X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
BLOG 'HABLA POR TI'

La oratoria y Felipe VI
Los aciertos (y tropiezos) del primer discurso del 'poli bueno' del Estado

A. MOHORTE. 19/06/2014

VALENCIA. Pues ya está. Después de 46 años de preparación para suceder a su padre en la jefatura del Estado, Felipe de Borbón y Grecia se ha convertido en Rey de España como Felipe VI "sin nostalgia, pero con respeto a nuestra Historia". Y así ha empezado, al menos desde el punto de vista de la oratoria.

Más de una docena de veces ha tropezado en la lectura, pero ha salido de los baches con naturalidad. En algunos casos se ha tratado de errores propios de la inercia, como cuando ha corregido el tratamiento de su padre (ha empezado a decir "Su (majestad)", pero ha preferido decir simplemente "el Rey"), mientras que otras veces se ha trabado al pronunciar palabras no especialmente complicadas, pero los nervios son así.

Esta es la razón por la que ha bailado ligeramente sobre sus tobillos en los momentos iniciales, se le ha escapado algún gallito en la voz y las manos le han temblado visiblemente al pasar las páginas del discurso, aunque ha intentado disimularlo sin separarlas del atril.

Su alta envergadura le ha obligado a estar más inclinado de lo que sería recomendado para leer un discurso de unos 25 minutos en los que ha lanzado varios titulares y, al margen de los contenidos programáticos, ha tenido un fuerte componente lo afectivo hacia su familia y su "generación": a la que se ha referido en siete ocasiones para reforzar el vínculo afectivo con españoles de su edad.

Al fin y al cabo, el claim de su discurso ha sido "una monarquía renovada para un tiempo nuevo", como el de su padre fue lo de "ser Rey de todos los españoles". Si su padre buscaba la implantación de la dinastía, es lógico que el hijo se esfuerce por perpetuarla.

EL DISCURSO DE UN 'BUEN CHICO'

Cuando se pronuncian discursos de estas características, hay que tener en cuenta que la atención del publico se limita a los minutos iniciales y a los instantes en los que la actitud del interviniente rompe la monotonía por los gestos o por el tono elegido para pronunciar cada una de las secciones.

Esto explica porqué ha sido al comienzo donde se ha puesto toda la carga afectiva y familiar. El nuevo Rey ha agradecido el trabajo de su padre y de su abuelo (y no del conjunto de la dinastía) y ha destacado la labor de su madre (presente junto a la infanta Elena en el acto) por su "dedicación y lealtad al Rey Juan Carlos, su dignidad y sentido de la responsabilidad", de los que ha destacado sus 50 años de matrimonio prefiriendo no entrar en los aspectos afectivos más privados de la pareja.

En lo que se refiere a su propia vida familiar, desde casa Real se ha trabajado intensamente la imagen de familia joven del actual Rey, su mujer y sus hijas. En ese sentido, el discurso ha destacado la condición de padres de "la Reina y yo" como educadores de sus hijas, "la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía ", en valores "de libertad, de responsabilidad, de solidaridad y de tolerancia". 

PRINCESA LEONOR: "¿FALTA MUCHO?"

A cualquiera que haya coincidido con niños en restaurantes o celebraciones formales seguramente le habrá llamado la atención "lo bien que se han portado las niñas", como diría una abuela. En todo momento se han mantenido en su sitio, se han aburrido educadamente y, salvo algún comentario entre ellas y con su madre (que ha acariciado varias veces a Leonor) sus "¿Falta mucho?" han sido bastante discretos.

Todavía falta mucho para que la mayor de las hermanas de su primer discurso oficial (su padre lo hizo con 14 años), pero ya han empezado a familiarizarse con este tipo de acontecimientos de los que exactamente iguales sólo podrán vivir otra vez en su vida si la salud les acompaña y no se cambia el sistema político español: su propia proclamación.

No sabemos cómo será ese momento, pero es interesante que Felipe VI haya optado con referirse a su vida anterior a la proclamación como la de Príncipe de Asturias, de Girona (Cataluña) y de Viana (Navarra), plazas vinculadas con un territorio con voluntad independentista el primero e incluido en el corpus del nacionalismo vasco en el otro.

NACIONALISMO Y 'HERIDAS EN LA DIGNIDAD' POR LA CRISIS

De hecho, ha sido en la defensa de la unidad de España donde el Rey ha demostrado más firmeza, que no agresividad. Este aspecto es muy reseñable, porque es una de las preocupaciones más evidentes para la institución y un aspecto que ha intentado trabajar aprendiendo catalán (lo entiende, aunque se defiende con dificultad) y despidiendo el discurso de investidura en las cinco lenguas cooficiales, pese al tropiezo al despedirse en euskera.

La crisis también ha estado presente, pero buscando "cercanía y solidaridad a todos aquellos ciudadanos a los que el rigor de la crisis económica ha golpeado duramente hasta verse heridos en su dignidad como personas", literalmente.

Lejos de vender la salida de la crisis (argumento complicado y poco perceptible por la sociedad, como ha comprobado el PP en las pasadas elecciones Europeas), en el discurso se ha optado por destacar el "deber moral de trabajar para revertir esta situación y el deber ciudadano de ofrecer protección a las personas y a las familias más vulnerables".

En este marco, se puede considerar una concesión al Ejecutivo (que revisa todos los discursos del Rey) que se haya incluido "la obligación de transmitir un mensaje de esperanza -especialmente a los más jóvenes- de que la solución de sus problemas y en particular la obtención de un empleo, sea una prioridad para la sociedad y para el Estado".

En términos generales, la defensa del discurso ha sido correcta, sin caer en el histrionismo de algunos untosos que ya se han pasado de frenada y este día pueden desatar de forma desaforada sus pasiones. En todo caso, hay que reconocer el trabajo de los autores del texto y de los preparadores del Rey para su intervención.

Comparte esta noticia

4 comentarios

alberto escribió
20/06/2014 11:55

Me ha gustado el articulo, lo encuentro muy acertado en su exposicion.

petra escribió
19/06/2014 17:37

Jo crec que ha dit poques coses en les altres 'llengües espanyoles'. Fins i tot ha sonat com a acomiadament.

Susana escribió
19/06/2014 16:23

Para Juan: ¿quieres decir que Felipe VI es catalanista?

Juan escribió
19/06/2014 14:06

En las cinco lenguas no se ha expresado, del valenciano se ha olvidado completamente. Ha citado autores representativos del catalan, el gallego, el euskera y el castellano, xo ninguno valenciano a pesar de tener un siglo de oro de literatura.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad