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RECUPERAR EL CENTRO

El laberinto del San Pío V: Cultura prepara para otoño el concurso para el nuevo director

CARLOS AIMEUR. 09/07/2014 La lenta agonía del Museo de Bellas Artes, abandonado por el Ministerio hasta las obras de la ampliación, acabará este verano. En septiembre se conocerá al nuevo director del IVAM; a los pocos días se anunciará el concurso para el Museo de Bellas Artes

VALENCIA. "Estamos en una situación de transición. Aquí nadie hace nada. Sólo se trabaja con el día a día. No hay plan de futuro, no hay definición de objetivos estratégicos". Quien habla así es una persona miembro del cuerpo de funcionarios del Museo de Bellas Artes de Valencia. Y lo hace desde dentro del museo. Mientras, un grupo de escolares escucha a una de las guías explicarles uno de los impresionantes retablos góticos que atesora el centro.

La puesta en marcha de la ampliación del Museo de Bellas Artes de Valencia, conocido como el San Pío V por la calle en la que se ubica, ha dejado en evidencia aún más las carencias de un museo que oficialmente la Generalitat presenta como la segunda pinacoteca de España en lo que algunos consideran una broma de mal gusto porque ya no es ni la tercera. En número de cuadros tal vez permanezca en ese segundo lugar; en importancia de obras no.

Ese lugar le corresponde al Museo de Bellas Artes de Sevilla, o al Museo de la Real Academia de San Fernando en Madrid, y muy por delante del de Valencia se encuentra el Museo de Bellas Artes de Bilbao que ha ido adquiriendo obra en los últimos años con una política de compras muy inteligente. Mientras, el San Pío V ha vegetado. No se ha comprado obra significativa en la última década. La única aportación considerable ha sido la cesión de la colección Pere María Orts en noviembre de 2004. La Conselleria, la Generalitat, jamás ha tenido entre sus prioridades potenciar los fondos del museo.

Hasta ahora. Relanzar el centro se ha convertido en uno de los objetivos de la Conselleria de Cultura en los últimos meses. Así lo aseguran fuentes consultadas. En la administración valenciana parecen haber tomado conciencia, dicen, de que el centro está muy por debajo de dónde debería estar.

Su renovación formaría parte de la reestructuración de la política museística de la Generalitat, que se realizará por episodios. El primero de ellos es el concurso internacional para la dirección del IVAM, al que se han presentado quince candidatos y que se resolverá en septiembre, según confirmaron este martes fuentes de la Conselleria de Cultura.

UN CONCURSO COMO EL DEL IVAM

La Generalitat prepara un concurso similar para el Museo de Bellas Artes de Valencia. Dicho concurso se anunciará a lo largo de otoño, una vez se resuelva el del IVAM si se cumple el calendario previsto, y en la práctica supondrá el cese de la actual directora del centro, Paz Olmos, si bien su fin último no es el relevo de ésta sino darle un impulso más académico al centro.

En el equipo de la consellera de Cultura, María José Català, son muchos los que serían partidarios de su cese, son conocidas sus malas relaciones con la directora general de Patrimonio Marta Alonso, pero algunos otros la exculpan en privado. "Olmos no resolverá los problemas del museo, pero siendo honestos ella tampoco los ha causado; simplemente se encontró el centro así".

La valoración que hacen de la gestión Olmos estas fuentes está llena de matices. Olmos, dicen, "ha tenido la virtud de intentar abrir el museo a la sociedad". "Fernando [Benito, el antecesor a Olmos en el cargo] era muy bueno en lo suyo pero le daba igual la gente", asegura uno de estos defensores de la actual directora. Acciones como los conciertos que se celebran en el patio del Palacio del Embajador Vich, las actividades para escolares y las visitas guiadas concertadas para grupos, han hecho que el centro incremente sus visitantes.

Este mismo martes la consellera presumía de ello. Y hasta daba una cifra. En los seis primeros meses del año el museo ha tenido 80.368 visitas, un 11% más que el año pasado. Por el contrario, el museo ha perdido cualquier perfil científico. No hay catálogos de las exposiciones, no hay investigación académica... Sólo se exponen obras con más o menos acierto.

Un buen resumen de su quehacer sería la sala Sorolla, un invento suyo, en el que con más voluntariedad que medios, con más afán divulgativo que científico, ha logrado que el museo vuelva al circuito turístico. Pero los resultados a nivel académicos no han sido, dicen las mismas fuentes, los deseables.

"El problema es que en Valencia hay muy buenos Sorollas que deberían exhibirse en el San Pío V pero nadie quiere cederlos permanentemente, ni Ayuntamiento, ni Bancaja ni Diputación", explican profesionales del centro. "La sala es muy triste. No hay grandes cuadros. No está, por ejemplo, Triste Herencia [propiedad de la Fundación Bancaja] que se encuentra a apenas un par de kilómetros del museo. La gente entra y dice: ‘ah, bien, ¿esto es todo?'. Y se van decepcionados", relatan.

Lograr estas cesiones implicaría un trabajo político de despachos, una gran habilidad diplomática y muchos contactos que abrieran puertas y empujaran a todas las manos a firmar convenios. Y ése no es el caso de Olmos. Caído en desgracia su gran valedor, el ex presidente Camps, Olmos es poco menos que un verso suelto, sin influencia política real y ningún vínculo con el mundo académico. Y un político sin influencia es un jarrón chino, que diría Felipe González. Así pues su intento de buena fe de hacer una sala Sorolla se ha quedado a mitad camino.

LA RAÍZ DEL PROBLEMA: EL MUSEO NO TIENE AUTONOMÍA

Su caso, dicen, es el de la persona equivocada para el momento inadecuado. Aunque hay práctica unanimidad en que no debería seguir siendo la directora, cesarla esta semana, la que viene, en agosto, por poner unas fechas, no solucionaría nada, advierten estas mismas fuentes. Acudiendo a la máxima orteguiana, ella es ella y sus circunstancias.

El tipo de gestión que propone Olmos, relatan, precisa de un presupuesto en condiciones; ya no importante, en condiciones y ésa no es la situación del San Pío V que se encuentra constreñido por unas carencias económicas acuciantes, casi ridículas. No tiene línea presupuestaria propia. Y eso, dicen algunas de las fuentes consultadas, es la raíz de todos los males. Olmos, o quien quiera que ocupe el puesto, debe pasar buena parte de su tiempo solicitando dinero para las cuestiones más triviales. "Es una vergüenza que el museo no tenga entidad propia para el Consell, que no le den autonomía; ya sólo con eso demuestran lo poco que les importa", se lamenta un historiador.

La situación en este punto no va a cambiar. No en esta legislatura. Este mismo martes la consellera de Cultura, María José Català, seguía mostrándose reacia a dotar de una línea propia para el centro, aduciendo la tan manida filosofía de que el centro es propiedad del Estado, del Ministerio de Cultura. "Nosotros no somos los dueños de la casa", dicen desde la Conselleria. Mientras, desde Madrid, recordaban este mismo martes también que el San Pío V es de gestión autonómica, así que compete a la Generalitat todo lo relacionado con el museo. "Es la pescadilla que se muerde la cola", se lamentaba la semana pasada un técnico de la Conselleria.

A día de hoy el San Pío V malvive con apenas 300.000 euros para gastos corrientes y el resto de sus gastos (luz, personal, mantenimiento...) es costeado desde la dirección general de Patrimonio. El coste anual del museo, según explicó Olmos este martes, ronda los seis millones de euros, de ahí que se puede calcular que el San Pío V apenas dispone de un 5% de su presupuesto para actividades.

Este dinero en principio tiene que incrementarse para 2015. Al menos ése es el objetivo de la Conselleria. Así, Català sí convino, al término de la presentación de la exposición sobre Barjola y Goya, en que se prevé un aumento de las cantidades para gastos corrientes. "Vamos a trabajar en ello", aseguraba. Pero es un magro consuelo. Por no haber no hay ni compromiso de cuánto se incrementará.

DIEZ AÑOS SIN QUE SE REÚNA EL PATRONATO

A las carencias económicas hay que unir la parálisis institucional. La última sesión plenaria del Patronato del Museo de Bellas Artes se celebró el 29 de septiembre de 2003. Hace pues más de diez años que no se reúne el órgano máximo de gobierno del centro.

El museo funciona con la cobertura legal que le dan las reuniones de la permanente, como recordó la propia Olmos, pero en este órgano el 70% de los miembros son por designación política. Los dos únicos miembros independientes que forman parte de la comisión son el presidente de la Academia de Bellas Artes de San Carlos, Romà de la Calle, y el representante de la Academia, el arquitecto Álvaro Gómez-Ferrer.

Gran parte de la responsabilidad de esta parálisis se encuentra en Madrid. En el Ministerio de Cultura no se ha prestado atención al centro valenciano en la última década, hasta que la consellera se plantó en el despacho del ministro José Ignacio Wert para convencerle de que pusiera en marcha la ampliación. Para ello tuvo que saltarse al Secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, quien se negaba a iniciar las obras porque no considera al centro valenciano una prioridad.

Por culpa de la obstinación de Lasalle, las obras han empezado acuciadas por los derrumbes que se produjeron en Semana Santa y que pusieron en peligro la vida de ciudadanos. Pero "nadie pedirá responsabilidades" al secretario de Estado porque "es amigo personal de la vicepresidenta" del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se lamentaba una fuente consultada de la Conselleria de Cultura. La única esperanza es que fructifique la demanda presentada por el colectivo Cercle Obert y que está estudiando en estos momentos la Fiscalía de Valencia. Aunque las posibilidades de ver sentado en el banquillo a Lassalle son pocas.

TODO A ESPALDAS DE LASSALLE QUE OBVIA A VALENCIA

La actitud habitual de Lassalle es el desinterés hacia Valencia, como corrobora el hecho de que no ha visitado oficialmente ni una sola vez la Comunidad desde que ocupa el cargo, ni siquiera cuando se iniciaron las obras de ampliación del San Pío V, que son las más importantes que realizará el Ministerio en 2014. Su ausencia no será llorada. Nadie le espera y nadie le quiere ver.

Así, el concurso para el Museo de Bellas Artes, el punto de partida de la nueva época, se articulará con la colaboración de diferentes departamentos del Ministerio de Cultura y se hará a espaldas de Lassalle, cuya opinión ya no cuenta. Formará parte del paquete de medidas que tienen como fin rescatar al museo de su actual ostracismo. Aunque, a diferencia del IVAM, no corre tanta prisa.

El motivo, las propias obras de ampliación del centro, la última fase, ahora en marcha, que lo capitalizan todo. La aparición de unas fugas en la impermeabilización del sótano la semana pasada han trastocado el plan de trabajo aunque, como las consecuencias han sido mínimas, en la Conselleria han querido ver el vaso medio lleno. Mejor ahora, que no se habían trasladado todas las pinturas. Mejor ahora, que sólo fue una lluvia de un día.

El concurso internacional sería el pistoletazo de salida pero aún quedará trabajo por delante. Desde el centro advierten de la carencia de personal. Una informe interno señala que el museo "necesitaría triplicar el número de titulados superiores" que trabajan en él. "Los servicios que ofrece un museo dependen de la cantidad y calidad del capital humano y el Museo de Bellas Artes está muy alejado de otros museos similares", explica una de las fuentes consultadas.

Convertido en una oportunidad perdida, el Museo de Bellas Artes ofrece ahora desde su exterior una imagen singular. Una gran lona de plástico cubre la fachada de la zona antigua por completo, dándole el aspecto de una gran intervención artística. Esa lona tapa las marquesinas de madera que protegen a los viandantes que pasan por debajo de posibles desprendimientos de la fachada.

A mediodía de este martes un nuevo grupo de escolares pasaba por debajo de ellas camino del museo. Dentro, la consellera, acompañada de la directora, de José Antonio Gadea hijo de Juan Barjola, y del comisario Luis Rubio, presentaba la exposición Goya-Barjola Tauromaquias Obra Gráfica. Afuera, unos turistas, plano en mano, realizaban una fotografía de la fachada del edificio y volvían por donde habían llegado, camino de las Torres de Serranos. Una pequeña nube de polvo amarillo salió del interior del San Pío V y traspasó la lona blanca. Era como si el museo resoplara. Era el recuerdo de que dentro siguen las obras de ampliación.

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1 comentario

izaskun Garcia Azcarraga escribió
09/07/2014 12:44

Gran articulo como siempre del Sr.Aimeur. Dicho lo cual y aunque efectivamente yo creo que los museos deben dirigirlos Museologos, y los puestos de trabajo deben ser para profesionales del sector, a mi me parece que la Sra. Olmos ha hecho dentro de las posibilidades que ha tenido un buen trabajo, quizás mejor que alguno de sus antecesores. Desproporcionado el acoso a que se somete a estos puestos con el salario que perciben............... produce vergüenza ajena.

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