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VALENCIA (EFE). El novedoso tratamiento aplicado desde finales de 2012 en Valencia, que combina cebos de geles alimenticios con sabor a galleta de mantequilla con tradicionales insecticidas de contacto, ha permitido que la población de cucaracha americana en la ciudad se haya reducido cerca de un 69% de media en el último año.

La empresa encargada de aplicar estos tratamientos en la ciudad es Lokímica, que ha desarrollado este método de doble aplicación y cuyo departamento de I+D ha desarrollado nuevas formulaciones del primer gel existente en España contra una especie de cucaracha más pequeña para "adaptarlo" a la especie roja predominante en Valencia.

Según ha explicado a Efe el responsable de la empresa, Noé García, el porcentaje de cucaracha varía de un distrito a otro de la ciudad y por ejemplo, en el Marítimo, una zona "conflictiva" por la humedad, el alcantarillado antiguo y la cantidad de arquetas domiciliarias, ha bajado su presencia un 58 por ciento.

En Malilla, la reducción ha sido del 63 por ciento, mientras que en zonas como Campanar la disminución por el uso de este tratamiento "pionero" de ejemplares de cucaracha roja o americana, que desplazó hace unos años a la habitual cucaracha negra, llega al 75 por ciento y en Ciutat Vella alcanza el 80 por ciento.

"Antes solo se mataba a las cucarachas por el contacto con el insecticida pero ahora, además, aplicamos el gel que atrae a la larva en cuanto sale del huevo y la mata antes de que sea adulta e inicie su ciclo reproductivo", ha explicado.

Según García, la cucaracha negra depositaba el huevo y fuertes lluvias como las registradas en Valencia a principios de julio las "hubiera arrastrado", sin embargo, la "ooteca" o depósito de huevos de la cucaracha roja "se aferra a las paredes con un adhesivo muy potente" y no hay quien acabe con él.

Ha explicado que hay que elaborar un cebo "apetecible" para la especie que quieres combatir y que el de aroma de galleta de mantequilla "funciona bien" porque la cucarachas se sienten "muy atraídas" por los azúcares y las grasas de las mantequillas.

El gerentes de Lokímica ha recordado que el Ayuntamiento de Valencia tiene un convenio con los administradores de fincas para coordinar los tratamientos interiores y exteriores contra estas plagas, lo que también ha contribuido a reducir la presencia de estos insectos rastreros en la ciudad.

Para que los ciudadanos no tengan cucarachas en sus domicilios, García ha recomendado "mucha higiene" y "no almacenar la basura", además de aprovechar la época de primavera para hacer una limpieza en profundidad de zonas que no se limpian tan habitualmente en baños y cocinas "desmontando zócalos y moviendo electrodomésticos".

Además, ha apuntado que los insecticidas contra rastreros de uso doméstico se deben aplicar "sobre rodapies y suelos, nunca al aire" y ha recriminado el excesivo "celo" con que se usan, pues considera que "como mucho" debe usarse una vez cada quince días.

Respecto a las trampas en caja, ha señalado que para una vivienda de unos cien metros cuadrados es suficiente una en la cocina y una en el baño más alejado porque "de tener más, haría efecto llamada y sería contraproducente".

También ha incidido en que es "fundamental" que las comunidades de propietarios realicen dos veces al año tratamientos en zonas comunes como el foso de ascensores, la sala de máquinas, el cuarto de contadores, los trasteros y los aparcamientos.

Según Noé García, "el mayor enemigo de las cucarachas es la luz y el ambiente seco" por lo que es recomendable evitar humedades, especialmente en zonas de oscuridad.

Valencia fue la primera ciudad en la que Lokímica comenzó a aplicar esta nueva técnica de control, desarrollada por ellos bajo el nombre de "doble efecto" y según García, su eficacia "asombra" y ha permitido que la población de estos insectos se mantengan en los niveles más bajos de la última década.