MARÍA COLORADO (*). 06/04/2011 Las Tasas de Transacciones Financieras aplicadas a nivel internacional podrían recaudar hasta 400.000 millones de dólares anuales (6.500 millones en nuestro país), una cifra sustancial que podría tener un impacto real para erradicar la pobreza, elimina  desigualdades y combatir el cambio climático

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VALENCIA. Se presentó hace unas fechas en Madrid y en otras ciudades españolas, entre ellas, Valencia, la Alianza para la Tasa Robin Hood, o Tasa a las Transacciones Financieras (TTF), a la que se han sumado numerosas organizaciones no gubernamentales (ONGs). Por ello puede resultar oportuno divulgar los puntos principales de la TTF con el ánimo de favorecer el diálogo y la respuesta positiva de la ciudadanía.

Hay una creciente campaña en varios países que aboga por el establecimiento, a nivel internacional, de Tasas a las Transacciones Financieras (TTF), que permitan recaudar la cantidad de fondos necesaria para luchar contra la pobreza a nivel mundial.

Algunos expertos estiman que las Tasas de Transacciones Financieras aplicadas a nivel internacional podrían recaudar hasta 400.000 millones de dólares anuales (6.500 millones en nuestro país). La cifra final puede ser mayor o menor y dependerá de muchos factores, incluyendo el número de países participantes, y la tasa que se aplique a cada producto financiero. Sin embargo, se calcule como se calcule, de lo que se trata aquí es de obtener cantidades sustanciales que podrían tener un impacto real para erradicar la pobreza, eliminar las desigualdades y combatir el cambio climático.

El cumplimiento de los ocho objetivos del Milenio, que los jefes de Estado de 189 países de todo el mundo establecieron en el año 2000, podría lograrse gracias a los fondos recaudados con la TTF. Por poner sólo un ejemplo ilustrativo, con el 4% de la cantidad recaudada anualmente, es decir, 16.000 millones de dólares, se podría lograr la Educación Primaria Universal (objetivo del Milenio número 2). Esto proporcionaría a la población más vulnerable del planeta un instrumento fundamental para ser artífices de su propio desarrollo. Este es el motivo por el que la Campaña Mundial por la Educación se suma a este movimiento internacional.

Las TTF reducirían además la volatilidad del mercado haciendo las operaciones de alta frecuencia menos atractivas. La mayor parte de estas operaciones es especulativa, y raramente suponen una inversión tangible para la economía real. Las TTF podrían reducir este efecto desestabilizador que las operaciones de alta frecuencia tienen en el mercado, simplemente aumentando el coste de estas operaciones especulativas.

Las TTF pensadas con el tipo de interés correcto no dificultarían la labor de las instituciones financieras. El Fondo Monetario Internacional (FMI) está de acuerdo en que este tributo no impide que la actividad financiera se desarrolle. Además, los costes de recaudación de la TTF son bajos. El FMI afirma que la apuesta por las TTF no debería ser abandonada por razones administrativas.

Las campañas de TTF hablan a menudo de un tipo del 0,05%. Se trata de un promedio que afecta a diferentes clases de activos. Los tipos de interés dependen de los márgenes de mercados específicos. Si se trata de su aplicación en el mercado de cambio de divisas a gran escala, donde los volúmenes son extremadamente altos, el tipo podría ser de hasta el 0,005%.

Partidarios destacados de la TTF son, entre otros, el presidente Sarkozy de Francia, que actualmente encabeza el G-20, además de la canciller alemana Ángela Merkel, el anteriorrimer ministro británico, Gordon Brown, y el anterior presidente de Brasil, Lula da Silva. En EE UU, la anterior portavoz de la Cámara, Nancy Pelosi, ha hablado en favor de las TTF, y en julio del pasado año, el congresista Pete Stark presentó la "Ley para Inversión en Nuestro Futuro", que recaudará el 0,005 por ciento en transacciones de divisas para luchar contra la pobreza mundial. Además, más de 350 economistas, incluyendo Jeffrey Sachs, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, firmaron una carta propugnando la Tasa Robin Hood. ¿Qué esperamos pues?
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María Colorado es coordinadora en la Comunidad Valenciana de la Campaña Mundial por la Educación