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EL CLUB ACLARA SU FUTURO ECONÓMICO

El asiático Peter Lim compra el Valencia en la mayor operación corporativa del fútbol español

JOAQUIM CLEMENTE. 15/08/2014 El inversor singapurense alcanza un acuerdo definitivo con Bankia para financiar la operación de compra del 70% del club por cerca de 100 millones de euros

VALENCIA. El empresario singapurense Peter Lim firmará la mayor operación corporativa del fútbol español con la compra de del 70% del capital del Valencia CF. El inversor, una de las mayores fortunas del país asiático, invertirá directamente alrededor de 100 millones de euros en una operación que estará financiada por Bankia, la entidad que ostenta en la actualidad el crédito que la Fundación Valencia CF pidió para tomar el control del club y que no ha sido capaz de devolver. 

El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri forzó a finales del año pasado la llegada de dinero nuevo al club de Mestalla y a su principal accionista. La situación económica del Valencia CF llevaba desde hacía años enquistada, con una deuda de 220 millones de euros que vencía y se prorrogaba ante la imposibilidad de ser pagada por el club. La Fundación VCF, por su parte, no solo no podía devolver el préstamo de 90 millones sino que no podía pagar los intereses anuales, obligando a la Generalitat Valenciana, que era avalista, a pagarlos.

Bankia, que heredó de Bancaja los dos préstamos, forzó la apertura de un proceso de venta para solventar esta situación que ha sido complejo. Desde que a finales de mayo el banco y Meriton Holding, la sociedad de Lim, firmaron un pacto de exclusividad en la negociación, los representantes legales y de negocio de ambas empresas tomaron las riendas de un proceso que culminó este jueves.

La clave de la operación, más allá de las discrepancias que entre ambas partes surgieron en la negociación, va más allá de la compra de las acciones. El acuerdo implica toda una restructuración de la deuda del Valencia CF a largo plazo, 15 años con distintos tramos.

Directamente Lim pagará unos 88 millones por el 70% del capital, de los que 16 los abonará en el momento de la firma y el resto se articularán en un préstamo a tres años con garantías patrimoniales del propio empresario de unos 140 millones de euros (frente a los 200 millones que exigía el banco inicialmente). El empresario también pagará en metálico cinco millones de euros a la Fundación para que devuelva a la Generalitat el dinero que tuvo que poner por el aval. 

En la historia reciente del fútbol español hay muy pocos precedentes de la llegada de un gran inversor a un club de fútbol de primera línea, algo que ha sido habitual especialmente en Inglaterra, donde varios multimillonarios han comprado equipos de la Premier.

En España el caso más reciente y relevante es el del Málaga, que fue adquirido por el jeque de catarí Abdullah Bin Nasser Al-Than por unos 36 millones de euros, si bien en este caso estaba incluída la deuda de 14 millones que tenía el club. El caso del Valencia CF es muy superior tanto en el impacto económico como en la relevancia de la entidad de Mestalla. 

GESTIONAR UN NEGOCIO DE MÁS DE 100 MILLONES Y CON MUCHO LADRILLO

El Valencia CF es, además de un club de fútbol en el que confluyen sentimientos de muchos aficionados, una gran empresa. Factura más de 100 millones de euros al año (el cuarto club de España por ingresos) y tiene beneficios. La reestructuración de su abultada deuda a largo plazo era esencial para garantizar la viabilidad societaria.

Pero el reto de Peter Lim, además del deportivo, será gestionar la herencia inmobiliaria que arrastra la entidad, procedente de la era del ladrillo y de la política que realizaron sus propietarios anteriores, especialmente Juan Soler. El nuevo estadio, que se ha comprometido a terminar, la venta de las parcelas del actual Mestalla o la ciudad deportiva proyectada en Porxinos son algunos de los asuntos que, de hecho, lastraron la negociación.

Lim se convierte con la compra del Valencia en un nuevo actor del fútbol europeo (ya lo era a través de su empresas de gestión de derechos de futbolistas). Un objetivo que logra después de hasta cuatro intentos fallidos.

Bankia, por su parte, ha conseguido aclarar el futuro de una inversión que parecía destinada al impago. Lo ha hecho forzando al máximo la máquina de la negociación con Lim. No ha habido quita y se ha asegurado unas garantías de cobro así como la seguridad de que el club estará en manos de un empresario de solvencia. Algo, esto último, que no es un detalle menor, puesto que el club de Mestalla ha estado rodeado de intereses poco claros en varias ocasiones.

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