. Yo sí y me cae muy bien el chaval éste. Y el titular es una verdad como un templo. Señor Viñas, felicidades por su trabajo, a usted y a todo el equipo de Valencia Plaza.

Selma escribió
30/09/2014 11:29

Pero alguien de los que critica se ha leído el contexto de la afirmación del titular??

Marc escribió
30/09/2014 11:17

Pues si la cocina no la marcan los cocineros, ya me dirás que sentido tiene tu profesión. No estás sólo para dar de comer a la gente, para eso ya están los comedores sociales. Me parece que tienes una idea bastante equivocada de tu profesión pues. Es cierto que aquí somos muy arroceros, que estamos muy arraigados a nuestras costumbres, pero no me vale que digas que no puedes hacer nada aquí. En tu mano y en la otros, está el ser la persona que introduzca otra manera de comer y de ver la cocina. Que no quieras o no sepas hacerlo, es otra cosa.

Jaime V escribió
30/09/2014 11:03

Me niego totalmente a seguir el juego de estos cantamañanas manipuladores de los alimentos y de algunos medios.

lolo escribió
30/09/2014 09:26

Pues parece un chico muy agradable y simpático, y desde luego tras esta entrevista me entran muchísimas ganas de ir a comer dónde él esté cocinando...

Josele escribió
30/09/2014 09:17

Ser un buen cocinero no esta exento de decir tonterías, quizá sea un exceso de juventud.

Krako escribió
30/09/2014 09:00

Cualquier cosa es mejor que tu comida basura hecho con jeringillas y tonterías de un cocinero fustrado. Con la comida no se juega

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