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Solo la Generalitat Valenciana y la de Catalunya desafían al Gobierno con un plan de estabilidad financiera que no prevé ningún recorte
VALENCIA. El pasado febrero los presidentes de la Comunitat Valenciana, Baleares y Murcia se reunieron en el Palau de la Generalitat para escenificar un frente común por el cambio del sistema de financiación autonómica. Las tres comunidades del arco mediterráneo gobernadas por el PP buscaban con ese encuentro y esa foto posicionarse ante un escenario de cambio en el modelo que perjudica a las tres y abogaron por forzar una negociación que partiese de cero para establecer nuevas normas en la forma de financiar a las regiones españolas.
Cuatro meses después, Alberto Fabra se ha quedado solo en ese frente del PP. Ni Baleares ni Murcia han decidido aguantar el pulso a Madrid. Las dos autonomías limítrofes (Golfo de Valencia mediante) que comparten partido en el gobierno con la valenciana han optado por cumplir con las exigencias del Ministerio de Hacienda y han presentado un plan de estabilidad financiera (PEF) para este año con recortes. "Nos han dejado colgados de la brocha", reconocía un alto cargo del Consell a ValenciaPlaza.com hace unos días.
Esa deserción ha tenido como consecuencia más directa que la Comunitat Valenciana se presentará en el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), previsto para final de mes, con un único aliado: Cataluña. El Gobierno de Alberto Fabra y el de Artur Mas son los únicos que han decidido presentar un PEF en el que fían el cumplimiento del 1% del déficit previsto para 2014 a unos ingresos extraordinarios del Gobierno a fondo perdido y a cuenta de un nuevo sistema de financiación (o de concierto, en el caso que reclaman los catalanes) que no se sabe cuándo se aprobará.
"LA SOLUCIÓN O EL CASTIGO PARA CATALUNYA SERÁ EL NUESTRO"
El próximo CPFF será en el que que se aprueben los PEF presentados por las comunidades autónomas que incumplieron con el déficit el año pasado. Es la primera vez que la Comunitat Valenciana se presentará a este trámite sin un plan que, aunque sea con previsiones exageradas, cumpla con el objetivo marcado por el Gobierno.
El conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, anunció hace ya varias semanas que la Comunitat Valenciana ha llegado al límite en los recortes y que solo con una modificación del sistema de financiación autonómica o con un fondo transitorio hasta que se apruebe se podría alcanzar el objetivo. Una postura que choca con lo exigido por el Ministerio de Hacienda y que ha verbalizado en Valencai que la Generalitat tiene que recortar más.
"Habrá que esperar a ver qué decide el Ministerio de Hacienda, pero ahora solo hay dos autonomías las que nos hemos plantado y somos nosotros y Cataluña. La solución o el castigo que que le den a ellos será el nuestro", reconocía el mismo alto cargo de la Generalitat mencionado anteriormente.
Políticamente la situación es compleja para el Gobierno de Mariano Rajoy. La posición del Govern de Artur Mas es mucho más beligerante que Alberto Fabra. En el fondo del conflicto catalán no está ya solo el problema de financiación. El sentimiento soberanista ha ido creciendo en la sociedad catalana y comienza a plantearse como un camino de difícil retorno.
UN EJEMPLO Y UNA JUSTIFICACIÓN
"El problema es que la Comunitat Valenciana está expuesta a una solución que tiene una derivada que no controla: Cataluña", explicaba un ex alto cargo de la Generalitat y conocedor del entramado de relaciones financieras y políticas. "El Gobierno puede querer meter mano a la situación catalana y solo se lo impide el que, al hacerlo, deberá arrastrar a un gobierno de su partido, el valenciano", explica.
"Pero al mismo tiempo la intervención de la Comunitat Valenciana, que es lo que tendría que hacer si no aprueba el PEF, serviría de ejemplo y justificación: si lo hacen con los suyos, porque no lo van a hacer con otros", reflexiona.
UN ALIADO INCÓMODO
La cuestión es que para la Generalitat Valenciana Cataluña es una aliado incómodo. Más allá de la eterna discusión sobre el catalanismo -en círculos privados el Consell reconoce que las discusiones sobre los símbolos solo tienen recorrido mediático- los intereses comunes en el terreno económico y de financiación son demasiado coincidentes como para que los dos gobiernos se den la espalda.
Aunque Fabra se ha reunido con Mas en alguna ocasión, especialmente cuando coincidió con los otros dos presidentes en discordia (José Ramón Bauzá, de Baleares, y el entonces presidente murciano Ramón María Valcarcel) en la reivindicación del Corredor Mediterráneo, lo cierto es que Cataluña es un aliado incómodo para la Generalitat Valenciana.
"Políticamente ahora es impensable escenificar un frente común entre la Comunitat Valenciana y Cataluña ni aunque sea solo por la financiación. La situación social y política catalana hace lo hace imposible, más para un partido como el nuestro", explica otro alto responsable del Consell.
El gobierno valenciano asume que corre una suerte paralela a la de los catalanes y que los problemas son casi comunes: financiación, infraestructuras... Hasta el máximo responsable de los empresarios valencianos, José Vicente González, presidente de Cierval, ha venido a recordarle a la Generalitat que no tiene sentido embroncarse con Cataluña cuando es el primer cliente de la Comunitat Valenciana y viceversa y los intereses de ambas comunidades son tan similares.
"Las relaciones políticas con Cataluña no son malas. Pero de ahí a visualizarse como un aliado en estos momentos no es viable", insistió.
PERO FABRA INSISTE EN EL ANTICATALANISMO
Sin embargo, el presidente de la Generalitat sigue insistiendo en el discurso anticatalanista para atraer a los suyos. Lo más llamativo es que utilizó el discruso del miedo a un supuesto sentimiento secesionista en la Comunitat Valenciana ante influyentes dirigentes del Partido Popular durante su discurso en Faes, si bien hay que tener en cuenta los compañeros de mesa (José María Aznar y Esperanza Aguierre).
Fabra, que este jueves volvió a repetir el mantra del tripartito catalanista durante una entrevista en la Cadena Ser, ha tratado de presentarse ante sus correligionarios en Madrid como un tapón a las ansias independentistas de los catalanes con el objetivo de que el Gobierno central acepte arreglar la situación de la Comunitat Valenciana. "Si no, el sentimiento secesionista crecerá en la Comunitat Valenciana", dijo en su día.
No parece que ese discurso haya calado de momento ni en el PP de Génova ni en el Gobierno. En todo caso, en el Consell hay una especie de convencimiento de que Mariano Rajoy acabará salvándoles. O al menos salvando las cuentas de la Generalitat Valenciana. Otra cosa es que ya sea demasiado tarde para salvarlos a ellos.
Bufff!!... a ver ahora como casa ser medio socio de los catalanes (esos seres malos que nos quieren invadir) y a la vez ser la reserva espiritual de occidente contra el independentismo como dijo Alberto Faba (el nuevo Cid CAMPeador) en las jornadas de la organización esa del tea party FAES. A ver como le explican esta a sus fieles hinchas. Mal encuadre tiene desde luego, aunque mayores nos las han colado los jetas estos.
NO SABEN LO QUE LA SOLIDARIDAD ENTRE COMUNDADES. VÁN A DEJAR (YA LO HAN HECHO) A LA COMUNIDAD AL "PIE DE LOS CABALLOS" SALVO CATALUNYA QUE LLEVA SU GUERRA PARTICULAR Y LE INTERESA CONTAR CON "APOYOS" ¿DONDE ESTÁN LOS TIEMPOS EN QUE VALENCIA ERA LA NIÑA BONITA DEL PP? ATTE ALEJANDRO PILLADO MARBELLA 2014
Por si le quedaba a alguien dudas sobre el Valencian Power en Madrit
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